/ viernes 13 de septiembre de 2019

El presupuesto y los ansiosos

Esta semana se presentó el Presupuesto de Egresos de la Federación; es responsable, realista, con prioridades claras y cumple con las promesas de no incrementar los impuestos ni incurrir en deuda o caer en déficit, todo lo que una buena economía demanda. Los mercados lo tomaron bien, no hubo sobresalto ni nerviosismo.

Sin embargo, los ansiosos, los que no invierten en mercado y sí en opinión, los diletantes, se han expresado. La verdad es que cada día la realidad desacredita a los evangelistas de la catástrofe que cumplen ya año y medio anunciando una crisis que no se da y una devaluación que no existe.

Moralmente no prestigia de patriota a alguien que ha hecho su forma de vida en los últimos 18 meses anunciando algo que no tiene sustento en la realidad, que critica la falta de crecimiento ignorando la información a todos visible como la desaceleración global de la economía, el conflicto social entre China y Estados Unidos y las políticas restrictivas de Trump. A estos pesgostes de lugar común siguen pensando que el proyecto de Dos Bocas es el determinante de la economía.

La mayoría de los bancos centrales en todo el mundo, incluso la Reserva Federal de Estados Unidos por primera vez desde la crisis financiera del 2008, han bajado las tasas de interés como respuesta a esta situación económica global que ya da señales de alarma.

El problema de los ansiosos es que ponen la atención en donde no está el riesgo y hacen un debate ocioso. Nuestra atención debe estar como lo considere el presupuesto, en qué medidas internas debe considerar el Gobierno mexicano para fortalecer la economía, en particular la de los más desprotegidos.

El presupuesto presentado es serio y bondadoso, sí… austero, y habrá a quien no le guste, pero es pertinente y permitirá transitar una posible tormenta. La mejor forma de enfrentar el próximo ciclo será a través de centrarnos en México, en nuestro mercado interno, pero, sobre todo, en nuestra gente.

Twitter: @LuisH_Fernandez

Esta semana se presentó el Presupuesto de Egresos de la Federación; es responsable, realista, con prioridades claras y cumple con las promesas de no incrementar los impuestos ni incurrir en deuda o caer en déficit, todo lo que una buena economía demanda. Los mercados lo tomaron bien, no hubo sobresalto ni nerviosismo.

Sin embargo, los ansiosos, los que no invierten en mercado y sí en opinión, los diletantes, se han expresado. La verdad es que cada día la realidad desacredita a los evangelistas de la catástrofe que cumplen ya año y medio anunciando una crisis que no se da y una devaluación que no existe.

Moralmente no prestigia de patriota a alguien que ha hecho su forma de vida en los últimos 18 meses anunciando algo que no tiene sustento en la realidad, que critica la falta de crecimiento ignorando la información a todos visible como la desaceleración global de la economía, el conflicto social entre China y Estados Unidos y las políticas restrictivas de Trump. A estos pesgostes de lugar común siguen pensando que el proyecto de Dos Bocas es el determinante de la economía.

La mayoría de los bancos centrales en todo el mundo, incluso la Reserva Federal de Estados Unidos por primera vez desde la crisis financiera del 2008, han bajado las tasas de interés como respuesta a esta situación económica global que ya da señales de alarma.

El problema de los ansiosos es que ponen la atención en donde no está el riesgo y hacen un debate ocioso. Nuestra atención debe estar como lo considere el presupuesto, en qué medidas internas debe considerar el Gobierno mexicano para fortalecer la economía, en particular la de los más desprotegidos.

El presupuesto presentado es serio y bondadoso, sí… austero, y habrá a quien no le guste, pero es pertinente y permitirá transitar una posible tormenta. La mejor forma de enfrentar el próximo ciclo será a través de centrarnos en México, en nuestro mercado interno, pero, sobre todo, en nuestra gente.

Twitter: @LuisH_Fernandez