/ jueves 10 de septiembre de 2020

El próximo proceso electoral

Lorenzo Córdova, del Instituto Nacional Electoral, pide a partidos respetar las reglas. Por medio de un comunicado las autoridades del INE informaron que, durante el proceso electoral 2020-2021, se tendrá la renovación más grande del poder público en la historia de México por el número de cargos en disputa electoral (21,368). Sin duda se pondrá a prueba la consistencia de la democracia mexicana. Pero lo importante y trascendente es que no sólo se deberán de respetar las reglas en su forma, en su manifestación exterior, sino en su fondo y espíritu democrático.


Ahora bien, nunca ha habido en México unas elecciones de este tipo ni tampoco más allá de nuestro país, ya que por el covid-19 el mundo todo está cambiando como nunca antes. Serán, pues, unas elecciones históricas marcadas por el sello de lo nuevo y hasta cierto punto inesperadas. Será un mar de sorpresas y de situaciones inéditas. Sin embargo, insisto, habrá que respetar las reglas -leyes y reglamentos- en su forma y espíritu democrático. Lo importante es que la pandemia, el covid-19, no se vuelva un factor negativo, cargado de impedimentos e irregularidades, sino un factor positivo en que se abran puertas a la entrada de una nueva era o “edad”. Me refiero, por ejemplo, a algo parecido a lo que sucedió durante el Renacimiento para los que tuvieron conciencia de lo que estaba sucediendo. ¿Pero cómo obtenerlo, cómo lograrlo? Sin duda habrá nuevos o novedosos instrumentos de comunicación, de emisión del voto y de su contabilización en las mesas electorales. Pero esto son las apariencias, lo objetivo y lo formal. El reto será votar conscientes de un cambio radical de vida y, si cabe el termino, de un atmósfera social y por supuesto individual en la que ya estamos respirando. Lo que quiero decir es que los estilos de vida influyen de manera directa en la democracia; estilos nuevos de vida y convivencia que van dejando su marca indeleble que no es ajena a la democracia. Se dice, por ejemplo, que la democracia es una forma de sociedad -y de vivir en ella- en que se practica la igualdad de los derechos individuales con independencia de etnias, sexos, credos religiosos, etc. Es lo que se llama vivir y convivir en democracia. La pregunta es si el elector debe tener en cuenta esto. Yo creo que sí y particularmente cuando estamos bajo los oleajes del cambio. Todo se está modificando para seguir un nuevo ritmo de vida, con hondas repercusiones en la personalidad de cada quien. Lo cierto es que hay gente impermeable al cambio, así como la hay moldeable por él. ¿Por quién o quiénes votaremos? No será suficiente una carrera política con su cauda de intereses en juego. Los antecedentes tienen que ceder el sitio a las grandes novedades. Será necesario elegir gente que tenga el suficiente carácter para no cerrarse -y encerrarse- ante el cambio inevitable. El cubre bocas, la debida distancia y demás medidas de higiene son y serán necesarias, indispensables; pero también entender que una nueva realidad se halla presente, un nuevo tipo de hombre que se está haciendo al compás y ritmo de la realidad. Hay que entender lo que pasa y no negarse a ello como algo fatal. El peso de la historia más que el de la circunstancias es lo que cae sobre nuestros hombros. Peso que aplasta a unos o les hace perder el equilibrio, peso que estimula a otros que tienen el espíritu abierto. Reconozco que será difícil distinguirlos, aunque el hombre es previsible por lo que parece o aparenta ser. Hay que descorrer los velos que ocultan o disimulan al ser. En suma, nueva democracia en momentos inéditos.

PROFESOR EMÉRITO DE LA UNAM

ANTIGUO MAGISTRADO DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ELECTORAL

Sígueme en Twitter: @RaulCarranca

Y Facebook: www.facebook.com/despacho.raulcarranca

Lorenzo Córdova, del Instituto Nacional Electoral, pide a partidos respetar las reglas. Por medio de un comunicado las autoridades del INE informaron que, durante el proceso electoral 2020-2021, se tendrá la renovación más grande del poder público en la historia de México por el número de cargos en disputa electoral (21,368). Sin duda se pondrá a prueba la consistencia de la democracia mexicana. Pero lo importante y trascendente es que no sólo se deberán de respetar las reglas en su forma, en su manifestación exterior, sino en su fondo y espíritu democrático.


Ahora bien, nunca ha habido en México unas elecciones de este tipo ni tampoco más allá de nuestro país, ya que por el covid-19 el mundo todo está cambiando como nunca antes. Serán, pues, unas elecciones históricas marcadas por el sello de lo nuevo y hasta cierto punto inesperadas. Será un mar de sorpresas y de situaciones inéditas. Sin embargo, insisto, habrá que respetar las reglas -leyes y reglamentos- en su forma y espíritu democrático. Lo importante es que la pandemia, el covid-19, no se vuelva un factor negativo, cargado de impedimentos e irregularidades, sino un factor positivo en que se abran puertas a la entrada de una nueva era o “edad”. Me refiero, por ejemplo, a algo parecido a lo que sucedió durante el Renacimiento para los que tuvieron conciencia de lo que estaba sucediendo. ¿Pero cómo obtenerlo, cómo lograrlo? Sin duda habrá nuevos o novedosos instrumentos de comunicación, de emisión del voto y de su contabilización en las mesas electorales. Pero esto son las apariencias, lo objetivo y lo formal. El reto será votar conscientes de un cambio radical de vida y, si cabe el termino, de un atmósfera social y por supuesto individual en la que ya estamos respirando. Lo que quiero decir es que los estilos de vida influyen de manera directa en la democracia; estilos nuevos de vida y convivencia que van dejando su marca indeleble que no es ajena a la democracia. Se dice, por ejemplo, que la democracia es una forma de sociedad -y de vivir en ella- en que se practica la igualdad de los derechos individuales con independencia de etnias, sexos, credos religiosos, etc. Es lo que se llama vivir y convivir en democracia. La pregunta es si el elector debe tener en cuenta esto. Yo creo que sí y particularmente cuando estamos bajo los oleajes del cambio. Todo se está modificando para seguir un nuevo ritmo de vida, con hondas repercusiones en la personalidad de cada quien. Lo cierto es que hay gente impermeable al cambio, así como la hay moldeable por él. ¿Por quién o quiénes votaremos? No será suficiente una carrera política con su cauda de intereses en juego. Los antecedentes tienen que ceder el sitio a las grandes novedades. Será necesario elegir gente que tenga el suficiente carácter para no cerrarse -y encerrarse- ante el cambio inevitable. El cubre bocas, la debida distancia y demás medidas de higiene son y serán necesarias, indispensables; pero también entender que una nueva realidad se halla presente, un nuevo tipo de hombre que se está haciendo al compás y ritmo de la realidad. Hay que entender lo que pasa y no negarse a ello como algo fatal. El peso de la historia más que el de la circunstancias es lo que cae sobre nuestros hombros. Peso que aplasta a unos o les hace perder el equilibrio, peso que estimula a otros que tienen el espíritu abierto. Reconozco que será difícil distinguirlos, aunque el hombre es previsible por lo que parece o aparenta ser. Hay que descorrer los velos que ocultan o disimulan al ser. En suma, nueva democracia en momentos inéditos.

PROFESOR EMÉRITO DE LA UNAM

ANTIGUO MAGISTRADO DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ELECTORAL

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