Desde sus inicios, en el año 2011, Morena nació como un movimiento social que tiene como principal objetivo transformar la realidad nacional. Sólo hasta que se reconoció la necesidad de contar con la formalidad de un partido político, se optó por esa vía; fue en esa histórica asamblea del 19 de noviembre de 2012, que culminaría con el registro y el inicio de vigencia como partido político el 1 de agosto de 2013.
Morena se conformó con protagonistas del cambio verdadero, de mujeres y hombres libres que quieren un cambio profundo, una nueva forma de participar en la vida pública del país, que –como se señala en nuestros estatutos– “busquen siempre causas más elevadas que sus propios intereses, por legítimos que sean”.
Morena materializa una idea genuina de reconstrucción y de renovación, es resultado del trabajo constante y tenaz por lograr la utopía, el despertar de conciencias; es el convencer día a día, puerta por puerta, de que hay otra forma de conducir pero también de pensar el país, de hacer un México mejor para todos aquellos a los que siempre se les negó todo.
Morena es sinónimo de lucha diaria, es la suma de voluntades de millones de mexicanos que hace dos años se dieron cita el día de la jornada electoral para dar muestras de civismo y patriotismo, que decidieron sumarse y no solo ejercieron su voto, sino que –sin contar con ningún nombramiento, y mucho menos recibir algún pago–, formaron grupos para cuidar la voluntad popular expresada en votos, se organizaron y quienes no vigilaron casillas, llevaron alimentos y agua para sus vecinos y amigos de lucha. Esa es la esencia de Morena.
Si alguien es responsable de que los millones de mexicanos que son morenistas de corazón no se hayan afiliado, son las propias estructuras formales de Morena, que no abrieron el registro de las solicitudes, y algunos fueron todavía más lejos al sesgar los padrones. Eso es algo que no debemos permitir, y es por ello que se ha protestado en la Comisión de Honor y Justicia, y se ha llegado a los tribunales.
Hace casi un año, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió que la elección del presidente de Morena fuera por encuesta abierta, y desde el 26 de febrero de este año el Tribunal Electoral determinó que la elección sea a través de una encuesta abierta, lo cual reiteró en el incidente de incumplimiento de sentencia el pasado 1 de julio; además de establecerse que debe realizarse antes de que inicie el proceso electoral constitucional, el cual empieza en el mes de septiembre de este año. Es decir, se tiene menos de un mes para cumplir con lo ordenado por el Tribunal.
Al ser una sugerencia de nuestro líder y después instrucción del Tribunal, no se entiende la insistencia de hacer todo lo posible por no cumplir con el método de elección mediante una encuesta abierta. A ello obedece el hecho de que más de 14 mil ciudadanos unimos nuestras voces y firmamos un manifiesto en el cual demandamos a la actual dirigencia:
Garantizar una elección democrática legítima, legal e incluyente.
Acatar la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que obliga a realizar una encuesta abierta a la ciudadanía.
Llevar a cabo una consulta basada en encuestas abiertas, con la participación de todos los militantes, seguidores y simpatizantes de Morena.
Morena no debe tener miedo de consultar al pueblo al que aspira representar, que el pueblo de México tenga la última palabra.
Diputada Federal Coordinadora Temática de Economía del Grupo Parlamentario de Morena
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@gelahuerta
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