También conocido como Dick Tracy, Don Florindo, Don Gladiolo, y el Canciller del cemento, entre otros apodos fue conocido Ernesto P. Uruchurtu, algunos de ellos adulando, otros en plena sorna, a quien se le consideró uno de los gobernantes de la Ciudad de México que más tiempo estuvieron al frente del entonces Departamento del Distrito Federal.
Poco menos de 14 años, de 1952 a 1966, a Uruchurtu se le debe un legado de infraestructura como Viaducto, Periférico, los primeros sistemas de drenaje y plantas de tratamiento, parques y jardines, mercados públicos, entre otros.
También esos apelativos fueron producto de la conocida “mano dura” que tuvo frente a las distintas expresiones y manifestaciones populares que en la mayoría de los casos fueron reprimidas, sin dejar de mencionar que poco o nada logró para satisfacer lo que hoy conocemos como Estado de Bienestar para el resto de la población.
La Ciudad de México desde entonces y hasta después de la reforma política es y ha sido idealizada y diseñada para contener los mayores intereses políticos, económicos y sociales de todo el país. Antes de democratizarse, el ser Regente de la Ciudad de México (antes departamento del Distrito Federal), era una concesión tan o más importante que la de cualquier Secretario de Estado o incluso Gobernador.
La visión de ciudad que cada uno de los gobernantes le ha dado a la polémica, gigantesca, divertida, y a la vez caótica Ciudad de México, tiene que ver con el número y profundidad de los acuerdos políticos que se logren tener con los más representativos liderazgos que existen en la universalidad, región por región de su territorio.
Entre los distintos administradores y gobernantes en su totalidad, han sido 2 mujeres y 143 hombres quienes han encabezado esta posición, es apasionante la historia desde 1821 a la fecha de todos y cada uno de los que han dejado una huella en la capital de todos los mexicanos.
Hace 23 años que los movimientos identificados con la izquierda mexicana gobiernan la Ciudad de México, a partir de ahí se han dado pasos gigantescos principalmente en la conquista de derechos sociales en favor de la población más vulnerable, el otorgamiento de programas a los adultos mayores, para personas con discapacidad, madres solteras, jóvenes, son algunos de muchos de los que a nivel federal hoy forman parte de una agenda ligada a lo que se conoce como al legado precisamente de dichas luchas sociales.
La CDMX hoy se encuentra en una condición donde el conocido bastión de la izquierda mexicana requiere de todos los actores políticos comprometidos con estas causas para mantener esa condición, ya no es ni será un día de campo porque después de los titanes políticos que la han gobernado con sus virtudes y defectos, con sus apelativos populares, talento y creatividad política o torpeza, ya son parte de la historia.
Hoy quien no conozca el pasado político de esta ciudad y la trascendencia en la toma de decisiones en todos los ramos de la administración pública, además de la sensibilidad de sus habitantes que se caracterizan precisamente por esa pluralidad, no tendrá un gobierno con el respaldo popular como el que han tenido otros actores en otras épocas, porque la representación popular que se pueda tener en las alcaldías y en el Congreso local además de las organizaciones sociales, agrupaciones políticas, que son los poderes fácticos pondrán en serias complicaciones a quien encabece ese honroso reto.
La Ciudad de México no debe verse de manera simplona como el segundo territorio con más electores a nivel nacional, sino como la caja de pandora que requiere de arte, pasión, firmeza, y extraordinaria armonía política