El más famoso espécimen de arqueología ligera mexica – digo, comparado con las pirámides – es seguramente la Piedra del Sol, también llamada Jícara del Cielo yEstela de los Soles, y erróneamente conocido como“ Calendario Azteca “. Pero no voy a hablar de él. El Calendario Azteca con que pretenderécosquillear la atención del respetado lector, es esencialmente periodístico, y había permanecidoinmutable durante los últimos 70 u 80 años, terremotosmás o menos.
El caso es que las noticias en México, como todavía la mayor parte de la agricultura, son de temporal. Verá usted: en enero, la cuesta; en febrero el amor, las flores caras ; en marzoprimavera y semana santa; enabril sesiones congresales; en mayo madres, las flores caras;en junio las tormentas , en julio, cada tres años,
elecciones; en agosto ,vacaciones ; en septiembre, el informe, Fiestas Patrias; en octubre, la Raza; ennoviembre Revolución, presupuesto, muertos, las flores caras ; en diciembre, cada seis años, toma de posesión, la Villa y jolgorio general por inicio del puente Guadalupe – Reyes.
La anterior era una amable rutina, que permitía a los columnistas desempolvarcolumnas añejas, cambiar la fecha y un par de detalles, ytrabajar menos de lo poco que normalmente trabajan . Ahora, por un desafortunado concatenamiento de circunstancias, este mundo feliz ha desaparecido, y retiembla en sus centros la tierra.
Hace ya 10 años, luego de dos experiencias vergonzosas - la toma de posesión entrando por la gatera y un primer Informe más tenso que las relaciones entre la PGR y Ricardo Anaya – el entonces presidentequedó harto de ponerse de pechito para que la oposición lo vapuleara y decidió inventar y acabar en 24 horas con la fábula del “ Día del Presidente “ para que el Ejecutivopudiera presentar su informe por escrito, presentándolo como una reivindicación de laindependencia de Poderes, cuando en realidad era todo lo contrario.
Al no asistir al Congreso, el Presidente se blinda contra agresiones siempre desgastantes,y se da por fuera un baño muy agradable en la golosina de Gutemberg. Ynadie puede decir nada, puesfue el Congreso el que le prohibió hablar en la Cámara.
Ahora se dice que Peña Nieto, como último aldabonazo de su administración, buscará el marco legal para rendir su Sexto Informe de nuevo en San Lázaro.
Entre otras cosa, reinvindicará así su derecho al título
hereditario, no por honorífico menos contundente, de Tlatoani.
Porque Tlatoani no significa emperador, ni rey, ni jefe. Significa, llana y simplemente “ el que habla “.
Buenos días. Buena suerte.
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