1.- Con demasiada frecuencia tendemos a atorarnos en las trivialidades, nos encerramos en el chisme de la cuadra y dejamos de lado, por negligencia o por simpleza, la reflexión sobre sucesos que son de suyo trascendentes, o que pronto adquirirán esa calidad. Durante el receso navideño, y aún la primera semana hábil del año, la única nota de que se ocuparon las guardias de los medios fueron las ocurrencias del perdonador, que por su irrelevancia lograron reconfortar incluso a los que nos quedamos en casa. El año despierta, no obstante, con algunos notorios casos que ilustran el ridículo de los extremos y el ciclo pendular de los absurdos, en los que es hasta saludable reparar a modo de brisa del amanecer.
2.- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordena indemnizar a cinco españolas cajeras de supermercado por haber sido grabadas sin su consentimiento mientras robaban la tienda. La Corte de Estrasburgo no juzga el delito de robo, la colusión para cometerlo ni exonera a las culpables, pero castiga a la cadena comercial cuyas cámaras de seguridad captaron a las dependientas en flagrancia. En España el caldero no amainó y el debate se ha acentuado sobre la factibilidad de que un prófugo asuma el gobierno de Cataluña por videoconferencia, y que una pandilla de presidiarios integre su gabinete, o sean amnistiados en atención a sus derechos humanos.
3.- Casi paralelo a la ceremonia de los Globos de Oro en Hollywood, donde las estrellas se alinearon en protesta por la cadena de abusos sexuales de que se han quejado a partir del escándalo Weinstein que las volvió a desnudar, un grupo de artistas francesas, con la legendaria Catherine Deneuve a la cabeza, suscrito también por mujeres de la talla de Catherine Millet, Brigitte Sy o Ingrid Caven entre otras, publicó un desplegado, nada más emblemático que en Le Monde, contra la mojigatería y el neopuritanismo de las divas de la meca del cine.
4.- Notorios los símbolos. Francia, poco discutible cuna de la civilización moderna; gloria de la filosofía y almácigo del pensamiento liberal democrático; embrión de las luchas igualitarias, santuario de la tolerancia y las libertades y ermita de los derechos humanos. El diario epítome de la izquierda, Le Monde abre sus páginas a un grupo de mujeres cualquier cosa menos conservadoras, para denunciar una especie de machismo femenino que, en su justa brega contra el abuso sexual y de poder del hombre, raya en la misma degradación que pretende combatir, y reduce a las mujeres al papel de autovíctimas de su propia condición.
5.- Otras novedades del año no tienen nada de nuevo. A los arrebatos de la insensatez del señor de Washington, sus leperadas sin disimulos a países expresos, elocuentes de su vasta ignorancia, el mundo se podrá acostumbrar, igual que a sus paranoias y sus amenazas; México atempera y pone en justo valor sus bravuconadas sobre el TLC, su muro y sus caprichos. Pero el ultraje a la sociedad estadounidense, el insulto a la democracia, la exacerbación del odio y la ofensa a su propia historia, solo a los americanos toca ponderar y, por los elogios y aplausos con que lo festejan, en él se retratan. Eso ya no es culpa del supremacista, supino ignorante y xenófobo.
6.- Sirve, sí, de referente para saber en quién quiere la mayoría de los mexicanos que nos reflejemos nosotros. Porque en parecido registro escatológico que el de allá coloca a Haití, el próximo spot de campaña aquí no será en la peluquería, sino en el retrete.
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