/ viernes 26 de junio de 2020

El sismo

Hay momentos en los que se valora la belleza de lo que no se ve y es el caso del sismo de esta semana, sobre todo el balance de daños en la Ciudad. Si traemos a la memoria el sismo del 2017, con una intensidad de 7.1 grados que provocó estructuras dañadas, causó muerte y dolor.


Ahora en 2020 vuelve a temblar con una intensidad incluso mayor a la de hace 3 años; solo que a diferencia de aquella ocasión, esta vez los daños fueron mínimos y no se perdió ninguna vida humana en la Ciudad. La belleza es que no hubo tragedia en esta ocasión en la capital del país.


Las escuelas no fueron inmunes a los daños en los sismos de 1985 y 2017, puesto que en ambas ocasiones hubo cientos de escuelas dañadas en su estructura y muy tristemente, una de ellas se derrumbó causando la muerte de estudiantes y maestros. A causa de estos acontecimientos, la SEP y el Gobierno de la Ciudad de México han tomado las medidas necesarias para fortalecer la seguridad y evitar que nuevamente ocurra una catástrofe.


A diferencia de años anteriores, en 2020 solo hubo daños menores en las escuelas, esto es un avance por el trabajo coordinado, el combate a la corrupción y nuevos protocolos para planteles educativos. La colaboración entre la Secretaría de Obras, la de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, el Instituto para la Seguridad de las Construcciones y la SEP, permitieron una nueva norma que da mayor seguridad a estudiantes, docentes, personal administrativo, además de la capacitación en protección civil impartida a toda la comunidad educativa, entre muchas otras acciones.


Esta es una lección importante en los momentos de adversidad y un ejemplo destacado de la capacidad de resiliencia y adaptación que tiene la Ciudad de México, donde se ha construido una nueva normalidad a partir de las tragedias de los sismos del 85 y del 17. El riesgo persiste, pero seguimos aprendiendo a vivir con él.


¿Esto significa que ya estamos preparados para el próximo sismo? No, falta mucho por hacer, la reconstrucción no ha concluido, por ello es necesario el reforzamiento estructural de escuelas y una agenda muy amplia de acciones para mejorar la seguridad en todos los planteles educativos. Estamos obligados a mantener la guardia alta y redoblar los esfuerzos por la seguridad de todas y todos. XXXTWITTER: @LuisH_Fernandez

Hay momentos en los que se valora la belleza de lo que no se ve y es el caso del sismo de esta semana, sobre todo el balance de daños en la Ciudad. Si traemos a la memoria el sismo del 2017, con una intensidad de 7.1 grados que provocó estructuras dañadas, causó muerte y dolor.


Ahora en 2020 vuelve a temblar con una intensidad incluso mayor a la de hace 3 años; solo que a diferencia de aquella ocasión, esta vez los daños fueron mínimos y no se perdió ninguna vida humana en la Ciudad. La belleza es que no hubo tragedia en esta ocasión en la capital del país.


Las escuelas no fueron inmunes a los daños en los sismos de 1985 y 2017, puesto que en ambas ocasiones hubo cientos de escuelas dañadas en su estructura y muy tristemente, una de ellas se derrumbó causando la muerte de estudiantes y maestros. A causa de estos acontecimientos, la SEP y el Gobierno de la Ciudad de México han tomado las medidas necesarias para fortalecer la seguridad y evitar que nuevamente ocurra una catástrofe.


A diferencia de años anteriores, en 2020 solo hubo daños menores en las escuelas, esto es un avance por el trabajo coordinado, el combate a la corrupción y nuevos protocolos para planteles educativos. La colaboración entre la Secretaría de Obras, la de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, el Instituto para la Seguridad de las Construcciones y la SEP, permitieron una nueva norma que da mayor seguridad a estudiantes, docentes, personal administrativo, además de la capacitación en protección civil impartida a toda la comunidad educativa, entre muchas otras acciones.


Esta es una lección importante en los momentos de adversidad y un ejemplo destacado de la capacidad de resiliencia y adaptación que tiene la Ciudad de México, donde se ha construido una nueva normalidad a partir de las tragedias de los sismos del 85 y del 17. El riesgo persiste, pero seguimos aprendiendo a vivir con él.


¿Esto significa que ya estamos preparados para el próximo sismo? No, falta mucho por hacer, la reconstrucción no ha concluido, por ello es necesario el reforzamiento estructural de escuelas y una agenda muy amplia de acciones para mejorar la seguridad en todos los planteles educativos. Estamos obligados a mantener la guardia alta y redoblar los esfuerzos por la seguridad de todas y todos. XXXTWITTER: @LuisH_Fernandez