Etimológicamente inteligencia se refiere a “quien sabe elegir”.
En el concepto referido al tema de Seguridad Nacional y Global, hace referencia a distintos modelos aplicados para diferentes materias, según sectores, objetos o entes de atención.
Además, se conforma de grupos multidisciplinarios muy similares a los consejos académicos por área, donde expertos sintetizan la información para la toma de decisiones.
Los distintos métodos de clasificación tienen que ver con la producción y las microsemblanzas de casos particulares en materias de seguridad, de producción económica, de protección comercial, ambiental, comunicación, fronteras, migración, así como la presencia del país en otras latitudes, entre otros.
A finales de la Revolución mexicana, se constituyó el primer Sistema de Inteligencia donde la intención primordial era salvaguardar la Seguridad Nacional en la incipiente República. Esta necesidad de fortalecimiento era eliminar cualquier forma de subversión en contra de la clase política, surtiendo de información necesaria para nulificar cualquier agrupación social o movimiento político contrario a la revolución. Todos aquellos actos que pretendían alguna forma de rebelión eran considerados como atentados contra la Seguridad Nacional.
A manera de registro institucional, las primeras oficinas que anteceden al ahora Centro Nacional de Inteligencia (CNI) son las siguientes:
El primer antecedente de los Servicios de Inteligencia del México moderno se remonta a la creación de la Sección Primera de la Secretaría de Gobernación en 1918, durante el Gobierno constitucionalista del Presidente Venustiano Carranza.
Posteriormente, en 1929, durante el Gobierno de Emilio Portes Gil, la Sección Primera se transformó en el Departamento Confidencial que contaba con dos clases de agentes: de información política y de policía administrativa.
En 1939, el Presidente Lázaro Cárdenas transformó el Departamento
Confidencial en la Oficina de Información Política.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, la Oficina de Información Política se transformó en el Departamento de Investigación Política y Social (DIPS).
En 1947, al inicio de la Guerra Fría, se creó la Dirección Federal de Seguridad (DFS).
En 1967, la DIPS se transformó en la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS).
En 1985, el Presidente Miguel de la Madrid disolvió a la DFS. En ese mismo año, se creó la Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional, con el propósito de establecer un marco funcional y administrativo que integrara mejor las distintas fases de la producción de inteligencia, que permitiera evitar duplicidades entre lo que anteriormente eran la DGIPS y la DFS, y que se eliminaran prácticas que llegaron a comprometer el prestigio y solvencia de esas instituciones.
El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) fue creado el 13 de febrero de 1989, con el propósito de dotar al Estado mexicano de un órgano de inteligencia civil acorde a las transformaciones políticas y sociales que experimentaba el país en aquél entonces y apto para hacer frente a los desafíos que planteaba el fin de la Guerra Fría. Dicha institución fue un Órgano Administrativo Desconcentrado de la Secretaría de Gobernación que funcionó hasta el 30 de noviembre de 2018.
La Seguridad Nacional, como ente intrínseco, tiene un valor intangible sobre las estrategias y acciones que garanticen su preservación.
En el periodo de la transformación, contrariamente a la motivación de los regímenes autoritarios que enfocaron sus esfuerzos para reducir a los adversarios ideológicos, la inteligencia política es prioritariamente utilizada contra la delincuencia organizada y la común, haciendo de ésta una fórmula estratégica que produce conocimiento para una mejor orientación del Estado Mexicano y así mantener el orden y la paz pública.
La valiosa Inteligencia mexicana debe contar con fuentes de información abiertas y cerradas para evaluar la confirmación, o no, de hipótesis que coadyuven a mantener la soberanía nacional, así como la internacional cuando se tiene un reconocimiento ético en la conducción de un Estado.
La Inteligencia es sinónimo de interés nacional y va íntimamente relacionado con la política interior y exterior de un país, sus preocupaciones y la forma de darle legitimidad a los actos y diseños de la política pública; por ello, su acción se debe, primordialmente, a buscar el bienestar del pueblo.
Maestro en Derecho por la UNAM