/ miércoles 22 de noviembre de 2017

#Elección2018:busca manga ancha en gasto estatal

Por Mariana Campos

La #Elección2018 hizo su entrada triunfal el pasado jueves 16 de noviembre. Mientras la Corte hizoun llamado al Congreso para regular el gasto en publicidad oficial, los diputados desarmabanla disciplina financiera para el gasto estatal, lo que irónicamente permitirá más gasto discrecional, posiblemente en ese mismo rubro.

Ese día, se aprobaron en el pleno de la Cámara de Diputados una serie de reformas para debilitar los mecanismos de la nueva Ley de Disciplina Financiera para Entidades Federativas y Municipios, los cuales buscaban promover un endeudamiento sostenible y una mayor calidad de gasto público local.

En finanzas públicas, los ingresos excedentes son aquellos que recibe un gobierno durante el ejercicio fiscal, pero que no fueron previstos en el presupuesto aprobado para ese año. La discrecionalidad con la que pueden ser asignados fuera de la discusión con el congreso es una ventaja de la que todo gobernante quiere gozar. De tal forma que, entre más ingresos excedentes puedan asignar de manera discrecional,mejor. Esto incentivaque los gobiernos preparen y presenten ante las legislaturas presupuestos poco realistas en los que se subestiman los ingresos que van a recibir con tal de asignar una mayor cantidad de ingresos excedentes.

En consecuencia, es conveniente regular el destino de los ingresos excedentes para promover que se gasten sin discrecionalidad. Así, se pierde el incentivo de subestimar los ingresos en el presupuesto que se presenta a la legislatura.

La falta de regulación de los ingresos excedentes contribuyó al problema que hoy conocemos: la mala calidad del gasto público que caracteriza a los estados. El gasto corriente ha sido excesivo en relación al gasto en la inversión física, sin importar el nivel de endeudamientode la entidad. En promedio, los montos de inversión física en los estados cayeron en 49% real de 2009 a 2016, mientras que el gasto en servicios personales (sueldos, salarios, honorarios, prestaciones sociales y pago de estímulos a servidores públicos) se incrementó en 28% real en el mismo periodo.

Desafortunadamente, ahora la prioridad de las reformas no parece ser disciplinar los erarios locales, sino todo lo contrario, indisciplinarlos; darían manga ancha a los gobiernos locales durante la #Elección2018. Aquellos que tengan un nivel de deuda “sostenible”, que según la Secretaria de Hacienda (SHCP)es el caso de 23 de los 32 estados, podrán gastar todos sus ingresos excedentes en gasto corriente en lugar de usarlos en amortizar deuda, financiar inversión productiva o ahorrarlos.

Eso sí, según lo establecen las modificaciones aprobadas por los diputados,esto podrá ocurrir exclusivamente durante 2018, año electoral.

Debe aclararse que tener un nivel de deuda sostenible no debe ser un pase automático para la discrecionalidad y el mal gasto. Entidades como Colima, Baja California, Durango y Zacatecas gozan de un nivel de deuda sostenible, según SHCP. Sin embargo, gastan más de lo que se les aprueba en el rubro de servicios generales y gastan menos de lo que se les aprueba en el rubro de inversión.

¿Por tener una deuda sostenible debe permitirsea los estados gastar mal? Lamentablemente, la mayor parte de nuestros diputados piensan que sí. Para ellos, amortizar la deuda, invertir o ahorrar es un castigo. Ojalá que los senadores piensen distinto.

Por Mariana Campos

La #Elección2018 hizo su entrada triunfal el pasado jueves 16 de noviembre. Mientras la Corte hizoun llamado al Congreso para regular el gasto en publicidad oficial, los diputados desarmabanla disciplina financiera para el gasto estatal, lo que irónicamente permitirá más gasto discrecional, posiblemente en ese mismo rubro.

Ese día, se aprobaron en el pleno de la Cámara de Diputados una serie de reformas para debilitar los mecanismos de la nueva Ley de Disciplina Financiera para Entidades Federativas y Municipios, los cuales buscaban promover un endeudamiento sostenible y una mayor calidad de gasto público local.

En finanzas públicas, los ingresos excedentes son aquellos que recibe un gobierno durante el ejercicio fiscal, pero que no fueron previstos en el presupuesto aprobado para ese año. La discrecionalidad con la que pueden ser asignados fuera de la discusión con el congreso es una ventaja de la que todo gobernante quiere gozar. De tal forma que, entre más ingresos excedentes puedan asignar de manera discrecional,mejor. Esto incentivaque los gobiernos preparen y presenten ante las legislaturas presupuestos poco realistas en los que se subestiman los ingresos que van a recibir con tal de asignar una mayor cantidad de ingresos excedentes.

En consecuencia, es conveniente regular el destino de los ingresos excedentes para promover que se gasten sin discrecionalidad. Así, se pierde el incentivo de subestimar los ingresos en el presupuesto que se presenta a la legislatura.

La falta de regulación de los ingresos excedentes contribuyó al problema que hoy conocemos: la mala calidad del gasto público que caracteriza a los estados. El gasto corriente ha sido excesivo en relación al gasto en la inversión física, sin importar el nivel de endeudamientode la entidad. En promedio, los montos de inversión física en los estados cayeron en 49% real de 2009 a 2016, mientras que el gasto en servicios personales (sueldos, salarios, honorarios, prestaciones sociales y pago de estímulos a servidores públicos) se incrementó en 28% real en el mismo periodo.

Desafortunadamente, ahora la prioridad de las reformas no parece ser disciplinar los erarios locales, sino todo lo contrario, indisciplinarlos; darían manga ancha a los gobiernos locales durante la #Elección2018. Aquellos que tengan un nivel de deuda “sostenible”, que según la Secretaria de Hacienda (SHCP)es el caso de 23 de los 32 estados, podrán gastar todos sus ingresos excedentes en gasto corriente en lugar de usarlos en amortizar deuda, financiar inversión productiva o ahorrarlos.

Eso sí, según lo establecen las modificaciones aprobadas por los diputados,esto podrá ocurrir exclusivamente durante 2018, año electoral.

Debe aclararse que tener un nivel de deuda sostenible no debe ser un pase automático para la discrecionalidad y el mal gasto. Entidades como Colima, Baja California, Durango y Zacatecas gozan de un nivel de deuda sostenible, según SHCP. Sin embargo, gastan más de lo que se les aprueba en el rubro de servicios generales y gastan menos de lo que se les aprueba en el rubro de inversión.

¿Por tener una deuda sostenible debe permitirsea los estados gastar mal? Lamentablemente, la mayor parte de nuestros diputados piensan que sí. Para ellos, amortizar la deuda, invertir o ahorrar es un castigo. Ojalá que los senadores piensen distinto.

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