México está padeciendo un proceso electoral atípico marcado por la pandemia del Covid-19, pero también por la pandemia de inseguridad que se ha recrudecido en diversos puntos del territorio nacional, transgresiones al estado de derecho, la violencia contra las mujeres y la niñez cuyas consecuencias están siendo traumáticas, la crisis económica que impacta en todos los sectores y en todos los hogares, así como la incertidumbre sobre el porvenir energético de nuestro país. Estas variables se conjuntan e impactan innegablemente en el ánimo de la ciudadanía y en las inversiones.
La mayor parte de estos factores no fueron contemplados por el partido Morena, por lo que la falta de respuestas, de acciones y de planes gubernamentales para atenderlos le está generando estragos en su preferencia electoral. Y es que algunos proyectos gubernamentales trazados en 2018 han sido modificados en menor medida ante la nueva realidad, sin vislumbrar la magnitud de la ola que cayó sobre México.
A ello se suma la creación de la alianza electoral “Va por México”, conformada por PAN, PRI y PRD que, si bien ha querido ser denostada en público, en privado se reconoce que constituye una seria competencia electoral que puede alzarse con el triunfo de gubernaturas en entidades que hasta hace unos meses Morena consideraba ganadas, tales como Sonora, Campeche, Nuevo León, Sinaloa, Colima, Baja California y Michoacán, más los Estados en los que se presentan sin alianza.
Ello sin perder de vista que podría generar importantes victorias en el Estado de México, Guerrero y Veracruz.
Para las y los actuales diputados federales de Morena resulta muy difícil regresar a sus distritos para pedir de nueva cuenta el voto, pues saben perfectamente que aún en contra de sus deseos y sus esfuerzos no se cumplieron las propuestas de campaña de 2018 por privilegiar la agenda presidencial.
En ese sentido, la división que ha surgido en las filas de Morena también constituye una variable a tomar en cuenta, pues personajes que no fueron finalmente postulados han buscado opciones en partidos de nueva creación, como lo es Fuerza Por México de Pedro Haces que se está abriendo camino en territorios como Michoacán, Nuevo León y la misma Ciudad de México.
En la capital se ha reciclado a la clase política, por lo que no hay muchos rostros nuevos en la contienda, lo cual, junto con el deterioro de instalaciones tan importantes como el Metro, desorganización e insuficiencias en la campaña de vacunación, deterioro económico y falta de agua podría estar generando un escenario adverso para quienes han gobernado a la Ciudad de México desde 1997.
Es evidente que ningún gobernante elige las circunstancias en que debe gobernar, pero sí la forma de hacerlo.
La falta de flexibilidad, de adaptación a la realidad cambiante, de atención a diversas opiniones y de madurez política están creando un escenario poco positivo para Morena y para México, pues bien o mal es el partido que gobernará desde el Poder Ejecutivo hasta el 30 de septiembre de 2024 y requiere mostrar aptitudes resolver problemas.
El de 2021 es un México completamente distinto al de 2018.
@jlcamachov