/ viernes 22 de junio de 2018

Elecciones en México

Es natural que en sistema y régimen políticos presidencialista, la disputa por ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo, concentre la opinión y los esfuerzos de los partidos políticos. Sin embargo, dada las características de nuestra democracia procedimental, tenderemos una cita en las urnas el primero de julio, que puede cambiar para bien, el desarrollo de la propia democracia pero ahora como ámbito de participación y organización ciudadana. Veamos.

Con la selección de, en números cerrados, de 3, 400 cargos el próximo primero de julio, se renovará en una sola jornada, la clase política del país. Este es un fenómeno nunca visto en la historias de nuestro país y sus implicaciones son varias. Si bien es cierto que se trata en la mayor parte de los casos más representativos, como pueden ser los perfiles de los aspirantes a la titularidad del Poder Ejecutivo, el Congreso de la Unión y las nueve gubernaturas, los municipios, Congresos locales y las regidurías, sí que abren las puertas a nuevos integrantes de la más variada procedencia.

De futbolistas profesionales, a animadores de televisión de los llamados “reality show”; de dirigentes de organizaciones no gubernamentales a candidatos de verdad independientes, los mexicanos, en nuestra calidad de electores, tendremos la gran oportunidad de facilitar la llegada –en lo posible, de una nueva forma de hacer política a nivel local. Y este es otro de los aspectos poco valorados en el análisis y debate de los próximos comicios.

Es difícil conocer con exactitud el número de regidurías que estarán en juego. Pues si se considera que, por una parte, solo Baja California (5 municipios) y Nayarit (20 municipios), no tienen elecciones locales concurrentes, esto significa que habrán comicios en 2, 441 municipios (contando las nuevas alcaldías de la Ciudad de México). De esa manera, la competencia en la base política y administrativa que significa el municipios, movilizará en lo deseable, perfiles más vinculados con sus comunidades y por lo tanto, más comprometidos con el presente y futuro de sus demarcaciones.

Así que entre la renovación de la clase política nacional y local, además de la muy probable incorporación de otros perfiles a la manera de hacer política, desde la base misma de la representación que implican las Regidurías, México se apresta a iniciar una nueva era en su vida democrática. Todo un positivo reto que traerá a los partidos políticos, en primera instancia, la opción de refrescar y diversificar sus relaciones con la sociedad y por supuesto, con el electorado.

Por eso, el reto es el volumen de la participación en los comicios locales, pues una votación que logre contener e incluso reducir los porcentajes de abstencionismo a nivel local, implicará sin duda, que la responsabilidad para emitir el sufragio se tomó en serio y que el voto se percibe en definitiva, como una auténtico instrumento de validación o de censura al partido gobernante. Ya lo analizaremos.

javierolivaposada@gamil.com

Es natural que en sistema y régimen políticos presidencialista, la disputa por ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo, concentre la opinión y los esfuerzos de los partidos políticos. Sin embargo, dada las características de nuestra democracia procedimental, tenderemos una cita en las urnas el primero de julio, que puede cambiar para bien, el desarrollo de la propia democracia pero ahora como ámbito de participación y organización ciudadana. Veamos.

Con la selección de, en números cerrados, de 3, 400 cargos el próximo primero de julio, se renovará en una sola jornada, la clase política del país. Este es un fenómeno nunca visto en la historias de nuestro país y sus implicaciones son varias. Si bien es cierto que se trata en la mayor parte de los casos más representativos, como pueden ser los perfiles de los aspirantes a la titularidad del Poder Ejecutivo, el Congreso de la Unión y las nueve gubernaturas, los municipios, Congresos locales y las regidurías, sí que abren las puertas a nuevos integrantes de la más variada procedencia.

De futbolistas profesionales, a animadores de televisión de los llamados “reality show”; de dirigentes de organizaciones no gubernamentales a candidatos de verdad independientes, los mexicanos, en nuestra calidad de electores, tendremos la gran oportunidad de facilitar la llegada –en lo posible, de una nueva forma de hacer política a nivel local. Y este es otro de los aspectos poco valorados en el análisis y debate de los próximos comicios.

Es difícil conocer con exactitud el número de regidurías que estarán en juego. Pues si se considera que, por una parte, solo Baja California (5 municipios) y Nayarit (20 municipios), no tienen elecciones locales concurrentes, esto significa que habrán comicios en 2, 441 municipios (contando las nuevas alcaldías de la Ciudad de México). De esa manera, la competencia en la base política y administrativa que significa el municipios, movilizará en lo deseable, perfiles más vinculados con sus comunidades y por lo tanto, más comprometidos con el presente y futuro de sus demarcaciones.

Así que entre la renovación de la clase política nacional y local, además de la muy probable incorporación de otros perfiles a la manera de hacer política, desde la base misma de la representación que implican las Regidurías, México se apresta a iniciar una nueva era en su vida democrática. Todo un positivo reto que traerá a los partidos políticos, en primera instancia, la opción de refrescar y diversificar sus relaciones con la sociedad y por supuesto, con el electorado.

Por eso, el reto es el volumen de la participación en los comicios locales, pues una votación que logre contener e incluso reducir los porcentajes de abstencionismo a nivel local, implicará sin duda, que la responsabilidad para emitir el sufragio se tomó en serio y que el voto se percibe en definitiva, como una auténtico instrumento de validación o de censura al partido gobernante. Ya lo analizaremos.

javierolivaposada@gamil.com