Por: Ricardo Gallegos
Este año, 15 estados tuvieron elecciones, lo cual tuvo un impacto en la reconformación de cambios de partido en estas entidades, sin embargo, el próximo año vendrán seis elecciones que terminarán de reperfilar el mapa político en el sector subnacional. El contexto en el que se celebrarán estos cambios de administración podría ser un poco menos complejo que lo que vivieron sus pares durante este año, ya que la recuperación económica en términos generales, la estabilidad y cierto nivel de crecimiento en las participaciones federales deberían ayudar a una transición más suave, aunque para algunas entidades el principal tema será la liquidez.
El próximo año tendrán elecciones de gubernatura los estados de Aguascalientes, Durango (HR C), Hidalgo (HR AA), Oaxaca (HR A), Quintana Roo (HR BBB-) y Tamaulipas (HR A). Las elecciones se celebrarán el 5 de junio de 2022 y para el caso de Durango se elegirán además presidencias municipales y para Quintana Roo se renovará la Cámara de Diputados, además de que se disputarán más de 400 puestos de elección popular aproximadamente.
Entre estos seis estados se acumula cerca del 9.95% del PIB Nacional y será otra prueba más en términos políticos de cómo llegaremos en términos de preferencias electorales a las elecciones federales de 2024. Cada uno de estos estados enfrenta ciertos retos que, derivado de sus propios contextos económicos, deberá resolver antes de que las elecciones sean celebradas.
De acuerdo con la Ley de Disciplina Financiera deberán tener liquidadas todas sus obligaciones de corto plazo tres meses antes del cambio de administración; en este sentido, destaco el caso del Estado de Oaxaca (HR A), que recientemente obtuvo un incremento en su calificación y uno de los aspectos financieros a considerar fue justo que a la fecha lograron cerrar ya la revolvencia de este tipo de créditos, apoyado por los resultados equilibrados en su balance financiero y un nivel de pasivo muy controlado; esta situación le permitirá que este tipo de presiones no afecten el ritmo de liquidez y el flujo de efectivo, y permitirá en esencia que las siguientes autoridades tengan un mejor escenario para su arranque. Otro estado que también ha tenido buenos resultados de manera consistente e incluso también un incremento en su calificación este año es Hidalgo, que inclusive su nivel de calificación HR AA ya es considerada de las más altas a nivel nacional y se debe principalmente a un bajo nivel de endeudamiento relativo y a un estricto control presupuestal. Por supuesto, como todos, existen ventanas de oportunidad para estas entidades, como por ejemplo estos dos estados deben mejorar indicadores de bienestar y pobreza, por lo que todavía habrá que seguir apuntalando a este tipo de políticas públicas.
Para el caso de Tamaulipas (HR A) y Quintana Roo (HR BBB-), los principales retos, además del cierre de la revolvencia de los créditos de corto plazo, serán todavía los efectos de la pandemia, en particular Quintana Roo al estar vinculado a un sector turístico y expuesto a fenómenos meteorológicos, que lo hace más vulnerable que otras entidades. Tamaulipas, por otra parte, posee la característica de una economía industrial y una ubicación geográfica privilegiada, que coadyuva a mejores tasas que otros estados; sin embargo, ha sido una entidad que ha tenido un nivel de crecimiento sostenido en su deuda y que motivó la baja de su calificación el año pasado, situación que deberá ser evaluada por las siguientes autoridades y que deberá servir de guía para seguir creciendo como entidad.
En el último de los casos calificados por HR Ratings está Durango (HR C), quizás el estado que desde el punto de liquidez se encuentra más comprometido; la entidad antes del cambio de gobierno deberá tener liquidada su posición de corto plazo, que es justo sobre la que ha tenido incumplimientos recientes, y a la vez encontrar una solución estructural a la dependencia de recursos extraordinarios de la federación como el U080, que provocaron prácticamente en su totalidad el descalce en los ingresos. Todos estos son retos importantes para cada una de estas entidades para el próximo año, sin lugar a duda.
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*Ricardo Gallegos es Director Ejecutivo Senior de Finanzas Públicas & Deuda Soberana en HR Ratings. Economista por el ITESM y estudios de Maestría en Políticas Públicas por el ITAM.
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