/ viernes 22 de junio de 2018

Elecciones y futbol

Conforme se acerca el primero de julio, la guerra sucia se profundiza en las campañas electorales. Hemos llegado a un punto en el que infinidad de videos e imágenes circulan en redes sociales, valiéndose de todo tipo de contenidos para denostar públicamente a los candidatos presidenciales.

La lucha por el poder no ha tenido límites. Las redes sociales terminaron por convertirse en el medio por excelencia para, desde el anonimato, desprestigiar la trayectoria personal, profesional y moral de quienes aspiran a dirigir el destino de la Nación.

Pero al momento de escribir estas líneas, los mexicanos aún seguimos invadidos por la euforia del triunfo de la Selección Nacional de futbol sobre Alemania.

Esta victoria, no podía llegar en mejor momento; justo cuando los ciudadanos hemos estado sometidos a una excesiva saturación de ataques y descalificaciones entre todos los candidatos presidenciales.

Desde mi punto de vista, este histórico logro de la Selección Mexicana en el mundial tiene una relevancia especial por dos razones:

En primer lugar, porque hemos visto a una nueva generación de jugadores mexicanos. La gran mayoría de ellos con un gran talento y madurez, que son resultado de una mejor preparación y, desde luego, de un intenso fogueo, particularmente en equipos extranjeros.

Reconozco que nos ha llevado mucho tiempo articular a un cuadro nacional más competitivo. Pero el sábado pasado vimos a un equipo más sólido y mejor plantado en la cancha; en realidad vimos a un seleccionado mexicano de nuestra época.

Derrotar al aún campeón del mundo, bastó para sacar a las calles a miles de mexicanos de todas las edades, desbordando alegría y júbilo. No es cualquier cosa imponerse a quien aparecía como favorito; por ello, la Selección Nacional también logró otro importante objetivo: el de revivir el patriotismo y la unidad de los mexicanos.

Desde este espacio quiero felicitar a todos los integrantes del equipo nacional -y desde luego a su Técnico- por su excelente desempeño y por demostrar que tienen la camiseta mexicana bien puesta.

Sinceramente deseo que en los siguientes partidos, los jugadores mantengan el coraje y el empuje que han demostrado.

La segunda razón por la que considero que dicho triunfo ha sido relevante es la siguiente:

En los mexicanos existe un amplio malestar por la pésima conducción política y económica del país en los últimos años; además, en la actualidad desconfiamos más que nunca de nuestras instituciones (Congresos, partidos políticos, poder ejecutivo y judicial, policía, sindicatos, etc.).

Y en este contexto, el futbol ha venido a brindarnos un momento de alegría y optimismo que tanto hacía falta a los mexicanos.

Esto sólo lo consigue el Futbol y una sociedad que está necesitada de liberar miles de sentimientos y frustraciones.

Por eso, me atrevo a plantear que si bien la falta de resultados del gobierno y el desprestigio de la política nos llevaron a una situación de desesperanza, el futbol -esta vez- se ha encargado de que el orgullo y amor a México resurjan en cada uno de nosotros.

Pero no todo son buenas noticias; también vimos a los candidatos presidenciales ponerse la camiseta verde y promover sus imágenes en redes sociales. Parece que ninguno de ellos dejó pasar la oportunidad para “colgarse” de la victoria de nuestra Selección para seguir buscando la simpatía de los ciudadanos mexicanos.

Lejos quedaron en su intento de querer conectar con una sociedad que está harta de promesas fáciles; más bien, aparecieron como meros oportunistas, intentando lucrar políticamente con la pasión mexicana. Su evidente interés por capitalizar la victoria de México sobre Alemania, resultó detestable, por decir lo menos.

No faltó quien quiso encontrar en el triunfo de nuestra Selección razones para argumentar que en la contienda electoral nada está decidido, cuando lo que en realidad sucedió es que el futbol desplazó a las campañas políticas. El tema de estos días es el equipo mexicano y la atención nacional está puesta en el partido de mañana sábado.

Por ahora, me uno al deseo de la inmensa mayoría de los mexicanos porque nuestra Selección mantenga el ritmo y vuelva a poner muy en alto el nombre de México ante Corea del Sur y Suecia.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación

Conforme se acerca el primero de julio, la guerra sucia se profundiza en las campañas electorales. Hemos llegado a un punto en el que infinidad de videos e imágenes circulan en redes sociales, valiéndose de todo tipo de contenidos para denostar públicamente a los candidatos presidenciales.

La lucha por el poder no ha tenido límites. Las redes sociales terminaron por convertirse en el medio por excelencia para, desde el anonimato, desprestigiar la trayectoria personal, profesional y moral de quienes aspiran a dirigir el destino de la Nación.

Pero al momento de escribir estas líneas, los mexicanos aún seguimos invadidos por la euforia del triunfo de la Selección Nacional de futbol sobre Alemania.

Esta victoria, no podía llegar en mejor momento; justo cuando los ciudadanos hemos estado sometidos a una excesiva saturación de ataques y descalificaciones entre todos los candidatos presidenciales.

Desde mi punto de vista, este histórico logro de la Selección Mexicana en el mundial tiene una relevancia especial por dos razones:

En primer lugar, porque hemos visto a una nueva generación de jugadores mexicanos. La gran mayoría de ellos con un gran talento y madurez, que son resultado de una mejor preparación y, desde luego, de un intenso fogueo, particularmente en equipos extranjeros.

Reconozco que nos ha llevado mucho tiempo articular a un cuadro nacional más competitivo. Pero el sábado pasado vimos a un equipo más sólido y mejor plantado en la cancha; en realidad vimos a un seleccionado mexicano de nuestra época.

Derrotar al aún campeón del mundo, bastó para sacar a las calles a miles de mexicanos de todas las edades, desbordando alegría y júbilo. No es cualquier cosa imponerse a quien aparecía como favorito; por ello, la Selección Nacional también logró otro importante objetivo: el de revivir el patriotismo y la unidad de los mexicanos.

Desde este espacio quiero felicitar a todos los integrantes del equipo nacional -y desde luego a su Técnico- por su excelente desempeño y por demostrar que tienen la camiseta mexicana bien puesta.

Sinceramente deseo que en los siguientes partidos, los jugadores mantengan el coraje y el empuje que han demostrado.

La segunda razón por la que considero que dicho triunfo ha sido relevante es la siguiente:

En los mexicanos existe un amplio malestar por la pésima conducción política y económica del país en los últimos años; además, en la actualidad desconfiamos más que nunca de nuestras instituciones (Congresos, partidos políticos, poder ejecutivo y judicial, policía, sindicatos, etc.).

Y en este contexto, el futbol ha venido a brindarnos un momento de alegría y optimismo que tanto hacía falta a los mexicanos.

Esto sólo lo consigue el Futbol y una sociedad que está necesitada de liberar miles de sentimientos y frustraciones.

Por eso, me atrevo a plantear que si bien la falta de resultados del gobierno y el desprestigio de la política nos llevaron a una situación de desesperanza, el futbol -esta vez- se ha encargado de que el orgullo y amor a México resurjan en cada uno de nosotros.

Pero no todo son buenas noticias; también vimos a los candidatos presidenciales ponerse la camiseta verde y promover sus imágenes en redes sociales. Parece que ninguno de ellos dejó pasar la oportunidad para “colgarse” de la victoria de nuestra Selección para seguir buscando la simpatía de los ciudadanos mexicanos.

Lejos quedaron en su intento de querer conectar con una sociedad que está harta de promesas fáciles; más bien, aparecieron como meros oportunistas, intentando lucrar políticamente con la pasión mexicana. Su evidente interés por capitalizar la victoria de México sobre Alemania, resultó detestable, por decir lo menos.

No faltó quien quiso encontrar en el triunfo de nuestra Selección razones para argumentar que en la contienda electoral nada está decidido, cuando lo que en realidad sucedió es que el futbol desplazó a las campañas políticas. El tema de estos días es el equipo mexicano y la atención nacional está puesta en el partido de mañana sábado.

Por ahora, me uno al deseo de la inmensa mayoría de los mexicanos porque nuestra Selección mantenga el ritmo y vuelva a poner muy en alto el nombre de México ante Corea del Sur y Suecia.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación