/ martes 31 de agosto de 2021

Emergencia climática

Por: Mariana González Araujo

Profesora de Medio Ambiente en la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.

En el Ramayana, el rol de Hanuman me inspira ante esta crisis climática. Cuando Ravana rapta a Sita, la madre tierra, es Hanuman, quien ayuda a Rama a salvarla gracias a un salto de fe que impulsa en él Jambavan, rey de los osos, cuando este le recuerda que tiene el poder para hacerlo.

Por ello, ante la situación de sequía generalizada en México - observación que hacía la NASA en el mes de mayo antes de las elecciones, en la cual se compartía imágenes de la Presa Villa Victoria y explicaban que esta situación de mínimos históricos era compartida por al menos por otras 60 presas y casi el 85 por ciento del país- podemos recordar nuestro poder de recuperar la capacidad de presas y mantos freáticos si transformamos nuestra relación con el ciclo del agua.

Ante la ausencia de las agendas ambientales en la contienda electoral, recordemos que podemos ser más creativos en los discursos, en las estrategias mediáticas y en los materiales utilizados. Pues en pandemia, poco o nada levantamos folletos del piso. Evitar el uso excesivo de las mantas, ayudaría a disminuir la contaminación visual, así como el estrés generado por esta sobre exposición.

Frente a las lluvias intensas que se experimentaron en el mes de julio en Alemania, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos – que en días posteriores veíamos también en China, contrastando con olas de calor e incendios forestales en Estados Unidos y Canadá- podemos recordar que está en nosotros poder disminuir las emisiones, generando una política con mecanismos de transición para transformar nuestra forma de transportarnos y también, nuestros sistemas agroecológicos.

Con estos antecedentes, la reciente publicación del reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) enmarca una verdad innegable. Un código rojo, que en palabras como las del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, es un llamado que no deja espacio a escusas. Los efectos de cambio climático no esperarán a que salgamos de la contingencia sanitaria, más bien, es necesario considerar como condición sine qua non salir de la crisis climática para recuperar la salud y la vida misma.

La biodiversidad es clave. Por ello, incluso antes de la publicación del reporte, se llevó a cabo la primera colaboración entre el IPCC y la IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas). Dos órganos intergubernamentales que, en un taller virtual, pudieron visibilizar la estrecha relación entre cambio climático y la diversidad biológica, delineando siete secciones científicas dentro de las cuales podemos observar: las conexiones humanas; efectos en la mitigación y adaptación; interacciones, límites y umbrales, hasta algunas soluciones que consideran el nexo sociedad, clima y biodiversidad.

Si las actividades humanas son las principales causantes del cambio climático, pueden ser también las principales sanadoras. Escuchemos el llamado de António Guterres y sumémonos a la declaratoria de emergencia climática. Con ello, México podría facilitar los recursos y esfuerzos necesarios para hacer frente a esta crisis, recordando en todo momento a nuestra aliada, la biodiversidad.

Por: Mariana González Araujo

Profesora de Medio Ambiente en la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.

En el Ramayana, el rol de Hanuman me inspira ante esta crisis climática. Cuando Ravana rapta a Sita, la madre tierra, es Hanuman, quien ayuda a Rama a salvarla gracias a un salto de fe que impulsa en él Jambavan, rey de los osos, cuando este le recuerda que tiene el poder para hacerlo.

Por ello, ante la situación de sequía generalizada en México - observación que hacía la NASA en el mes de mayo antes de las elecciones, en la cual se compartía imágenes de la Presa Villa Victoria y explicaban que esta situación de mínimos históricos era compartida por al menos por otras 60 presas y casi el 85 por ciento del país- podemos recordar nuestro poder de recuperar la capacidad de presas y mantos freáticos si transformamos nuestra relación con el ciclo del agua.

Ante la ausencia de las agendas ambientales en la contienda electoral, recordemos que podemos ser más creativos en los discursos, en las estrategias mediáticas y en los materiales utilizados. Pues en pandemia, poco o nada levantamos folletos del piso. Evitar el uso excesivo de las mantas, ayudaría a disminuir la contaminación visual, así como el estrés generado por esta sobre exposición.

Frente a las lluvias intensas que se experimentaron en el mes de julio en Alemania, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos – que en días posteriores veíamos también en China, contrastando con olas de calor e incendios forestales en Estados Unidos y Canadá- podemos recordar que está en nosotros poder disminuir las emisiones, generando una política con mecanismos de transición para transformar nuestra forma de transportarnos y también, nuestros sistemas agroecológicos.

Con estos antecedentes, la reciente publicación del reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) enmarca una verdad innegable. Un código rojo, que en palabras como las del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, es un llamado que no deja espacio a escusas. Los efectos de cambio climático no esperarán a que salgamos de la contingencia sanitaria, más bien, es necesario considerar como condición sine qua non salir de la crisis climática para recuperar la salud y la vida misma.

La biodiversidad es clave. Por ello, incluso antes de la publicación del reporte, se llevó a cabo la primera colaboración entre el IPCC y la IPBES (Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas). Dos órganos intergubernamentales que, en un taller virtual, pudieron visibilizar la estrecha relación entre cambio climático y la diversidad biológica, delineando siete secciones científicas dentro de las cuales podemos observar: las conexiones humanas; efectos en la mitigación y adaptación; interacciones, límites y umbrales, hasta algunas soluciones que consideran el nexo sociedad, clima y biodiversidad.

Si las actividades humanas son las principales causantes del cambio climático, pueden ser también las principales sanadoras. Escuchemos el llamado de António Guterres y sumémonos a la declaratoria de emergencia climática. Con ello, México podría facilitar los recursos y esfuerzos necesarios para hacer frente a esta crisis, recordando en todo momento a nuestra aliada, la biodiversidad.