/ miércoles 22 de junio de 2022

En busca de la candidatura 

El encuentro del canciller Marcelo Ebrard con diputados locales y síndicos de Morena en Guadalajara no fue un costoso e ilegal acto anticipado de campaña ni una novedad en la política de México; tampoco lo será el recorrido por las 32 entidades federativas de la República anunciado para los próximos meses. En otras épocas y en otras circunstancias, los aspirantes a la candidatura de un partido buscaron también su postulación antes de comenzar formalmente las actividades electorales, como lo hizo el propio Andrés Manuel López Obrador desde meses, años, anteriores a su campaña por la presidencia de la República y es el propio López Obrador quien, al identificar públicamente a los prospectos para la candidatura de Morena abrió la puerta a las actividades de quienes él mismo considera como posibles candidatos de entre los cuales surgirá el nombre del abanderado de su partido para la elección presidencial de 2024. La reunión de Ebrard Casaubon con miembros de Morena tuvo simple y llanamente el propósito de buscar la candidatura del partido como claramente lo señaló el mismo canciller la tarde del domingo pasado en la capital de Jalisco.

Actos como el de Guadalajara no están vedados por el régimen electoral en vigor; la presencia del canciller en ese encuentro es una actividad en pos de la candidatura. Los más destacados personajes señalados como posibles candidatos por el presidente López Obrador, en diversas formas están desarrollando actividades en busca de su postulación para la campaña por la presidencia de la República aún no comenzada a estas alturas del proceso electoral, pese a opiniones equivocadas o mal intencionadas levantadas ya en el ámbito de la política del país.

La diferencia con otros aspirantes y los proyectos de acciones para los próximos meses en todo el territorio nacional es la claridad y transparencia de las intenciones expresadas por el secretario de Relaciones Exteriores y en las cuales participarán sin duda un grupo de seguidores y colaboradores del propio funcionario. Nadie puede llamarse a engañado ni obligado a apoyar las jornadas que en horarios y días permitidos por la ley que se desarrollarán en toda la República.

Otra diferencia importante en el caso de las actividades emprendidas por Marcelo Ebrard es la evidente ventaja en la mayoría de las encuestas sobre otros aspirantes a la candidatura de Morena. Como el mismo canciller lo señaló, a estas alturas del proceso electoral la mayoría de esos sondeos lo colocan en el primer lugar. El sitio preponderante del canciller en esas auscultaciones, si bien no formales ni determinantes para la postulación, indican un punto de vista de esta parte de la población consultada y constituyen un reflejo inequívoco de la imagen del funcionario caracterizada por su madurez política y su actuación en los cargos públicos hasta ahora ocupados con la seriedad y la responsabilidad percibidas sin duda por esa parte de la población.

La asistencia de Marcelo Ebrard al encuentro de Guadalajara –vale la pena insistir en ello—no es un acto anticipado de campaña, sino parte del trabajo político necesario para obtener la candidatura del partido Morena. El contagio del virus Covid 19 confirmado por el propio Ebrard no será obstáculo para comenzar la actividad preelectoral en toda la República. Si en otros países, entre ellos específicamente Estados Unidos, se llevan a cabo procesos conocidos como elecciones primarias o semejantes a ellas, en México ha sido habitual el desarrollo de actividades, podría decirse preelectorales de los aspirantes a la candidatura de su partido, cuyos nombres en varias ocasiones han sido revelados públicamente incluso por el propio presidente de la República. El presidente Luis Echeverría encargó al entonces secretario de Recursos Hidráulicos, Leandro Rovirosa Wade, el anuncio del elenco del cual surgiría la postulación formal en favor de José López Portillo, no obstante la certidumbre de que sería el propio jefe del Ejecutivo quien tomara una decisión que, según los usos de la política del país, sólo a él correspondía. Ya en los años posteriores a la Revolución en diversas formas los nombres de los precandidatos eran pública y ampliamente conocidos. La candidatura de Lázaro Cárdenas por el Partido Nacional Revolucionario fue decidida por Plutarco Elías Calles no sin antes haberse dado a conocer otros nombres como los de Adalberto Tejeda y Aarón Sáenz. La candidatura de Manuel Ávila Camacho fue finalmente decidida por Lázaro Cárdenas de entre otros aspirantes, entre los cuales el más fuerte era el general Francisco J. Mújica, su cercano y personal amigo. En los procesos del poderoso y hegemónico Partido Revolucionario Institucional, se recuerda la llamada pasarela organizada por la Cámara de Diputados con el desfile de los aspirantes a la candidatura, finalmente en favor de Carlos Salinas de Gortari.

Si algo hay de anticipado en el proceso actual es el tiempo decidido por el presidente López Obrador para dar a conocer una cambiante lista de precandidatos por él llamados corcholatas, cual envases destapados ya ante la opinión pública. Esa anticipación, con todo y ser discutible, ha dado pie a una suerte de debate en el que se analizan virtudes y defectos, capacidades y fallas de los prospectos señalados por el presidente. Es de esperarse que en esta ocasión la voluntad del selector, según la naturaleza que las condiciones políticas del país asignan al jefe del Ejecutivo, se incline en favor del mejor, que en materia de opinión pública parece favorecer hasta ahora al canciller Marcelo Ebrard Casaubon.

sdelrio1934@gmail.com


El encuentro del canciller Marcelo Ebrard con diputados locales y síndicos de Morena en Guadalajara no fue un costoso e ilegal acto anticipado de campaña ni una novedad en la política de México; tampoco lo será el recorrido por las 32 entidades federativas de la República anunciado para los próximos meses. En otras épocas y en otras circunstancias, los aspirantes a la candidatura de un partido buscaron también su postulación antes de comenzar formalmente las actividades electorales, como lo hizo el propio Andrés Manuel López Obrador desde meses, años, anteriores a su campaña por la presidencia de la República y es el propio López Obrador quien, al identificar públicamente a los prospectos para la candidatura de Morena abrió la puerta a las actividades de quienes él mismo considera como posibles candidatos de entre los cuales surgirá el nombre del abanderado de su partido para la elección presidencial de 2024. La reunión de Ebrard Casaubon con miembros de Morena tuvo simple y llanamente el propósito de buscar la candidatura del partido como claramente lo señaló el mismo canciller la tarde del domingo pasado en la capital de Jalisco.

Actos como el de Guadalajara no están vedados por el régimen electoral en vigor; la presencia del canciller en ese encuentro es una actividad en pos de la candidatura. Los más destacados personajes señalados como posibles candidatos por el presidente López Obrador, en diversas formas están desarrollando actividades en busca de su postulación para la campaña por la presidencia de la República aún no comenzada a estas alturas del proceso electoral, pese a opiniones equivocadas o mal intencionadas levantadas ya en el ámbito de la política del país.

La diferencia con otros aspirantes y los proyectos de acciones para los próximos meses en todo el territorio nacional es la claridad y transparencia de las intenciones expresadas por el secretario de Relaciones Exteriores y en las cuales participarán sin duda un grupo de seguidores y colaboradores del propio funcionario. Nadie puede llamarse a engañado ni obligado a apoyar las jornadas que en horarios y días permitidos por la ley que se desarrollarán en toda la República.

Otra diferencia importante en el caso de las actividades emprendidas por Marcelo Ebrard es la evidente ventaja en la mayoría de las encuestas sobre otros aspirantes a la candidatura de Morena. Como el mismo canciller lo señaló, a estas alturas del proceso electoral la mayoría de esos sondeos lo colocan en el primer lugar. El sitio preponderante del canciller en esas auscultaciones, si bien no formales ni determinantes para la postulación, indican un punto de vista de esta parte de la población consultada y constituyen un reflejo inequívoco de la imagen del funcionario caracterizada por su madurez política y su actuación en los cargos públicos hasta ahora ocupados con la seriedad y la responsabilidad percibidas sin duda por esa parte de la población.

La asistencia de Marcelo Ebrard al encuentro de Guadalajara –vale la pena insistir en ello—no es un acto anticipado de campaña, sino parte del trabajo político necesario para obtener la candidatura del partido Morena. El contagio del virus Covid 19 confirmado por el propio Ebrard no será obstáculo para comenzar la actividad preelectoral en toda la República. Si en otros países, entre ellos específicamente Estados Unidos, se llevan a cabo procesos conocidos como elecciones primarias o semejantes a ellas, en México ha sido habitual el desarrollo de actividades, podría decirse preelectorales de los aspirantes a la candidatura de su partido, cuyos nombres en varias ocasiones han sido revelados públicamente incluso por el propio presidente de la República. El presidente Luis Echeverría encargó al entonces secretario de Recursos Hidráulicos, Leandro Rovirosa Wade, el anuncio del elenco del cual surgiría la postulación formal en favor de José López Portillo, no obstante la certidumbre de que sería el propio jefe del Ejecutivo quien tomara una decisión que, según los usos de la política del país, sólo a él correspondía. Ya en los años posteriores a la Revolución en diversas formas los nombres de los precandidatos eran pública y ampliamente conocidos. La candidatura de Lázaro Cárdenas por el Partido Nacional Revolucionario fue decidida por Plutarco Elías Calles no sin antes haberse dado a conocer otros nombres como los de Adalberto Tejeda y Aarón Sáenz. La candidatura de Manuel Ávila Camacho fue finalmente decidida por Lázaro Cárdenas de entre otros aspirantes, entre los cuales el más fuerte era el general Francisco J. Mújica, su cercano y personal amigo. En los procesos del poderoso y hegemónico Partido Revolucionario Institucional, se recuerda la llamada pasarela organizada por la Cámara de Diputados con el desfile de los aspirantes a la candidatura, finalmente en favor de Carlos Salinas de Gortari.

Si algo hay de anticipado en el proceso actual es el tiempo decidido por el presidente López Obrador para dar a conocer una cambiante lista de precandidatos por él llamados corcholatas, cual envases destapados ya ante la opinión pública. Esa anticipación, con todo y ser discutible, ha dado pie a una suerte de debate en el que se analizan virtudes y defectos, capacidades y fallas de los prospectos señalados por el presidente. Es de esperarse que en esta ocasión la voluntad del selector, según la naturaleza que las condiciones políticas del país asignan al jefe del Ejecutivo, se incline en favor del mejor, que en materia de opinión pública parece favorecer hasta ahora al canciller Marcelo Ebrard Casaubon.

sdelrio1934@gmail.com