/ martes 27 de octubre de 2020

En educación: la estrategia correcta (II)

La estrategia aplicada por el gobierno mexicano en materia educativa frente a la pandemia ha demostrado ser eficaz y responsable al eliminar la posibilidad de contagio que representa la convivencia cercana de millones de personas en los planteles y poner en práctica un mecanismo sucedáneo, sin paralelo, el cual reduce al mínimo los perjuicios que resiente el proceso educativo debido a la emergencia sanitaria.

Por supuesto que no es igual a las clases presenciales, no puede serlo, pues se trata de enfrentar un problema de salud muy grave que imposibilita la continuidad educativa en condiciones normales; como tampoco es igual alimentar a alguien por vía intravenosa que mediante la ingestión habitual de alimentos, pero se trata de mantener operando un proceso a través de métodos alternativos excepcionales para poder superar la contingencia. La poco frecuente coincidencia plena entre el sector público, el privado y las plurales corrientes políticas del país, se consiguió en torno a un objetivo del más alto rango. Autoridades gubernativas locales y federales; televisores públicas y privadas; corporativos informáticos; partidos políticos y la autoridad electoral lo hicieron posible al converger de manera ejemplar.

La puesta en práctica del programa Aprende en Casa ha permitido continuar la educación por vía remota y abre espacio para que, con gran responsabilidad, se establezca el método de regreso a clases el cual, como lo ha indicado el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, está condicionado a que la autoridad sanitaria autorice el semáforo verde en las entidades federativas y el gobierno de cada una de ellas determine la viabilidad de la apertura de las aulas, lo cual es muy adecuado en un sistema federal en el que los gobiernos locales pueden atender de mejor manera las necesidades específicas de cada región y tomar las medidas conducentes.

Evidentemente, la situación ideal implica reanudar las clases presenciales pero, como ha señalado el funcionario, esta reanudación debe ser gradual, tomando en cuenta distintas variables como la necesidad de disminuir la cantidad de alumnos en los salones y prever un tiempo para detectar las necesidades de estudiantes que deben compensar posibles atrasos derivados de una incompleta recepción de los contenidos, dadas sus circunstancias particulares. Además, conviene tener en cuenta que los avances realizados en la educación a distancia deben combinarse con la actividad presencial considerando que el aprendizaje a través del empleo de modernas tecnologías no debe abandonarse y, por el contrario, conviene combinarlo con las actividades escolares tradicionales. Ello permitirá obtener las ventajas de ambos mundos.

Todo este esquema debe ser tomado en consideración para lograr un retorno estable y sin sobresaltos, pues un aceleramiento inapropiado puede conducir a situaciones como las experimentadas en algunos países que abrieron sus centros escolares para luego tener que volverlos a cerrar. Incluso en los últimos días en España, después de la nueva declaración de Estado de Alarma, hay regiones como Cataluña que prevén el cierre de los planteles. Esta circunstancia se da también en EE. UU., por ejemplo en el condado de Dorchester, Maryland.

Otro elemento a tomar en cuenta al revisar las políticas seguidas en otras latitudes es el relativo a la posibilidad de acudir a sistemas alternos como México lo ha hecho. En algunos países donde se ha insistido en la necesidad de reabrir las aulas esto obedece fundamentalmente a que no han implementado un sistema de aprendizaje a distancia que les permita contender con la situación de emergencia.

El tema genera amplios debates, por ejemplo en España se ha dado un movimiento a través de plataformas digitales para protestar contra reaperturas escolares que no cuidaron adecuadamente la salud de educadores y educandos. Ese es el punto principal a considerar. Es indudable que los contactos cercanos entre personas potencian las posibilidades de contagio, de modo que mantener cerrado un ambiente en el que naturalmente se incrementan dichos contactos tiene que reducir la posibilidad de expansión de la enfermedad. Es cierto que hay apertura de otros lugares donde la gente se reúne como los restoranes, los cines o los bares, pero asistir a tales sitios es voluntario y las personas pueden decidir o no si acuden, en tanto que una reapertura escolar generalizada hace prácticamente imperativa la presencia de maestros y alumnos aunque esta se sujete a modalidades como la reducción del aforo de los salones a la mitad; alternando la asistencia de los estudiantes en los días de la semana. La difusión de reglas claras para reabrir centros escolares, por cierto, le da una gran certeza a los padres y a los propios niños, cuya estabilidad emocional puede verse aún más afectada por una variación constante de su situación personal, sujeta a los vaivenes de regresos temporales y nuevos confinamientos.

eduardoandrade1948@gmail.com



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La estrategia aplicada por el gobierno mexicano en materia educativa frente a la pandemia ha demostrado ser eficaz y responsable al eliminar la posibilidad de contagio que representa la convivencia cercana de millones de personas en los planteles y poner en práctica un mecanismo sucedáneo, sin paralelo, el cual reduce al mínimo los perjuicios que resiente el proceso educativo debido a la emergencia sanitaria.

Por supuesto que no es igual a las clases presenciales, no puede serlo, pues se trata de enfrentar un problema de salud muy grave que imposibilita la continuidad educativa en condiciones normales; como tampoco es igual alimentar a alguien por vía intravenosa que mediante la ingestión habitual de alimentos, pero se trata de mantener operando un proceso a través de métodos alternativos excepcionales para poder superar la contingencia. La poco frecuente coincidencia plena entre el sector público, el privado y las plurales corrientes políticas del país, se consiguió en torno a un objetivo del más alto rango. Autoridades gubernativas locales y federales; televisores públicas y privadas; corporativos informáticos; partidos políticos y la autoridad electoral lo hicieron posible al converger de manera ejemplar.

La puesta en práctica del programa Aprende en Casa ha permitido continuar la educación por vía remota y abre espacio para que, con gran responsabilidad, se establezca el método de regreso a clases el cual, como lo ha indicado el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, está condicionado a que la autoridad sanitaria autorice el semáforo verde en las entidades federativas y el gobierno de cada una de ellas determine la viabilidad de la apertura de las aulas, lo cual es muy adecuado en un sistema federal en el que los gobiernos locales pueden atender de mejor manera las necesidades específicas de cada región y tomar las medidas conducentes.

Evidentemente, la situación ideal implica reanudar las clases presenciales pero, como ha señalado el funcionario, esta reanudación debe ser gradual, tomando en cuenta distintas variables como la necesidad de disminuir la cantidad de alumnos en los salones y prever un tiempo para detectar las necesidades de estudiantes que deben compensar posibles atrasos derivados de una incompleta recepción de los contenidos, dadas sus circunstancias particulares. Además, conviene tener en cuenta que los avances realizados en la educación a distancia deben combinarse con la actividad presencial considerando que el aprendizaje a través del empleo de modernas tecnologías no debe abandonarse y, por el contrario, conviene combinarlo con las actividades escolares tradicionales. Ello permitirá obtener las ventajas de ambos mundos.

Todo este esquema debe ser tomado en consideración para lograr un retorno estable y sin sobresaltos, pues un aceleramiento inapropiado puede conducir a situaciones como las experimentadas en algunos países que abrieron sus centros escolares para luego tener que volverlos a cerrar. Incluso en los últimos días en España, después de la nueva declaración de Estado de Alarma, hay regiones como Cataluña que prevén el cierre de los planteles. Esta circunstancia se da también en EE. UU., por ejemplo en el condado de Dorchester, Maryland.

Otro elemento a tomar en cuenta al revisar las políticas seguidas en otras latitudes es el relativo a la posibilidad de acudir a sistemas alternos como México lo ha hecho. En algunos países donde se ha insistido en la necesidad de reabrir las aulas esto obedece fundamentalmente a que no han implementado un sistema de aprendizaje a distancia que les permita contender con la situación de emergencia.

El tema genera amplios debates, por ejemplo en España se ha dado un movimiento a través de plataformas digitales para protestar contra reaperturas escolares que no cuidaron adecuadamente la salud de educadores y educandos. Ese es el punto principal a considerar. Es indudable que los contactos cercanos entre personas potencian las posibilidades de contagio, de modo que mantener cerrado un ambiente en el que naturalmente se incrementan dichos contactos tiene que reducir la posibilidad de expansión de la enfermedad. Es cierto que hay apertura de otros lugares donde la gente se reúne como los restoranes, los cines o los bares, pero asistir a tales sitios es voluntario y las personas pueden decidir o no si acuden, en tanto que una reapertura escolar generalizada hace prácticamente imperativa la presencia de maestros y alumnos aunque esta se sujete a modalidades como la reducción del aforo de los salones a la mitad; alternando la asistencia de los estudiantes en los días de la semana. La difusión de reglas claras para reabrir centros escolares, por cierto, le da una gran certeza a los padres y a los propios niños, cuya estabilidad emocional puede verse aún más afectada por una variación constante de su situación personal, sujeta a los vaivenes de regresos temporales y nuevos confinamientos.

eduardoandrade1948@gmail.com



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