/ lunes 12 de octubre de 2020

En Morena sigue el proceso: vamos por la tercera encuesta

El proceso para elegir al dirigente de MORENA continúa. Si bien es cierto que el compañero Mario Delgado ganó dos de tres encuestas, al promediarlas resultó un empate técnico con Porfirio Muñoz Ledo.

En los Lineamientos que todas y todos los participantes firmaron en el Instituto Nacional Electoral se establece que, en caso de empate, habrá una tercera encuesta. Los dos diputados finalistas aceptaron y firmaron estos Lineamientos; y es de su conocimiento que Porfirio Muñoz Ledo perdió en dos de las tres encuestas que la gente respondió para elegir al presidente de MORENA.

A pesar de la existencia de reglas y de que estamos ante un empate, Porfirio pretende sorprender y agandallar a la mala: se proclama ganador de una contienda que aún no termina y, desesperado por los cargos, anuncia que irá a las oficinas de MORENA a tomar posesión como presidente. Para eso sí saldrá de la comodidad de su biblioteca, lo que no hace para escuchar a las bases.

Ha faltado a sesiones del Congreso donde su presencia era necesaria para acabar con la opacidad y la corrupción en el manejo de los recursos públicos, quizá para no evidenciar su oposición al proyecto de la Cuarta Transformación, pues en muchas ocasiones ha votado en contra de las propuestas del presidente y del gobierno en turno. Tampoco ha salido para acompañar a los compañeros candidatos en Hidalgo y Coahuila, que están a punto de enfrentar complicados procesos electorales.

Porfirio fue un demócrata en comparación con un régimen brutal y cerrado como fue el del PRI, pero nos queda mucho a deber en un auténtico régimen democrático, sobre todo lealtad y respeto hacia el proyecto de la Cuarta Transformación. A sus compañeros diputados, a mí particularmente, nos ha insultado llamándonos lambiscones, por haber votado a favor de las modificaciones que conforman la agenda legislativa del movimiento.

Hoy, con todo respeto le digo que no es lambisconería, sino congruencia, porque esas reformas –por las que votaron más de 30 millones de personas el 1 de julio– son las que represento como diputada. En el segundo año aceptamos la rotación de la Presidencia en la Mesa Directiva porque, pese a mis dudas, debíamos respetar las reglas del Legislativo; y junto con el coordinador de MORENA, Mario Delgado, hemos trabajado de manera consensuada para construir el andamiaje legal de un proyecto transformador. Estamos aquí por eso, por una transformación, y no por los cargos, como afirma el presidente de México. Pero parece que a Porfirio, no sé si por el tiempo o la edad, le gustan más los cargos que los encargos.

Que nadie lo dude, habrá una tercera encuesta para decidir quién de los dos legisladores de MORENA presidirá el partido. Los compañeros diputados hemos convivido con ellos más de dos años, y la decisión es abrumadora: más del 80% de los legisladores de la bancada de MORENA estamos con Mario Delgado. Y es así, porque él ha demostrado su lealtad con el proyecto de nuestro presidente Andrés Manuel; a diferencia de Porfirio, que parece cada vez más un diputado de oposición. En la Cámara hemos visto cómo se aleja del proyecto transformador y de manera abierta no comparte los principios de MORENA, por eso vota en contra. Independientemente de lo que diga, es claro para muchos lopezobradoristas que Muñoz Ledo busca dirigir el partido por amor a los cargos y no porque se sienta parte de la lucha por la transformación de este país que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Apoyar a Mario Delgado significa apoyar la unidad, la congruencia, el proyecto de nación impulsado por el presidente y el trabajo en tierra con las bases de MORENA. Las acciones de ambos contendientes los definen: Porfirio en contra de las reglas de este proceso de encuestas, se apresura a sentarse en la silla de presidente del partido. Mario, por su parte, camina y hace campaña con los compañeros de Hidalgo y Coahuila; organiza y busca fortalecer el proyecto a ras de tierra. No tengo ninguna duda de que hoy, al lado de eso, Porfirio se ve muy pequeño. Y no es la edad solamente, importan la lealtad y la honestidad.

Invito a mis compañeros protagonistas del cambio verdadero que apoyaron a otros candidatos, a que en esta tercera encuesta –donde sólo hay dos opciones– apoyen a Mario Delgado; y juntos, con nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, sigamos construyendo la Cuarta Transformación. #mariopresidemorena

Diputada Federal Coordinadora Temática de Economía del Grupo Parlamentario de Morena

https://www.facebook.com/angeleshuertadip/

@gelahuerta

El proceso para elegir al dirigente de MORENA continúa. Si bien es cierto que el compañero Mario Delgado ganó dos de tres encuestas, al promediarlas resultó un empate técnico con Porfirio Muñoz Ledo.

En los Lineamientos que todas y todos los participantes firmaron en el Instituto Nacional Electoral se establece que, en caso de empate, habrá una tercera encuesta. Los dos diputados finalistas aceptaron y firmaron estos Lineamientos; y es de su conocimiento que Porfirio Muñoz Ledo perdió en dos de las tres encuestas que la gente respondió para elegir al presidente de MORENA.

A pesar de la existencia de reglas y de que estamos ante un empate, Porfirio pretende sorprender y agandallar a la mala: se proclama ganador de una contienda que aún no termina y, desesperado por los cargos, anuncia que irá a las oficinas de MORENA a tomar posesión como presidente. Para eso sí saldrá de la comodidad de su biblioteca, lo que no hace para escuchar a las bases.

Ha faltado a sesiones del Congreso donde su presencia era necesaria para acabar con la opacidad y la corrupción en el manejo de los recursos públicos, quizá para no evidenciar su oposición al proyecto de la Cuarta Transformación, pues en muchas ocasiones ha votado en contra de las propuestas del presidente y del gobierno en turno. Tampoco ha salido para acompañar a los compañeros candidatos en Hidalgo y Coahuila, que están a punto de enfrentar complicados procesos electorales.

Porfirio fue un demócrata en comparación con un régimen brutal y cerrado como fue el del PRI, pero nos queda mucho a deber en un auténtico régimen democrático, sobre todo lealtad y respeto hacia el proyecto de la Cuarta Transformación. A sus compañeros diputados, a mí particularmente, nos ha insultado llamándonos lambiscones, por haber votado a favor de las modificaciones que conforman la agenda legislativa del movimiento.

Hoy, con todo respeto le digo que no es lambisconería, sino congruencia, porque esas reformas –por las que votaron más de 30 millones de personas el 1 de julio– son las que represento como diputada. En el segundo año aceptamos la rotación de la Presidencia en la Mesa Directiva porque, pese a mis dudas, debíamos respetar las reglas del Legislativo; y junto con el coordinador de MORENA, Mario Delgado, hemos trabajado de manera consensuada para construir el andamiaje legal de un proyecto transformador. Estamos aquí por eso, por una transformación, y no por los cargos, como afirma el presidente de México. Pero parece que a Porfirio, no sé si por el tiempo o la edad, le gustan más los cargos que los encargos.

Que nadie lo dude, habrá una tercera encuesta para decidir quién de los dos legisladores de MORENA presidirá el partido. Los compañeros diputados hemos convivido con ellos más de dos años, y la decisión es abrumadora: más del 80% de los legisladores de la bancada de MORENA estamos con Mario Delgado. Y es así, porque él ha demostrado su lealtad con el proyecto de nuestro presidente Andrés Manuel; a diferencia de Porfirio, que parece cada vez más un diputado de oposición. En la Cámara hemos visto cómo se aleja del proyecto transformador y de manera abierta no comparte los principios de MORENA, por eso vota en contra. Independientemente de lo que diga, es claro para muchos lopezobradoristas que Muñoz Ledo busca dirigir el partido por amor a los cargos y no porque se sienta parte de la lucha por la transformación de este país que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Apoyar a Mario Delgado significa apoyar la unidad, la congruencia, el proyecto de nación impulsado por el presidente y el trabajo en tierra con las bases de MORENA. Las acciones de ambos contendientes los definen: Porfirio en contra de las reglas de este proceso de encuestas, se apresura a sentarse en la silla de presidente del partido. Mario, por su parte, camina y hace campaña con los compañeros de Hidalgo y Coahuila; organiza y busca fortalecer el proyecto a ras de tierra. No tengo ninguna duda de que hoy, al lado de eso, Porfirio se ve muy pequeño. Y no es la edad solamente, importan la lealtad y la honestidad.

Invito a mis compañeros protagonistas del cambio verdadero que apoyaron a otros candidatos, a que en esta tercera encuesta –donde sólo hay dos opciones– apoyen a Mario Delgado; y juntos, con nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, sigamos construyendo la Cuarta Transformación. #mariopresidemorena

Diputada Federal Coordinadora Temática de Economía del Grupo Parlamentario de Morena

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@gelahuerta

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