/ sábado 2 de enero de 2021

Enero y las cabañuelas

por Francisco Fonseca N.


Despertó 2021 con truenos y relámpagos. Se están cimbrando las estructuras económicas y se producirán fuertes sacudimientos en toda la ciudadanía. Enero de truenos y relámpagos. Enero regularmente viene con la huella intocable de los narcotraficantes, con un marcado desequilibrio de la balanza de pagos, con fuertes inquietudes en los círculos políticos, con visos de recesión económica, con crecimiento del desempleo, con salarios congelados, con alza de precios en gasolina, y con una espiral inflacionaria en puerta.

Pero en esta ocasión se presenta con pandemia y con guadaña. Y no sabemos cómo actuar. ¿Encierro, vacuna, viajar, cuidarse más? Enero regularmente es de penuria y de tristeza. De los viejos dichos mexicanos de la sabiduría popular entresaco el que dice: “Mal empieza la semana para el que ahorcan el lunes”. Habitualmente se habla de la cuesta de enero; pero este año será de enero, febrero, marzo, abril, mayo, etc.

Enero de truenos y relámpagos. Es inicio de año. Es inicio de planes, de ambiciones y de augurios. También de pobreza para la gran mayoría. La historia se repite, sin cesar. Es lo mismo cada enero. Mes de dos caras, de cabañuelas y de realidades.

Mes de Jano, personificación mitológica romana que tenía la virtud de ver el pasado y vislumbrar el futuro. Jano era hijo de Urano o del Cielo y de Hécate o de lo Oscuro. Cuando fue hombre equipó una flota con la cual se dirigió a Italia, donde hizo varias conquistas y edificó una ciudad que llamó de su nombre Janícula. Suponen algunos que, durante su reinado, Saturno expulsado del cielo se refugió en sus dominios. Fue tal la bienvenida que Jano dio a Saturno que agradecido éste, le dotó con el doble conocimiento de lo pasado y lo futuro. Por esto se le representa con dos rostros, el anterior para indicar que conoce todo lo que ha de venir, y el posterior todo lo que ha sucedido. Se le pinta, además, teniendo una llave en una mano y un bastón en la otra, significando lo primero que abre la puerta del año, y lo segundo que presidía en los caminos. Comenzaban los antiguos romanos sus ceremonias religiosas invocando a Jano porque estaban en la creencia que abría todas las puertas y que no se podía llegar sin él hasta donde están los demás dioses. Tenía un templo en Roma que estaba cerrado en tiempo de paz y abierto en tiempo de guerra. Las puertas de este templo estaban cerradas con cien cerrojos y con barras de hierro, a fin de que fuese más difícil abrirlas, significando con esto que la guerra, que es el más cruel azote para la humanidad, jamás debía emprenderse ligeramente.

Este primer mes de 2021 será memorable en México. Nuestro país sufre una atroz sacudida económica provocada por la pandemia, por los aumentos que vendrán por la devaluación y por las alzas de los energéticos. Habrá abusos de comerciantes sin escrúpulos. Siempre los ha habido, pero hoy más. Los costos de los servicios también se dispararán. El ciudadano apoquina con su dinero y con su esfuerzo. La mitología griega inventó a Hermes, el Mercurio romano, el mensajero de los dioses, significativo del comercio. Le agregaban alas en los pies y en la cabeza para asumir diligencias. El comercio de hoy no tiene alas sino cohetes, y viaja a la velocidad de la luz. Sólo con luz se le alcanza. Y la mayoría de la población carece de luz. Los comerciantes pueden provocar una escalada de precios atroz que nos pueda llevar a una espiral inflacionaria fatal.

El sistema político mexicano también experimenta su sacudida. No faltaba más. Se establecen parámetros y se refuerzan lazos. Es el ejercicio de la política. A plenitud. Se hacen comentarios. Los pasillos, oficinas y restaurantes (en su medida por la pandemia) se convierten en lugares especulativos, para perder el tiempo. Sólo una persona promueve los hilos y decide. A plenitud. Lo demás es teorizar, es perder el tiempo. La Iglesia por su lado dice llevar su cruz a cuestas, denuncia su pobreza y se queja de que los fieles ya no requieren de sus servicios. No hubo la gran peregrinación anual que aporta gran cantidad de dinero.

Por si fuera poco todo lo anterior, seguirán las ejecuciones y las guerrillas contra la delincuencia organizada. Las ciudades fronterizas serán las más requeridas. Esas plazas son de entrada y de salida, de pasado y de futuro. No ha habido día en que no nos enteremos del ajusticiamiento de uno o varios jefes policiales en muchas entidades del país. ¿Es ésta la clase de país que esperábamos? Y así estamos empezando el año.

Enero es de dos caras. Así ha sido desde antes que existiera el mes de Jano. Seguramente requeriremos puertas con cien cerrojos. Enero también tiene sus cabañuelas, que son pronosticadoras de los buenos y malos vientos. Hay que leer lo que son las cabañuelas; las nuevas generaciones ni la palabra habían escuchado. Además habrá que abrigarse y bien. Más vale sudar que estornudar.


Fundador de Notimex

Presea Ricardo Flores Magón

pacofonn@yahoo.com.mx


por Francisco Fonseca N.


Despertó 2021 con truenos y relámpagos. Se están cimbrando las estructuras económicas y se producirán fuertes sacudimientos en toda la ciudadanía. Enero de truenos y relámpagos. Enero regularmente viene con la huella intocable de los narcotraficantes, con un marcado desequilibrio de la balanza de pagos, con fuertes inquietudes en los círculos políticos, con visos de recesión económica, con crecimiento del desempleo, con salarios congelados, con alza de precios en gasolina, y con una espiral inflacionaria en puerta.

Pero en esta ocasión se presenta con pandemia y con guadaña. Y no sabemos cómo actuar. ¿Encierro, vacuna, viajar, cuidarse más? Enero regularmente es de penuria y de tristeza. De los viejos dichos mexicanos de la sabiduría popular entresaco el que dice: “Mal empieza la semana para el que ahorcan el lunes”. Habitualmente se habla de la cuesta de enero; pero este año será de enero, febrero, marzo, abril, mayo, etc.

Enero de truenos y relámpagos. Es inicio de año. Es inicio de planes, de ambiciones y de augurios. También de pobreza para la gran mayoría. La historia se repite, sin cesar. Es lo mismo cada enero. Mes de dos caras, de cabañuelas y de realidades.

Mes de Jano, personificación mitológica romana que tenía la virtud de ver el pasado y vislumbrar el futuro. Jano era hijo de Urano o del Cielo y de Hécate o de lo Oscuro. Cuando fue hombre equipó una flota con la cual se dirigió a Italia, donde hizo varias conquistas y edificó una ciudad que llamó de su nombre Janícula. Suponen algunos que, durante su reinado, Saturno expulsado del cielo se refugió en sus dominios. Fue tal la bienvenida que Jano dio a Saturno que agradecido éste, le dotó con el doble conocimiento de lo pasado y lo futuro. Por esto se le representa con dos rostros, el anterior para indicar que conoce todo lo que ha de venir, y el posterior todo lo que ha sucedido. Se le pinta, además, teniendo una llave en una mano y un bastón en la otra, significando lo primero que abre la puerta del año, y lo segundo que presidía en los caminos. Comenzaban los antiguos romanos sus ceremonias religiosas invocando a Jano porque estaban en la creencia que abría todas las puertas y que no se podía llegar sin él hasta donde están los demás dioses. Tenía un templo en Roma que estaba cerrado en tiempo de paz y abierto en tiempo de guerra. Las puertas de este templo estaban cerradas con cien cerrojos y con barras de hierro, a fin de que fuese más difícil abrirlas, significando con esto que la guerra, que es el más cruel azote para la humanidad, jamás debía emprenderse ligeramente.

Este primer mes de 2021 será memorable en México. Nuestro país sufre una atroz sacudida económica provocada por la pandemia, por los aumentos que vendrán por la devaluación y por las alzas de los energéticos. Habrá abusos de comerciantes sin escrúpulos. Siempre los ha habido, pero hoy más. Los costos de los servicios también se dispararán. El ciudadano apoquina con su dinero y con su esfuerzo. La mitología griega inventó a Hermes, el Mercurio romano, el mensajero de los dioses, significativo del comercio. Le agregaban alas en los pies y en la cabeza para asumir diligencias. El comercio de hoy no tiene alas sino cohetes, y viaja a la velocidad de la luz. Sólo con luz se le alcanza. Y la mayoría de la población carece de luz. Los comerciantes pueden provocar una escalada de precios atroz que nos pueda llevar a una espiral inflacionaria fatal.

El sistema político mexicano también experimenta su sacudida. No faltaba más. Se establecen parámetros y se refuerzan lazos. Es el ejercicio de la política. A plenitud. Se hacen comentarios. Los pasillos, oficinas y restaurantes (en su medida por la pandemia) se convierten en lugares especulativos, para perder el tiempo. Sólo una persona promueve los hilos y decide. A plenitud. Lo demás es teorizar, es perder el tiempo. La Iglesia por su lado dice llevar su cruz a cuestas, denuncia su pobreza y se queja de que los fieles ya no requieren de sus servicios. No hubo la gran peregrinación anual que aporta gran cantidad de dinero.

Por si fuera poco todo lo anterior, seguirán las ejecuciones y las guerrillas contra la delincuencia organizada. Las ciudades fronterizas serán las más requeridas. Esas plazas son de entrada y de salida, de pasado y de futuro. No ha habido día en que no nos enteremos del ajusticiamiento de uno o varios jefes policiales en muchas entidades del país. ¿Es ésta la clase de país que esperábamos? Y así estamos empezando el año.

Enero es de dos caras. Así ha sido desde antes que existiera el mes de Jano. Seguramente requeriremos puertas con cien cerrojos. Enero también tiene sus cabañuelas, que son pronosticadoras de los buenos y malos vientos. Hay que leer lo que son las cabañuelas; las nuevas generaciones ni la palabra habían escuchado. Además habrá que abrigarse y bien. Más vale sudar que estornudar.


Fundador de Notimex

Presea Ricardo Flores Magón

pacofonn@yahoo.com.mx