/ miércoles 25 de agosto de 2021

Enseres

Este año los restaurantes cambiaron, para bien, al ampliar su operación hacia los espacios de estacionamiento. Ya en el pasado se utilizaban las banquetas para colocar enseres, y no en todas las colonias porque lamentablemente las áreas peatonales son estrechas, así que antes y ahora, esto puede representar una incomodidad. Dar a los cajones de estacionamiento otros usos abre nuevas perspectivas a la ciudad. Siempre pensamos que ese carril era sólo para los autos y realmente podemos dar más opciones: enseres, esparcimiento, comercio semifijo o vegetación.

En términos generales, escucho la opinión de que le ha hecho bien a la ciudad que cambie el formato de enseres para los restaurantes. No sólo se trata de la necesaria recuperación económica, sino además que el espacio público se vuelva agradable con actividades de impacto moderado que contribuyan a la seguridad de las zonas por la vía de la activación de las calles.

No obstante, no todas las opiniones son favorables. Organizaciones vecinales se han quejado de la ocupación privada del espacio público. A favor podría decirse que cuando permitimos el estacionamiento de un auto, el espacio público queda a merced de un objeto; cuando llegan las mesas, muchas personas lo pueden utilizar. Sin embargo, la preocupación que hay sobre el ruido, el consumo de alcohol y la ocupación doble del espacio público, es decir, banquetas y áreas de estacionamiento, pueden generar preocupaciones válidas.

La salida que recomendaría es la revisión de la Ley de Establecimientos Mercantiles por el Congreso de la Ciudad de México. Hasta el momento la regulación de los enseres fija un uso muy limitado de éstos, cuando los acomodos de mesas y sillas en las últimas semanas han ido más allá de la ley. De un lado, deberíamos acordar formas más flexibles de ocupación del espacio público por restaurantes y negocios; de otro, también será importante establecer límites, de tal manera que si un restaurante ocupa los lugares de estacionamiento deje libres las áreas peatonales.

Añadiría un factor más. Me preocupa que la forma de conducir automóviles en algunas zonas con restaurantes ponga en riesgo la integridad de los comensales. Hacen falta, por lo tanto, acciones preventivas que mantengan la seguridad: en muchos casos los enseres deberían ser protegidos por macetas grandes que minimicen los riesgos.

En síntesis, la nueva colocación de enseres, ocupando lugares de estacionamiento contiguos a los restaurantes, le hace bien a la ciudad, pero sí es necesario establecer algunos límites, restringiendo la doble ocupación, banqueta y cajón, para que se deje libre el paso peatonal y haya un acomodo seguro de sillas y mesas en un área tradicionalmente dedicada a los autos estacionados

Este año los restaurantes cambiaron, para bien, al ampliar su operación hacia los espacios de estacionamiento. Ya en el pasado se utilizaban las banquetas para colocar enseres, y no en todas las colonias porque lamentablemente las áreas peatonales son estrechas, así que antes y ahora, esto puede representar una incomodidad. Dar a los cajones de estacionamiento otros usos abre nuevas perspectivas a la ciudad. Siempre pensamos que ese carril era sólo para los autos y realmente podemos dar más opciones: enseres, esparcimiento, comercio semifijo o vegetación.

En términos generales, escucho la opinión de que le ha hecho bien a la ciudad que cambie el formato de enseres para los restaurantes. No sólo se trata de la necesaria recuperación económica, sino además que el espacio público se vuelva agradable con actividades de impacto moderado que contribuyan a la seguridad de las zonas por la vía de la activación de las calles.

No obstante, no todas las opiniones son favorables. Organizaciones vecinales se han quejado de la ocupación privada del espacio público. A favor podría decirse que cuando permitimos el estacionamiento de un auto, el espacio público queda a merced de un objeto; cuando llegan las mesas, muchas personas lo pueden utilizar. Sin embargo, la preocupación que hay sobre el ruido, el consumo de alcohol y la ocupación doble del espacio público, es decir, banquetas y áreas de estacionamiento, pueden generar preocupaciones válidas.

La salida que recomendaría es la revisión de la Ley de Establecimientos Mercantiles por el Congreso de la Ciudad de México. Hasta el momento la regulación de los enseres fija un uso muy limitado de éstos, cuando los acomodos de mesas y sillas en las últimas semanas han ido más allá de la ley. De un lado, deberíamos acordar formas más flexibles de ocupación del espacio público por restaurantes y negocios; de otro, también será importante establecer límites, de tal manera que si un restaurante ocupa los lugares de estacionamiento deje libres las áreas peatonales.

Añadiría un factor más. Me preocupa que la forma de conducir automóviles en algunas zonas con restaurantes ponga en riesgo la integridad de los comensales. Hacen falta, por lo tanto, acciones preventivas que mantengan la seguridad: en muchos casos los enseres deberían ser protegidos por macetas grandes que minimicen los riesgos.

En síntesis, la nueva colocación de enseres, ocupando lugares de estacionamiento contiguos a los restaurantes, le hace bien a la ciudad, pero sí es necesario establecer algunos límites, restringiendo la doble ocupación, banqueta y cajón, para que se deje libre el paso peatonal y haya un acomodo seguro de sillas y mesas en un área tradicionalmente dedicada a los autos estacionados

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