/ domingo 22 de noviembre de 2020

Entre piernas y telones | 20 años no es nada…

Mi papá nació el 16 de octubre 1934, o sea que cuando se estrenó Los monólogos de la vagina, el 19 de octubre del 2000, acababa de cumplir 66 años de edad.

Era un hombre muy inteligente, pero tímido y tradicionalista. Por ello cuando lo oí mencionar el nombre completo de la obra, sin ruborizarse para nada, pensé: Aquí, algo está cambiando.

Como le sucedió a mi querido y extrañado padre, quien hace poco más de un mes hubiera celebrado su cumpleaños número 86, en miles, millones de mexicanos, y con toda seguridad muchos millones más en el mundo entero, esta obra escrita por Eve Ensler operó como una especie de catalizador que les permitió asimilar que vagina era, y es, sólo una palabra más, que nombra a una parte del cuerpo más, como pueden ser ojo, mano, rodilla o pulmón.

Y lo mejor de todo, luego de esa afortunada asimilación, usar la palabra y hablar de la sexualidad, en general y femenina en particular, sin tapujos ni prejuicios.

Hoy, que Los monólogos de la vagina está cumpliendo 20 años de temporada continua, hay que celebrar el impacto que la obra ha tenido en la cultura y la sociedad mexicanas.

A lo largo de estas dos décadas, la obra “salió” del teatro en múltiples ocasiones. Sólo un par de botones de muestra:

Durante al menos 10 años al final de cada función se hizo una colecta en apoyo a Casa Amiga de Ciudad Juárez, que atiende a víctimas de violencia de género en esa conflictiva región del país. En esa misma zona fronteriza, el elenco de esta puesta en escena se sumó a las protestas por las mujeres asesinadas, en una marcha en la que participaron la autora del texto y la estrella internacional Sally Field, entre otras figuras.

Posteriormente en la ciudad de México se efectuó una función especial con la actuación de Salma Hayek, Jane Fonda y 35 actrices del elenco mexicano. Todo lo recaudado en la taquilla se donó una vez más para apoyar a las mujeres de Ciudad Juárez.

Hace un par de semanas, fue el motor para encauzar una donación de artículos de limpieza femenina (toallas sanitarias, papel higiénico y otros productos) para las mil 500 internas en Santa Martha Acatitla y Tepepan, con el apoyo de Fundación CIE, la agrupación Alimento para todos, y las marcas Saba y Regio.

Una muestra más del compromiso social de Los monólogos de la vagina sucederá el próximo miércoles 25 de noviembre con el Conversatorio en torno al Día Internacional de la no violencia contra las mujeres y las niñas, en el que participarán actrices que forman parte de la historia de este montaje, que tanto ha significado en México para poner sobre la palestra tan delicado y preocupante tema. El evento se realizará por zoom y FB Live a las 17:00 horas.

Y para prolongar el festejo a partir del sábado 28 de noviembre y hasta el domingo 3 de enero de 2021, cada función de Los monólogos de la vagina (sábados y domingos en el Centro Cultural San Ángel) tendrá un elenco distinto.

Como puede verse, la historia de Los monólogos de la vagina, con Morris Gilbert como productor y Jaime Matarredona como director, a la cabeza, aún se sigue escribiendo.

Mi papá nació el 16 de octubre 1934, o sea que cuando se estrenó Los monólogos de la vagina, el 19 de octubre del 2000, acababa de cumplir 66 años de edad.

Era un hombre muy inteligente, pero tímido y tradicionalista. Por ello cuando lo oí mencionar el nombre completo de la obra, sin ruborizarse para nada, pensé: Aquí, algo está cambiando.

Como le sucedió a mi querido y extrañado padre, quien hace poco más de un mes hubiera celebrado su cumpleaños número 86, en miles, millones de mexicanos, y con toda seguridad muchos millones más en el mundo entero, esta obra escrita por Eve Ensler operó como una especie de catalizador que les permitió asimilar que vagina era, y es, sólo una palabra más, que nombra a una parte del cuerpo más, como pueden ser ojo, mano, rodilla o pulmón.

Y lo mejor de todo, luego de esa afortunada asimilación, usar la palabra y hablar de la sexualidad, en general y femenina en particular, sin tapujos ni prejuicios.

Hoy, que Los monólogos de la vagina está cumpliendo 20 años de temporada continua, hay que celebrar el impacto que la obra ha tenido en la cultura y la sociedad mexicanas.

A lo largo de estas dos décadas, la obra “salió” del teatro en múltiples ocasiones. Sólo un par de botones de muestra:

Durante al menos 10 años al final de cada función se hizo una colecta en apoyo a Casa Amiga de Ciudad Juárez, que atiende a víctimas de violencia de género en esa conflictiva región del país. En esa misma zona fronteriza, el elenco de esta puesta en escena se sumó a las protestas por las mujeres asesinadas, en una marcha en la que participaron la autora del texto y la estrella internacional Sally Field, entre otras figuras.

Posteriormente en la ciudad de México se efectuó una función especial con la actuación de Salma Hayek, Jane Fonda y 35 actrices del elenco mexicano. Todo lo recaudado en la taquilla se donó una vez más para apoyar a las mujeres de Ciudad Juárez.

Hace un par de semanas, fue el motor para encauzar una donación de artículos de limpieza femenina (toallas sanitarias, papel higiénico y otros productos) para las mil 500 internas en Santa Martha Acatitla y Tepepan, con el apoyo de Fundación CIE, la agrupación Alimento para todos, y las marcas Saba y Regio.

Una muestra más del compromiso social de Los monólogos de la vagina sucederá el próximo miércoles 25 de noviembre con el Conversatorio en torno al Día Internacional de la no violencia contra las mujeres y las niñas, en el que participarán actrices que forman parte de la historia de este montaje, que tanto ha significado en México para poner sobre la palestra tan delicado y preocupante tema. El evento se realizará por zoom y FB Live a las 17:00 horas.

Y para prolongar el festejo a partir del sábado 28 de noviembre y hasta el domingo 3 de enero de 2021, cada función de Los monólogos de la vagina (sábados y domingos en el Centro Cultural San Ángel) tendrá un elenco distinto.

Como puede verse, la historia de Los monólogos de la vagina, con Morris Gilbert como productor y Jaime Matarredona como director, a la cabeza, aún se sigue escribiendo.