Hugo Hernández
Receta para preparar una comedia maravillosa.
INGREDIENTES:
Es vital contar con un texto bien escrito, lleno de ingenio y buenos chistes. Con personajes creíbles y bien desarrollados, y sobre todo que conecte a la primera con cualquier espectador.
Es recomendable que dirija la puesta en escena el mismo autor, pues es quien mejor conoce el texto y así podrá concretar sobre el escenario todas las situaciones que imaginó. Para cumplir ambas tareas podría pensarse en alguien como Joaquín Bissner, por ejemplo.
Hay que asegurar la participación de un elenco talentoso y experimentado, y que al mismo tiempo tenga la frescura y la entrega que requiere un montaje milimétrico. Se pueden combinar figuras de amplia trayectoria y muy populares como el gran Ulises de la Torre, Violeta Isfel, Gerardo González y Cecilia Gabriela.
Para la guarnición, se debe contar con otros elementos de igual calidad, para que sean el complemento perfecto. Sería ideal tener a Jorge Ortín, Lalo Palacios y José Montini. Y si agregamos dos generosas porciones de belleza y talento, como las de Andy Frederics y Vanessa Montemayor, el elenco estará completo.
Esencial es la presentación, pues como bien sabe todo mundo, de la vista nace el amor. ¿Qué tal esta imagen? El paradisiaco Acapulco de principios de la década de los 70, reinventado gracias a la magia de una hermosa e impresionante escenografía de Miguel Moreno; un colorido vestuario de época de Estela Fagoaga; la atinada iluminación de Regina Morales; y se cierra el círculo con las pelucas e imagen de Cinthia Muñoz y la caracterización de Everardo Mora.
Al final, pero no por ello menos importante, un sólido equipo de producción encabezado por Morris Gilbert, con el apoyo de Francisco Escárcega, Pamela Vidal, y muchos profesionales más de esta labor.
MODO DE PREPARACIÓN:
Ponga a macerar todos los ingredientes durante dos meses en arduos ensayos; lo arduo no debe estar peleado con la diversión, pues lo que se proyecte en escena debe ser resultado de lo que se prepara previamente.
Una vez que los ingredientes estén a punto, colóquelos en un recipiente sólido, hermoso, funcional, de gran abolengo. Sugerencia, en la tradicional colonia San Rafael hay un recipiente ideal en el número 15 de la calle de Serapio Rendón. Sus visitantes habituales le llaman Teatro Manolo Fábregas. Ahí, a un costado del siempre presente cine Ópera.
NOTA: Es muy importante señalar que todo debe girar en torno a una figura querida, popular, recordada como Mauricio Garcés, y este platillo tiene que ser un gran homenaje a sus inolvidables películas, que hoy, convertidas en comedia teatral, vuelven a divertir a todo público con su mucho ingenio y un humor absolutamente blanco.
Ah, por cierto. Este manjar no podría tener otro nombre que el de una de las inolvidables frases del gran Garcés. ¿Qué tal ésta? : ¡Suertudotas!
Se puede disfrutar de esta delicia de viernes a domingo.
Así que ¡provecho!, o de manera más adecuada: ¡Arroz!