/ viernes 13 de julio de 2018

¿Es la Baja 1000 dañina al ambiente? | México es ciencia

Por Horacio de la Cueva y María Concepción Gaeta Verdín (CICESE)*

La carrera Baja 1000 Off-Road (fuera de camino) es famosa en todo el mundo y para muchos parte de la identidad de la ciudad de Ensenada, Baja California, y del resto de la península. Sin embargo, no conocemos los efectos a corto y largo plazo que tiene en los animales, las plantas y los paisajes silvestres de la península de Baja California el paso de cientos de vehículos, que van de las motocicletas a camionetas de la clase Trophy Truck con un peso mínimo de dos toneladas.

El uso de vehículos fuera de camino ha sido prohibido en el desierto de Mojave en California y otras áreas de recreación de los Estados Unidos; es momento de que se evalúe su impacto en los ambientes diversos y frágiles de Baja California. Hasta el momento todas las Manifestaciones de Impacto Ambiental han sido aprobadas; se ha cumplido con la letra de la ley.

Sin embargo, ejidatarios que habitan dentro del área protegida del Valle de los Cirios se quejan de daños a los caminos ejidales que usan para su transporte y trabajo. Además, las carreras pasan por lugares con especies endémicas, sin que exista un programa de monitoreo que evalúe su efecto sobre estos sitios y especies, y menos que se proponga una forma de eliminar, ameliorar o compensar por los efectos nocivos generados.

Es imposible medir todos los impactos en todas las rutas usadas en ésta y otras carreras similares que suceden varias veces al año. Si estos impactos existen, serán tanto de corto como de largo plazo.

Nos hemos dado a la tarea de medir impactos inmediatos de las carreras utilizando una rejilla de ocho por diez trampas colocadas junto a un camino por el que pasan los vehículos. Se atraparon roedores tres noches consecutivas, antes, durante y después de la carrera, buscando desplazamientos de los roedores de sus lugares antes de la carrera hacia sitios más lejanos al camino donde se genera ruido y polvo de manera intermitente durante la carrera. Este cambio de lugar puede ser crucial para las crías de hembras que se encuentren amamantando.

Algunas de las especies de roedores encontradas son Dipodomys simulans, Dipodomys merriami, Chaetodipus arenarius, Peromyscus fraterculus, Perognathus longimembris. De estos roedores, se sabe que el género Dipodomys es más sensible al ruido; esto se debe a que la estructura del oído interno y medio está modificada, haciéndolos más grandes que el de otros géneros; dicha transformación les permite evadir a los depredadores en su ambiente natural.

¿Qué causa el desplazamiento de los roedores? Aunque grabamos el paso de los vehículos en nuestro sitio de estudio, no tenemos aún información para saber si es el ruido o el movimiento en el suelo causado por los vehículos, la frecuencia o lo impredecible de este disturbio o alguna otra causa lo que origina ese comportamiento. Este primer estudio nos ayudará a conocer las causas del daño y, tal vez, una forma de disminuirlo o apuntar hacia la necesidad de eliminarlo.

Hay otros indicadores que se pueden usar para medir impactos a largo plazo de estas carreras. En estudios posteriores esperamos encontrar menor cobertura vegetal, además, dominada por especies invasoras que han desplazado a las nativas en los lugares donde se congregan los espectadores o se hacen las paradas técnicas de mantenimiento de los vehículos; también esperamos más especies de plantas y animales asociadas al disturbio.

Los ejidatarios y otros propietarios de las tierras por donde pasan las carreras merecen más que una compensación monetaria asociada a cada evento. Se debe asegurar que sus caminos estén en buenas condiciones siempre, y que puedan transitar por ellos sin daño o costos extraordinarios por la reparación de un daño causado.

Las carreras fuera de camino deben beneficiar a todos, no sólo a organizadores, partes del sector turístico, ingenieros mecánicos y espectadores. Deben compensar justamente el daño, tantas veces irreparable, que ocasionan a los paisajes de Baja California.

Este trabajo no hubiera sido posible sin la invaluable cooperación de Eulogio López, Jaime Luévano y Mario Salazar.


Autores

-El doctor Horacio J. de la Cueva Salcedo es investigador titular del Departamento Biología de la Conservación, División de Biología Experimental y Aplicada del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). Contacto: cuevas@cicese.mx.

-María Concepción Gaeta Verdín (gaeta@cicese.edu.mx) es estudiante de la Maestría en Ciencias de la Vida en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).


Nota del editor

-Crédito de las fotografías: cortesía de Jaime Villarreal, fotógrafo del periódico El Mexicano. Agradecemos su colaboración.




***

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Por Horacio de la Cueva y María Concepción Gaeta Verdín (CICESE)*

La carrera Baja 1000 Off-Road (fuera de camino) es famosa en todo el mundo y para muchos parte de la identidad de la ciudad de Ensenada, Baja California, y del resto de la península. Sin embargo, no conocemos los efectos a corto y largo plazo que tiene en los animales, las plantas y los paisajes silvestres de la península de Baja California el paso de cientos de vehículos, que van de las motocicletas a camionetas de la clase Trophy Truck con un peso mínimo de dos toneladas.

El uso de vehículos fuera de camino ha sido prohibido en el desierto de Mojave en California y otras áreas de recreación de los Estados Unidos; es momento de que se evalúe su impacto en los ambientes diversos y frágiles de Baja California. Hasta el momento todas las Manifestaciones de Impacto Ambiental han sido aprobadas; se ha cumplido con la letra de la ley.

Sin embargo, ejidatarios que habitan dentro del área protegida del Valle de los Cirios se quejan de daños a los caminos ejidales que usan para su transporte y trabajo. Además, las carreras pasan por lugares con especies endémicas, sin que exista un programa de monitoreo que evalúe su efecto sobre estos sitios y especies, y menos que se proponga una forma de eliminar, ameliorar o compensar por los efectos nocivos generados.

Es imposible medir todos los impactos en todas las rutas usadas en ésta y otras carreras similares que suceden varias veces al año. Si estos impactos existen, serán tanto de corto como de largo plazo.

Nos hemos dado a la tarea de medir impactos inmediatos de las carreras utilizando una rejilla de ocho por diez trampas colocadas junto a un camino por el que pasan los vehículos. Se atraparon roedores tres noches consecutivas, antes, durante y después de la carrera, buscando desplazamientos de los roedores de sus lugares antes de la carrera hacia sitios más lejanos al camino donde se genera ruido y polvo de manera intermitente durante la carrera. Este cambio de lugar puede ser crucial para las crías de hembras que se encuentren amamantando.

Algunas de las especies de roedores encontradas son Dipodomys simulans, Dipodomys merriami, Chaetodipus arenarius, Peromyscus fraterculus, Perognathus longimembris. De estos roedores, se sabe que el género Dipodomys es más sensible al ruido; esto se debe a que la estructura del oído interno y medio está modificada, haciéndolos más grandes que el de otros géneros; dicha transformación les permite evadir a los depredadores en su ambiente natural.

¿Qué causa el desplazamiento de los roedores? Aunque grabamos el paso de los vehículos en nuestro sitio de estudio, no tenemos aún información para saber si es el ruido o el movimiento en el suelo causado por los vehículos, la frecuencia o lo impredecible de este disturbio o alguna otra causa lo que origina ese comportamiento. Este primer estudio nos ayudará a conocer las causas del daño y, tal vez, una forma de disminuirlo o apuntar hacia la necesidad de eliminarlo.

Hay otros indicadores que se pueden usar para medir impactos a largo plazo de estas carreras. En estudios posteriores esperamos encontrar menor cobertura vegetal, además, dominada por especies invasoras que han desplazado a las nativas en los lugares donde se congregan los espectadores o se hacen las paradas técnicas de mantenimiento de los vehículos; también esperamos más especies de plantas y animales asociadas al disturbio.

Los ejidatarios y otros propietarios de las tierras por donde pasan las carreras merecen más que una compensación monetaria asociada a cada evento. Se debe asegurar que sus caminos estén en buenas condiciones siempre, y que puedan transitar por ellos sin daño o costos extraordinarios por la reparación de un daño causado.

Las carreras fuera de camino deben beneficiar a todos, no sólo a organizadores, partes del sector turístico, ingenieros mecánicos y espectadores. Deben compensar justamente el daño, tantas veces irreparable, que ocasionan a los paisajes de Baja California.

Este trabajo no hubiera sido posible sin la invaluable cooperación de Eulogio López, Jaime Luévano y Mario Salazar.


Autores

-El doctor Horacio J. de la Cueva Salcedo es investigador titular del Departamento Biología de la Conservación, División de Biología Experimental y Aplicada del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). Contacto: cuevas@cicese.mx.

-María Concepción Gaeta Verdín (gaeta@cicese.edu.mx) es estudiante de la Maestría en Ciencias de la Vida en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).


Nota del editor

-Crédito de las fotografías: cortesía de Jaime Villarreal, fotógrafo del periódico El Mexicano. Agradecemos su colaboración.




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