/ lunes 13 de enero de 2020

¿Es Mochila Segura la prevención de violencia?

Emilio García Mendez señala que el peor momento para decidir políticas para dar respuesta a hechos como el de Torreón, es precisamente cuando se deciden en el marco del hecho. Todo lo que se decida será producto de la presión social de la coyuntura y como control de daños por parte de la autoridad, no a resolver de fondo el problema que conmocionó a la sociedad. Sólo será una forma de control social contra la niñez, contra la construcción de su ciudadanía y sólo se les criminalizará.

El impacto es terrible: una maestra murió, 6 heridos, y un niño de sexto año con escuadras tirando a matar; nos conmociona por su edad y ya no saberse porqué lo hizo al suicidarse después del hecho. Y la respuesta que se oye es sacar del cajón de sastre de la SEP el operativo “Mochila segura”.

¿De dónde obtuvo las dos pistolas ese niño y cómo adquirió la destreza de su manejo? ¿estaba influido por un videojuego? O tenía problemas que nadie vio?

Ya se dirime que si no se interrumpe el operativo de revisión mochilas en ese colegio, se las hubieran quitado. Y qué tal si las hubiera usado en otro lugar? Quienes están llevando la discusión a revivir se revisen las mochilas están equivocando la ruta hacia la prevención de las violencias que afectan de una u otra manera a la niñez y la adolescencia.

Prevenir que niños y adolescentes no usen armas adentro y afuera de las aulas, no accedan al uso de drogas o se prevengan casos de acoso o bullying sólo se logrará cuando las autoridades asuman su responsabilidad y apliquen la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, atiendan recomendaciones de la CNDH y el Sistema Nacional de Protección Integral de sus derechos SIPINNA realmente funcione como lo señala la Ley. Urge -porque no hay- políticas integrales desde el enfoque de sus derechos humanos y el Interés Superior de la Niñez en los tres órdenes de gobierno. Qué pasó con las recomendaciones del Comité de los Derechos de la niñez de Naciones Unidas del 2015 que señaló al Estado revise el sistema educativo y se eduque en la construcción de la paz y la resolución pacífica de los conflictos.

Hay que reflexionar con seriedad porqué niñas y niños reproducen la crueldad y violencia con la que viven todos los días; especialistas indican que el desarrollo cognitivo a partir de los 7 años denota conciencia plena de su habitat, pueden dirimir lo que está bien o lo que está fuera de las normas, hay conciencia de la información de su entorno, de los medios de comunicación y del internet. Sin embargo, por su edad, siguen siendo personas en proceso de desarrollo, y el goce de todos sus derechos influye en un buen desarrollo. Fomentarlo es responsabilidad de su familia; igual el Estado y instituciones deben proteger y asegurar con prioridad el ejercicio de sus derechos. De manera que si 2019 tuvo las cifras de homicidios dolosos más altas de los últimos 25 años y delitos como el feminicidio, trata de personas o venta ilegal de armas están incontrolables, pues no nos extrañe que niños sean víctimas y se vean involucrados como perpetradores de hechos como el de Torreón.

No es ejerciendo “control social” ni criminalizándoles como resolveremos las faltas que adultos y autoridades hemos incumplido. Somos responsables de las violencias, frustraciones, depresiones y desesperanzas que sufren niñas y niños. Hay que verles, oírles y atenderles.

Emilio García Mendez señala que el peor momento para decidir políticas para dar respuesta a hechos como el de Torreón, es precisamente cuando se deciden en el marco del hecho. Todo lo que se decida será producto de la presión social de la coyuntura y como control de daños por parte de la autoridad, no a resolver de fondo el problema que conmocionó a la sociedad. Sólo será una forma de control social contra la niñez, contra la construcción de su ciudadanía y sólo se les criminalizará.

El impacto es terrible: una maestra murió, 6 heridos, y un niño de sexto año con escuadras tirando a matar; nos conmociona por su edad y ya no saberse porqué lo hizo al suicidarse después del hecho. Y la respuesta que se oye es sacar del cajón de sastre de la SEP el operativo “Mochila segura”.

¿De dónde obtuvo las dos pistolas ese niño y cómo adquirió la destreza de su manejo? ¿estaba influido por un videojuego? O tenía problemas que nadie vio?

Ya se dirime que si no se interrumpe el operativo de revisión mochilas en ese colegio, se las hubieran quitado. Y qué tal si las hubiera usado en otro lugar? Quienes están llevando la discusión a revivir se revisen las mochilas están equivocando la ruta hacia la prevención de las violencias que afectan de una u otra manera a la niñez y la adolescencia.

Prevenir que niños y adolescentes no usen armas adentro y afuera de las aulas, no accedan al uso de drogas o se prevengan casos de acoso o bullying sólo se logrará cuando las autoridades asuman su responsabilidad y apliquen la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, atiendan recomendaciones de la CNDH y el Sistema Nacional de Protección Integral de sus derechos SIPINNA realmente funcione como lo señala la Ley. Urge -porque no hay- políticas integrales desde el enfoque de sus derechos humanos y el Interés Superior de la Niñez en los tres órdenes de gobierno. Qué pasó con las recomendaciones del Comité de los Derechos de la niñez de Naciones Unidas del 2015 que señaló al Estado revise el sistema educativo y se eduque en la construcción de la paz y la resolución pacífica de los conflictos.

Hay que reflexionar con seriedad porqué niñas y niños reproducen la crueldad y violencia con la que viven todos los días; especialistas indican que el desarrollo cognitivo a partir de los 7 años denota conciencia plena de su habitat, pueden dirimir lo que está bien o lo que está fuera de las normas, hay conciencia de la información de su entorno, de los medios de comunicación y del internet. Sin embargo, por su edad, siguen siendo personas en proceso de desarrollo, y el goce de todos sus derechos influye en un buen desarrollo. Fomentarlo es responsabilidad de su familia; igual el Estado y instituciones deben proteger y asegurar con prioridad el ejercicio de sus derechos. De manera que si 2019 tuvo las cifras de homicidios dolosos más altas de los últimos 25 años y delitos como el feminicidio, trata de personas o venta ilegal de armas están incontrolables, pues no nos extrañe que niños sean víctimas y se vean involucrados como perpetradores de hechos como el de Torreón.

No es ejerciendo “control social” ni criminalizándoles como resolveremos las faltas que adultos y autoridades hemos incumplido. Somos responsables de las violencias, frustraciones, depresiones y desesperanzas que sufren niñas y niños. Hay que verles, oírles y atenderles.