Mucho antes de que Maquiavelo emplearael concepto y explicase la idea de Estado, la palabra había sido puesta en circulación y era entendida por “la chusma, el vulgo,” es decir, por los que no tenían títulos, ni rangos aristocráticos o erudición pero que intuían por qué los aristócratas y los príncipes de la Iglesia Universal y sus numerosos ayudantes, además de poseer extensos territorios y casas familiares, disfrutaban de los servicios de contingentes de mujeres y hombres que les ayudaban a vestirse, mantenían limpios los macheros, enjaezados los caballos,engrasados los carruajes,cosechaban granos y producían uvas, destilaban vino y cuidaban de todo tipo de ganado. Éstos, los del Tercer Estado, eran los sirvientes y los que producían los alimentos y los buenos vinos para el disfrute de los otros dos: el clero y la realeza.
De vez en cuando, y en periodos señalados por los Señores y la alta jerarquía eclesiástica, los miembros de los dos estados convocaban a una asamblea a los hombres que les producían alimentos. En los años previos al estallido de la Revolución –sí, la Revolución Francesa-- la aristocracia nobiliaria y los altos rangos eclesiásticos se dieron cuenta que habían trascurrido más de cien años sin que fuera convocada una reunión de los Estados Generales. Y el reino se encontraba en crisis. Pero nadie dudaba que podría resolverse… si se analizaban mejor los impuestos para no cargarles la mano a quienes producían los alimentos, y se obligaba al alto clero y a los altos rangos de la administración, y a los aristócratas, incluyendo a la dispendiosa familia real a moderar sus absurdos consumos y a cambiar sus decrépitos gustos.
Recordemos que la Realeza y el Alto Clero decidieron convocar a los Tres Estados, los mismos en que se dividía la sociedad medieval: 150 delegados del alto clero: el Primer Estado. 150 representantes de la nobleza, --el Segundo Estado.Y 300 del Tercer Estado…la gente común y corriente, que incluía a los que cultivaban la tierra o habitaban las pequeñas ciudades: los burgos, los recién nacidos burgueses, los que habían ido a las escuelas y sabían contabilidad, un poquito de distribución de bienes y servicios, y prestaban precarios anticipaciones financieras.
Todo se arreglaría y todos saldrían contentos.El Rey, con más dinero.Los miembros de la aristocracia no serían los que le darían más dinero al Rey.Y los del Tercer Estado le darían lo mismo, siempre y cuando se eliminaran un buen número de abusos menores y todos los grandes abusos.
Durante mes y medio el Tercer Estado –los campesinos y los habitantes de las pequeñas ciudades-- se empeñó en obtener la simpatía y buena voluntad del Rey.Pero no fue así.El Rey ignoró sus peticiones.Pero no percibieron que el Tercer Estado ya no era el mismo de hacía 120 años.Entre los burgueses había quienes escribían, pensaban, analizaban y criticaban y proponían cambios. El 17 de junio se definieron como La Asamblea Nacional. La definición fue el primer acto del gran cambio político, social y económico que repercutió en el mundo entero.La Asamblea Nacional se transformó en la unión de un pueblo fundamentada sobre noción de que el poder político no es el patrimonio de un conjunto de privilegiados. Es pertinente recordar hoy el acontecimiento.Estamos a 5 meses de la culminación de un proceso electoral precursor de grandes cambios económicos, sociales, y políticos nacionales, dentro de un mundo convulsionado por una ineficaz noción de la política.