/ martes 9 de octubre de 2018

Estado Laico

Guadalupe Cruz Izquierdo tomó protesta como alcaldesa del municipio de Centla en el Estado de Tabasco. Minutos más tarde, dentro de las oficinas públicas, un ministro de culto realizó una ceremonia para rezar por la gestión de Cruz Izquierdo. Esto ya generó inconformidades entre los munícipes, y con debida razón.

Nuestro país ha discutido el Estado laico desde el siglo XIX. Sobre la celebración que hace un servidor público al llegar al puesto se ocupó el presidente Juárez, tal como se desprende de las siguientes líneas:

“Era costumbre… que cuando tomaba posesión el gobernador, éste concurría con todas las demás autoridades al Te Deum que se cantaba en la catedral, a cuya puerta principal salían a recibirlo… Los gobiernos civiles no deben tener religión, porque siendo su deber proteger imparcialmente la libertad que los gobernados tienen de seguir y practicar la religión que gusten adoptar…” Las palabras del presidente Juárez se observan en la obra de la doctora Galeana, El Pensamiento Laico de Benito Juárez. Aquí el problema se agrava, ya que la alcaldesa no tomó posesión y después fue a la oración, sino que llevó la oración al recinto público.

Los munícipes que tengan una creencia distinta a la de Cruz Izquierdo, no deben ni tienen porque compartir con ella la ceremonia religiosa, que en principio era un acto de Estado. En contraste, Estado laico y sus actos sí son para todos. El deber de Cruz Izquierdo es respetar la pluralidad de creencias que tengan sus munícipes y ser imparcial. La íntima relación entre una persona y sus creencias no son cuestiones públicas, sino privadas. Éste es un derecho humano que nos permite saber que el Estado no nos impondrá una religión. El hecho de que los diarios hayan reportado el incidente demuestra que la oración rebasó el ámbito de lo íntimo y brincó a lo público. Esto no debería de estar en los periódicos, pues se insiste en que las creencias de la alcaldesa están en la esfera de lo privado, en donde ninguno de nosotros ni el Estado puede intervenir, ni tampoco donde las creencias de la alcaldesa pueden incidir en nuestra vida íntima con motivo de un acto estatal.

El municipio de Centla tiene una enorme reserva natural llamada la Biosfera de los Pantanos de Centla, salida al mar, más de 100 mil habitantes, bastos recursos naturales, decenas de localidades, pueblos originarios y una posición geográfica de gran trascendencia. Así mismo, Centla tiene muchísimos problemas de salud, pobreza, rezago, e incluso de agua, ¿para qué sumarle el problema de creencias? El municipio no es pequeño en términos geográficos, recursos naturales ni humanos, que lástima que esté en el debate público por este incidente. Ojalá la alcaldesa reconsidere su posición frente a la división Estado e Iglesias, para que todos los gobernados estén conformes con su gestión.

En México hay muchísimas religiones como catolicismo, protestantes, judaica, islámica, espiritualista o de raíces étnicas. Muchos mexicanos también son ateos. El punto es que todos podamos convivir en los actos públicos sin sentirnos agraviados. De nueva cuenta, viene el presidente Juárez: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Dr. En Derecho.

Guadalupe Cruz Izquierdo tomó protesta como alcaldesa del municipio de Centla en el Estado de Tabasco. Minutos más tarde, dentro de las oficinas públicas, un ministro de culto realizó una ceremonia para rezar por la gestión de Cruz Izquierdo. Esto ya generó inconformidades entre los munícipes, y con debida razón.

Nuestro país ha discutido el Estado laico desde el siglo XIX. Sobre la celebración que hace un servidor público al llegar al puesto se ocupó el presidente Juárez, tal como se desprende de las siguientes líneas:

“Era costumbre… que cuando tomaba posesión el gobernador, éste concurría con todas las demás autoridades al Te Deum que se cantaba en la catedral, a cuya puerta principal salían a recibirlo… Los gobiernos civiles no deben tener religión, porque siendo su deber proteger imparcialmente la libertad que los gobernados tienen de seguir y practicar la religión que gusten adoptar…” Las palabras del presidente Juárez se observan en la obra de la doctora Galeana, El Pensamiento Laico de Benito Juárez. Aquí el problema se agrava, ya que la alcaldesa no tomó posesión y después fue a la oración, sino que llevó la oración al recinto público.

Los munícipes que tengan una creencia distinta a la de Cruz Izquierdo, no deben ni tienen porque compartir con ella la ceremonia religiosa, que en principio era un acto de Estado. En contraste, Estado laico y sus actos sí son para todos. El deber de Cruz Izquierdo es respetar la pluralidad de creencias que tengan sus munícipes y ser imparcial. La íntima relación entre una persona y sus creencias no son cuestiones públicas, sino privadas. Éste es un derecho humano que nos permite saber que el Estado no nos impondrá una religión. El hecho de que los diarios hayan reportado el incidente demuestra que la oración rebasó el ámbito de lo íntimo y brincó a lo público. Esto no debería de estar en los periódicos, pues se insiste en que las creencias de la alcaldesa están en la esfera de lo privado, en donde ninguno de nosotros ni el Estado puede intervenir, ni tampoco donde las creencias de la alcaldesa pueden incidir en nuestra vida íntima con motivo de un acto estatal.

El municipio de Centla tiene una enorme reserva natural llamada la Biosfera de los Pantanos de Centla, salida al mar, más de 100 mil habitantes, bastos recursos naturales, decenas de localidades, pueblos originarios y una posición geográfica de gran trascendencia. Así mismo, Centla tiene muchísimos problemas de salud, pobreza, rezago, e incluso de agua, ¿para qué sumarle el problema de creencias? El municipio no es pequeño en términos geográficos, recursos naturales ni humanos, que lástima que esté en el debate público por este incidente. Ojalá la alcaldesa reconsidere su posición frente a la división Estado e Iglesias, para que todos los gobernados estén conformes con su gestión.

En México hay muchísimas religiones como catolicismo, protestantes, judaica, islámica, espiritualista o de raíces étnicas. Muchos mexicanos también son ateos. El punto es que todos podamos convivir en los actos públicos sin sentirnos agraviados. De nueva cuenta, viene el presidente Juárez: “el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Dr. En Derecho.

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