“Enseña a los niños y no será necesario castigar a los hombres”
Pitágoras
Sin lugar a dudas, algo pasó y fue grave… Al final de la administración del expresidente Enrique Peña Nieto un aparente jineteo de subsidios fue la causa de que propietarios de estancias infantiles adscritas a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) rompieran el silencio y muchos de los adscritos al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras manifestaron abusos.
El caso es que al parecer a partir de marzo de 2018 comenzaron a darse hostigamientos, cierres y apertura de nuevas estancias, con los consecuentes cobros irregulares de trámites y favoritismo en la asignación de nuevas estancias son las principales acusaciones respecto a las prácticas que los derechohabientes consideraron lucrativas; sin embargo, hay un elemento más como detonante para la unión de los encargados de las estancias infantiles: el incumplimiento en el pago del subsidio al mes devengado… pese a que las reglas de operación estipulan que durante los primeros 15 días de cada mes, el gobierno federal pagaba 950 pesos por niño atendido mensualmente; esto no ocurrió desde agosto de 2018, y a partir de entonces comenzó el dilema: comenzó a mermar la aportación gubernamental bajo la amenaza de que a partir del mes siguiente los recursos se reducirían cada vez más…
El caso es que luego de protestas y manifestaciones, el pasado jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador concretó que “no se dará más dinero a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) ni a los intermediaros de los programas sociales, porque el apoyo económico será directo a los beneficiarios”. Acusó a las OCS de tener gastos excesivos y a las instancias infantiles de irregularidades, pues sus informes eran adulterados.
Por su parte, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, manifestó que los recursos superiores a los dos mil millones de pesos, disponibles para las estancias, serían “más que suficientes, pero habrá que redistribuirlos”, su propuesta: “que los abuelos de los niños cuiden de éstos como parte de un nuevo esquema de dirección de recursos.
Lo cierto es que el presupuesto se redujo de cuatro mil millones a dos mil millones; “la idea es buscar solución... lo hacemos como amigables componedores, como interlocutores, nosotros no aprobamos el presupuesto, fue la Cámara de Diputados, pero ellos tienen su plan, lo que ahora queremos es buscar una alternativa de solución, para que no se perjudique a los niños”, declaró Monreal.
Conozco el tema y es por ello que me atrevo a compartir esta opinión: aunque el ámbito familiar brinda mucha seguridad, confianza y un sinnúmero de emociones a nuestra infancia, los tiempos han cambiado y en materia de desarrollo social, pedagógico, cognitivo, de salud, nutricional y el crecimiento del niño en general, no hay mejor ambiente que el aprender a vivir, crecer y convivir con sus pares.
No cesamos en la esperanza de la recapacitación y que el gobierno enmiende la ruta, al parecer, decidida.
Por el bien de la infancia y el del México en el futuro.
gamogui@hotmail.com