La regularidad en nuestro futbol es inexistente. La Liga MX es inconsistente, aunque muchos la defienden por ser supuestamente “competitiva”, pero en realidad los equipos no pueden desarrollar todas sus capacidades, ya que la meta es únicamente terminar en los ocho primeros y no hacer la mayor cantidad de puntos. Bajo este contexto donde se premia la mediocridad, sobresale el caso del Guadalajara. Equipo que consiguió levantar los dos trofeos, Copa y Liga, y ahora se encuentra en el fondo de la tabla, sin ninguna oportunidad de calificar y con serios problemas para encontrar su once inicial. Es cierto, que, el incremento exponencial de extranjeros pone en un situación adversa al chiverío, obligándolo a negociar a precios elevados los pocos jugadores mexicanos consolidados y a depender de sus fuerzas básicas, que ha dado resultados pero que no puede ir al mismo ritmo de los torneos cortos. Por tal motivo, no fue raro ver al Guadalajara hace un par de años luchar para no descender. Además, si le sumamos la poca paciencia y falta de conocimiento de Jorge Vergara, se volvía un proyecto a la deriva.
Yacon la soga al cuello y con pocas alternativas, Vergara decidió no participar más en las decisiones deportivas, se contrató a Matías Almeyda para enderezar el barco y se gastaron decenas de millones de dólares en la compra de varios jugadores importantes. El resultado fue el salvamento del equipo.
La clave del nuevo Guadalajara fue la intensidad que le daban los jóvenes canteranos y el desequilibrio de sus refuerzos. No fue suerte ni una mala noche del portero de Tigres lo que les dio el triunfo en la final, sino la soltura y rapidez que no pudo contener el cuadro de los felinos y que hizo ver las carencias y lentitud de la escuadra de Ricardo Ferretti. Ahora bien, el sello de Chivas había sido el ímpetu, el pressing y la profundidad, pero nada de eso vimos en este torneo ¿cómo es posible que un cuadro cambie tanto en tan poco tiempo? El rebaño sagrado no contrato a ningún jugador este torneo, es cierto, pero eso no explica que hoy sea colero general con un sólo partido ganado, el plantel que tiene está para calificar tranquilamente y meterse a la Liguilla sin ningún problema. Otro factor, que parece ser clave para Almeyda, es la falta de pretemporada o lesiones que provocó la convocatoria a la Copa Oro. Sin embargo, hay un caso que sobresale, el de Orbelín Pineda, que regresó al equipo irreconocible por su baja de juego. Asimismo, tenemos el caso de Pulido, que se ha lesionado constantemente, una de dos, los médicos y fisioterapeutas han hecho mal su trabajo, o el delantero no se ha cuidado como debería y no ha seguido indicaciones.
Sin embargo, la respuesta que parece englobar los problemas de Guadalajaraes que no supieron asimilar el éxito. Los halagos, la fiesta y la falta de una guía cuando todo es color de rosa hundieron lo que tanto les había costado.
Almeyda no pudo proteger a sus jugadores o no supo cómo y las consecuencias son ser el peor equipo de la Liga. El éxito lleva mucho a la ruina.
Algo Más. La eliminación de la Sub-17 estuvo empañada por las dudas, que desde el banquillo mostraba el combinado nacional. La falta de un once titular, escalonamientos en la defensiva y falta de profundidad son problemas del cuerpo técnico, no de los jugadores.
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