/ viernes 4 de enero de 2019

¿Excesos de la CICIG en Guatemala? I

La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) fue creada en 2006 a petición del gobierno guatemalteco presidido por Óscar Berger Perdomo. Fue el vicepresidente Eduardo Stein Barillas quien firmó el acuerdo creador el 12 de diciembre con el entonces Secretario General de la ONU Kofi Annan.

Es importante tener en cuenta que la CICIG fue creada con una atípica libertad y autonomía de funcionamiento. No está previsto ni obligada a rendir cuentas a alguna instancia nacional o internacional y por lo tanto goza con cierto nivel de impunidad. Además, a fin de que pueda cumplir sus funciones con absoluta libertad, tiene la protección y garantía de que no puede ser afectada por acciones de la justicia guatemalteca; por lo tanto goza también de un alto nivel de inmunidad.

Ese par de atributos le han brindado inmenso poder y posibilidad de incurrir en arbitrariedades sin riesgo alguno de sanción, como de hecho ha sucedido cuando funcionarios de la CICIG han manipulado pruebas o testigos falsos. Para mantener la vigencia de dicho acuerdo y como único medio o mecanismo de control sobre el mismo por parte del gobierno de Guatemala, que cede parte de su soberanía, se decidió establecer como requisito indispensable la necesidad de que la Comisión tenga que ser ratificada cada 2 años.

El objetivo fundamental de la creación de la CICIG, vinculado a la protección de los fundamentales derechos humanos, lo podemos sintetizar en el siguiente texto inicial del propio acuerdo: “Apoyar, fortalecer y coadyuvar a las instituciones del Estado de Guatemala encargadas de la investigación y la persecución penal de los delitos presuntamente cometidos con ocasión de la actividad de los cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad y cualquier otra conducta delictiva conexa con éstos…”.

Lo que preocupaba mucho en la fecha de suscripción era el considerable número de asesinatos y tropelías perpetrados por ilícitas corporaciones paramilitares. En ninguna parte del acuerdo suscrito entonces figura la palabra corrupción, pero es quizá en el combate a la corrupción gubernamental donde la CICIG ha tenido sus mayores éxitos y donde se ha ganado una considerable legitimidad que le ha permitido conquistar amplio respaldo y simpatía dentro de gran parte de la población.

Sin embargo, también ha generado un relevante y significativo nivel de repudio por parte de vastos sectores que la acusan de excesos, abusos e indebidas intromisiones. La CICIG tiene operando ya 12 años, pero ha sido en los últimos tiempos, bajo el mando del colombiano Iván Velásquez, cuando se ha agudizado este rechazo, dirigido en especial hacia este funcionario.

Pareciera el presidente Jimmy Morales —resentido con Iván Velásquez por el encarcelamiento de un hermano y un hijo, que en apoyo al padre de la novia de éste intervinieron en forma indebida ante las autoridades fiscales de la SAT— se propuso inicialmente sólo a buscar ante el Secretario General de la ONU Antonio Guterres la sustitución del controvertido Velásquez, pero se topó con una postura inflexible. Tendremos que continuar el próximo martes.

alejomtzvendrell@gmail.com

@AlejoMVendrelle

La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) fue creada en 2006 a petición del gobierno guatemalteco presidido por Óscar Berger Perdomo. Fue el vicepresidente Eduardo Stein Barillas quien firmó el acuerdo creador el 12 de diciembre con el entonces Secretario General de la ONU Kofi Annan.

Es importante tener en cuenta que la CICIG fue creada con una atípica libertad y autonomía de funcionamiento. No está previsto ni obligada a rendir cuentas a alguna instancia nacional o internacional y por lo tanto goza con cierto nivel de impunidad. Además, a fin de que pueda cumplir sus funciones con absoluta libertad, tiene la protección y garantía de que no puede ser afectada por acciones de la justicia guatemalteca; por lo tanto goza también de un alto nivel de inmunidad.

Ese par de atributos le han brindado inmenso poder y posibilidad de incurrir en arbitrariedades sin riesgo alguno de sanción, como de hecho ha sucedido cuando funcionarios de la CICIG han manipulado pruebas o testigos falsos. Para mantener la vigencia de dicho acuerdo y como único medio o mecanismo de control sobre el mismo por parte del gobierno de Guatemala, que cede parte de su soberanía, se decidió establecer como requisito indispensable la necesidad de que la Comisión tenga que ser ratificada cada 2 años.

El objetivo fundamental de la creación de la CICIG, vinculado a la protección de los fundamentales derechos humanos, lo podemos sintetizar en el siguiente texto inicial del propio acuerdo: “Apoyar, fortalecer y coadyuvar a las instituciones del Estado de Guatemala encargadas de la investigación y la persecución penal de los delitos presuntamente cometidos con ocasión de la actividad de los cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad y cualquier otra conducta delictiva conexa con éstos…”.

Lo que preocupaba mucho en la fecha de suscripción era el considerable número de asesinatos y tropelías perpetrados por ilícitas corporaciones paramilitares. En ninguna parte del acuerdo suscrito entonces figura la palabra corrupción, pero es quizá en el combate a la corrupción gubernamental donde la CICIG ha tenido sus mayores éxitos y donde se ha ganado una considerable legitimidad que le ha permitido conquistar amplio respaldo y simpatía dentro de gran parte de la población.

Sin embargo, también ha generado un relevante y significativo nivel de repudio por parte de vastos sectores que la acusan de excesos, abusos e indebidas intromisiones. La CICIG tiene operando ya 12 años, pero ha sido en los últimos tiempos, bajo el mando del colombiano Iván Velásquez, cuando se ha agudizado este rechazo, dirigido en especial hacia este funcionario.

Pareciera el presidente Jimmy Morales —resentido con Iván Velásquez por el encarcelamiento de un hermano y un hijo, que en apoyo al padre de la novia de éste intervinieron en forma indebida ante las autoridades fiscales de la SAT— se propuso inicialmente sólo a buscar ante el Secretario General de la ONU Antonio Guterres la sustitución del controvertido Velásquez, pero se topó con una postura inflexible. Tendremos que continuar el próximo martes.

alejomtzvendrell@gmail.com

@AlejoMVendrelle