/ martes 9 de enero de 2018

Fábrica de culpables

En nuestro país se cometen miles de delitos a diario y la mayoría de estos no se resuelven a satisfacción de la sociedad, hoy en día, ha surgido una nueva categoría del delito: los que se conocen a través de los medios de comunicación y los que están en la zona del silencio. Los eventos delictivos que se logran colocar en la televisión, periódicos o redes sociales se convierten en una prioridad para las autoridades. En este tipo de delitos no hay impunidad lo que hay es tortura, errores en la cadena de custodia, prisas y aberraciones. Alguien culpable o inocente estará frente a un juez penal. Los fiscales siguen el dicho popular: aquí no se ve quién lo hizo, sino quién lo paga.

La lógica en los delitos que están en los medios de comunicación es resolver a toda costa y dar la impresión de que el sistema funciona. En los últimos días de diciembre del año 2017, se cometió el delito de feminicidio en contra de Karen. Este trágico hecho llegó a los medios de comunicación y de inmediato fue una prioridad para el gobierno de la Ciudad de México.

 Los primeros días de enero, la Procuraduría capitalina ya tenía al probable responsable, pero la fiscalía armó su caso con datos de prueba bastante endebles como testimonios y retratos hablados. La organización no gubernamental llamada de Innocence Project ha señalado que el 70% de las sentencias condenatorias que han revertido a través de pruebas científicas, están relacionadas con testigos que identifican a la persona equivocada, sin embargo, en este caso los testimonios serán vitales; y por si fuera poco, la fiscalía capitalina reforzó su versión, al decirnos que el probable responsable tenía antecedentes penales.

En contraste, los diarios en España reportan el feminicidio de Diana Quer y, como cualquier feminicidio, es un caso brutal. En esta investigación nos reportan que Diana salió a caminar y no volvió a su casa. La policía española utilizó la tecnología y, a través de la ubicación del teléfono celular de Diana comenzaron a reconstruir el evento delictivo. Esta información los llevó a rastrear el teléfono celular del señor Abuín y pudieron generar evidencia de que estas dos personas habían estado juntos durante la desaparición de Diana. Sin embargo, no se realizó la captura del probable responsable. La fiscalía quería un caso sólido y después de meses de investigación y vigilancia de la policía, el señor Abuín atacó a otra mujer y allí lo capturaron. El probable responsable confesó dónde estaba el cuerpo de Diana Quer. Aquí sí hay un caso sólido.

En México el problema de los casos mediatizados es la prisa con la que se tratan de resolver. Importa más la percepción de que las “instituciones funcionan” a la resolución del delito mismo. Esto tiene dos problemas: el primero es la fábrica de culpables que se genera en los casos mediatizados, a ver quién paga y no quién lo hizo. El segundo es que la mayoría de los delitos no está en los medios de comunicación y, por ende, en estos no hay movimiento, nunca se resuelven. Las autoridades deberían de aprender que en la clasificación de delitos no existe evento delictivo con medios y sin medios de comunicación. Todos afectan a la sociedad y todos se deben resolver con los más altos estándares probatorios. Lo anterior, para detener la fábrica de culpables que se echó a andar a principios del siglo XX.   

Dr. en Derecho.

 

En nuestro país se cometen miles de delitos a diario y la mayoría de estos no se resuelven a satisfacción de la sociedad, hoy en día, ha surgido una nueva categoría del delito: los que se conocen a través de los medios de comunicación y los que están en la zona del silencio. Los eventos delictivos que se logran colocar en la televisión, periódicos o redes sociales se convierten en una prioridad para las autoridades. En este tipo de delitos no hay impunidad lo que hay es tortura, errores en la cadena de custodia, prisas y aberraciones. Alguien culpable o inocente estará frente a un juez penal. Los fiscales siguen el dicho popular: aquí no se ve quién lo hizo, sino quién lo paga.

La lógica en los delitos que están en los medios de comunicación es resolver a toda costa y dar la impresión de que el sistema funciona. En los últimos días de diciembre del año 2017, se cometió el delito de feminicidio en contra de Karen. Este trágico hecho llegó a los medios de comunicación y de inmediato fue una prioridad para el gobierno de la Ciudad de México.

 Los primeros días de enero, la Procuraduría capitalina ya tenía al probable responsable, pero la fiscalía armó su caso con datos de prueba bastante endebles como testimonios y retratos hablados. La organización no gubernamental llamada de Innocence Project ha señalado que el 70% de las sentencias condenatorias que han revertido a través de pruebas científicas, están relacionadas con testigos que identifican a la persona equivocada, sin embargo, en este caso los testimonios serán vitales; y por si fuera poco, la fiscalía capitalina reforzó su versión, al decirnos que el probable responsable tenía antecedentes penales.

En contraste, los diarios en España reportan el feminicidio de Diana Quer y, como cualquier feminicidio, es un caso brutal. En esta investigación nos reportan que Diana salió a caminar y no volvió a su casa. La policía española utilizó la tecnología y, a través de la ubicación del teléfono celular de Diana comenzaron a reconstruir el evento delictivo. Esta información los llevó a rastrear el teléfono celular del señor Abuín y pudieron generar evidencia de que estas dos personas habían estado juntos durante la desaparición de Diana. Sin embargo, no se realizó la captura del probable responsable. La fiscalía quería un caso sólido y después de meses de investigación y vigilancia de la policía, el señor Abuín atacó a otra mujer y allí lo capturaron. El probable responsable confesó dónde estaba el cuerpo de Diana Quer. Aquí sí hay un caso sólido.

En México el problema de los casos mediatizados es la prisa con la que se tratan de resolver. Importa más la percepción de que las “instituciones funcionan” a la resolución del delito mismo. Esto tiene dos problemas: el primero es la fábrica de culpables que se genera en los casos mediatizados, a ver quién paga y no quién lo hizo. El segundo es que la mayoría de los delitos no está en los medios de comunicación y, por ende, en estos no hay movimiento, nunca se resuelven. Las autoridades deberían de aprender que en la clasificación de delitos no existe evento delictivo con medios y sin medios de comunicación. Todos afectan a la sociedad y todos se deben resolver con los más altos estándares probatorios. Lo anterior, para detener la fábrica de culpables que se echó a andar a principios del siglo XX.   

Dr. en Derecho.

 

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 29 de diciembre de 2020

La otra educación jurídica

Javier Cruz Angulo

lunes 21 de diciembre de 2020

El 2020

Javier Cruz Angulo

martes 15 de diciembre de 2020

Somos un mal bicho

Javier Cruz Angulo

miércoles 09 de diciembre de 2020

Naranja/Rojo

Javier Cruz Angulo

martes 01 de diciembre de 2020

Reforma judicial sin jueces

Javier Cruz Angulo

martes 24 de noviembre de 2020

Cuando pierde la víctima

Javier Cruz Angulo

martes 17 de noviembre de 2020

Trump no es la amenaza

Javier Cruz Angulo

martes 10 de noviembre de 2020

Urrutia Laubreaux vs Chile

Javier Cruz Angulo

martes 27 de octubre de 2020

La muerte de Ayelín

Javier Cruz Angulo

martes 20 de octubre de 2020

El servicio público está en la soledad

Javier Cruz Angulo

Cargar Más