/ viernes 28 de junio de 2019

Ferran Adrià

Muchos se preguntarán qué tendrá que ver el aclamado chef Ferran Adrià con la educación y la innovación. Su visita en esta semana nos demostró que mucho, con una visión pragmática, sensata y aplicable sobre su concepto de innovación creativa que se excepciona de las extravagancias tecnocentristas que se ven tanto en estas pláticas.

Adrià propone una visión de la innovación en el contexto de las escuelas creativas, señala que cualquier cosa puede ser una creación, pero para ser innovadora debe tener éxito en el mercado. La deficiencia que tiene la educación en todos los niveles en enseñar cómo hacer empresas o negocios lo cual tiene trascendencia, ya que muchas buenas ideas se pierden por la imposibilidad de convertirla en productos para el mercado. La innovación debe buscar la felicidad y no el éxito. Una idea que llama la atención es que innovar es, ante todo, sobrevivir. Es muy difícil plantear con sensatez a un joven o a una empresa que tiene que innovar, tener patentes y ser disruptivo cuando enfrenta el riesgo de su desaparición o fracaso.

En el caso de nuestro país, señala Adrià, un espacio particularmente valioso para la innovación es la industria de la gastronomía, que incluye el turismo, agronegocios y alimentos procesados, que en su conjunto son más del 30 por ciento del PIB en el que México cuenta con la mayor oportunidad para el crecimiento y ventajas competitivas importantes, nuestra tradición de cocina con su variedad y riqueza que es patrimonio de la humanidad, las cocinas de la mitad de Europa caben en la comida oaxaqueña.

Nuestras aportaciones como el aguacate, el chocolate, el chile, el maíz y el jitomate, por mencionar algunos, además de nuestros grandes atractivos naturales, convocan a millones de turistas. Esta combinación virtuosa entre tradición, turismo y productos agrícolas con una visión de innovación pragmática pueden ser el gran detonador del crecimiento de México.

Como se observa no toda la innovación es sobre tic´s, la gastronomía y alimentos es un sector económico con potencial, no un hecho cultural aislado, se requiere un enfoque que combine los negocios, las tecnologías y nuestras potencialidades para crear un desarrollo en esta industria.

La escuela mexicana tiene que incorporar la innovación pero en este sentido práctico, útil, sin estridencias y extravagancias a su vida cotidiana y fortalecer las capacidades creativas de los estudiantes de la Ciudad de México. De lograrlo daremos un paso importante hacia la prosperidad.

@LuisH_Fernandez

Muchos se preguntarán qué tendrá que ver el aclamado chef Ferran Adrià con la educación y la innovación. Su visita en esta semana nos demostró que mucho, con una visión pragmática, sensata y aplicable sobre su concepto de innovación creativa que se excepciona de las extravagancias tecnocentristas que se ven tanto en estas pláticas.

Adrià propone una visión de la innovación en el contexto de las escuelas creativas, señala que cualquier cosa puede ser una creación, pero para ser innovadora debe tener éxito en el mercado. La deficiencia que tiene la educación en todos los niveles en enseñar cómo hacer empresas o negocios lo cual tiene trascendencia, ya que muchas buenas ideas se pierden por la imposibilidad de convertirla en productos para el mercado. La innovación debe buscar la felicidad y no el éxito. Una idea que llama la atención es que innovar es, ante todo, sobrevivir. Es muy difícil plantear con sensatez a un joven o a una empresa que tiene que innovar, tener patentes y ser disruptivo cuando enfrenta el riesgo de su desaparición o fracaso.

En el caso de nuestro país, señala Adrià, un espacio particularmente valioso para la innovación es la industria de la gastronomía, que incluye el turismo, agronegocios y alimentos procesados, que en su conjunto son más del 30 por ciento del PIB en el que México cuenta con la mayor oportunidad para el crecimiento y ventajas competitivas importantes, nuestra tradición de cocina con su variedad y riqueza que es patrimonio de la humanidad, las cocinas de la mitad de Europa caben en la comida oaxaqueña.

Nuestras aportaciones como el aguacate, el chocolate, el chile, el maíz y el jitomate, por mencionar algunos, además de nuestros grandes atractivos naturales, convocan a millones de turistas. Esta combinación virtuosa entre tradición, turismo y productos agrícolas con una visión de innovación pragmática pueden ser el gran detonador del crecimiento de México.

Como se observa no toda la innovación es sobre tic´s, la gastronomía y alimentos es un sector económico con potencial, no un hecho cultural aislado, se requiere un enfoque que combine los negocios, las tecnologías y nuestras potencialidades para crear un desarrollo en esta industria.

La escuela mexicana tiene que incorporar la innovación pero en este sentido práctico, útil, sin estridencias y extravagancias a su vida cotidiana y fortalecer las capacidades creativas de los estudiantes de la Ciudad de México. De lograrlo daremos un paso importante hacia la prosperidad.

@LuisH_Fernandez