/ lunes 2 de octubre de 2017

Fondo de reconstrucción con vigilancia ciudadana

El dicho popular “la burra no era arisca, la hicieron” explica perfectamente la exigencia de crear un Fondo de Reconstrucción tan autónomo del gobierno como la ley permita y tan ciudadano como se pueda.

Apunto tres elementos para fundar esta exigencia. Lo primero que debemos decir es que la Auditoría Superior de la Federación está haciendo observaciones de opacidad al Fondo Nacional de Desastres Naturales, por lo tanto, este no puede garantizar que los recursos que se le destinen sirvan para que las y los habitantes de las zonas afectadas se pongan de pie desde un enfoque de desarrollo humano sostenible.

Segundo elemento: En la elección del año entrante votaremos una presidencia de la República, un nuevo Congreso de la Unión y dos mil 697 cargos resultado de 30 elecciones locales entre ellas 9 gubernaturas. Esta disputa electoral deberá tener características distintas a otras contiendas, particularmente porque los Partidos tendrán muchos menos recursos públicos o incluso no los tendrán.

Se debe prevenir que recursos públicos de la reconstrucción sean manejados con fines electorales por quienes hoy ya están entregando tarjetas, levantando censos, etcétera, porque -no seamosingenuos- quienes integran el Gabinete de Peña Nieto están cumpliendo tareas en todas las zonas de los desastres, pero también están compitiendo entre ellos por la candidatura presidencial por el PRI. 

Hay quienes aseguran que el PRI no necesita recursos del INE, porque usa los recursos asignados a programas sociales del gobierno.

Tercer elemento: los recursos para la reconstrucción deben usarse de manera legal, imparcial, equitativa, transparente y también sostenible en el marco del nuevo sistema nacional anticorrupción y los Objetivos de Desarrollo Sostenible; por lo tanto, en el Fondo que se constituya si bien debe participar la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico y alguna institución bancaria gubernamental por el manejo del fideicomiso que se conforme, la transparencia y vigilancia ciudadana debe asegurarse desde la integración del Consejo de Administración.

En el Senado de la República hemos propuesto una iniciativa de ley para constituir el Fondo Nacional de Reconstrucción 2017, sin embargo desde el gobierno y el PRI nadie se atreve a debatir de manera pública si se está de acuerdo o no, están esperando línea del gobierno. Parecería que es inevitable darle un contexto electoral a todo lo que se discute, y no es para menos. 

Ante las críticas al sistema de partidos, ninguno se escapa a las exigencias para que la política sea para buscar el adelanto del país. La sociedad mexicana expresa su rechazo a exgobernadores y funcionarios de todo nivel omisos y transas y desde esa crítica -y desconfianza- nos arrastra a todos quienes participamos en algún partido político.

Es momento de dar un giro a la política para su plena reivindicación. Convendría, por cierto, leer la argumentación de la reforma política de 1994 que, aunque con características históricas distintas, llevó ni mas ni menos que a constituir un organismo electoral autónomo y ciudadano. Aprendamos de nuestra historia.

Senadora por el PRD. Presidenta de

la comisión de Derechos Humanos.

@angelicadelap

El dicho popular “la burra no era arisca, la hicieron” explica perfectamente la exigencia de crear un Fondo de Reconstrucción tan autónomo del gobierno como la ley permita y tan ciudadano como se pueda.

Apunto tres elementos para fundar esta exigencia. Lo primero que debemos decir es que la Auditoría Superior de la Federación está haciendo observaciones de opacidad al Fondo Nacional de Desastres Naturales, por lo tanto, este no puede garantizar que los recursos que se le destinen sirvan para que las y los habitantes de las zonas afectadas se pongan de pie desde un enfoque de desarrollo humano sostenible.

Segundo elemento: En la elección del año entrante votaremos una presidencia de la República, un nuevo Congreso de la Unión y dos mil 697 cargos resultado de 30 elecciones locales entre ellas 9 gubernaturas. Esta disputa electoral deberá tener características distintas a otras contiendas, particularmente porque los Partidos tendrán muchos menos recursos públicos o incluso no los tendrán.

Se debe prevenir que recursos públicos de la reconstrucción sean manejados con fines electorales por quienes hoy ya están entregando tarjetas, levantando censos, etcétera, porque -no seamosingenuos- quienes integran el Gabinete de Peña Nieto están cumpliendo tareas en todas las zonas de los desastres, pero también están compitiendo entre ellos por la candidatura presidencial por el PRI. 

Hay quienes aseguran que el PRI no necesita recursos del INE, porque usa los recursos asignados a programas sociales del gobierno.

Tercer elemento: los recursos para la reconstrucción deben usarse de manera legal, imparcial, equitativa, transparente y también sostenible en el marco del nuevo sistema nacional anticorrupción y los Objetivos de Desarrollo Sostenible; por lo tanto, en el Fondo que se constituya si bien debe participar la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico y alguna institución bancaria gubernamental por el manejo del fideicomiso que se conforme, la transparencia y vigilancia ciudadana debe asegurarse desde la integración del Consejo de Administración.

En el Senado de la República hemos propuesto una iniciativa de ley para constituir el Fondo Nacional de Reconstrucción 2017, sin embargo desde el gobierno y el PRI nadie se atreve a debatir de manera pública si se está de acuerdo o no, están esperando línea del gobierno. Parecería que es inevitable darle un contexto electoral a todo lo que se discute, y no es para menos. 

Ante las críticas al sistema de partidos, ninguno se escapa a las exigencias para que la política sea para buscar el adelanto del país. La sociedad mexicana expresa su rechazo a exgobernadores y funcionarios de todo nivel omisos y transas y desde esa crítica -y desconfianza- nos arrastra a todos quienes participamos en algún partido político.

Es momento de dar un giro a la política para su plena reivindicación. Convendría, por cierto, leer la argumentación de la reforma política de 1994 que, aunque con características históricas distintas, llevó ni mas ni menos que a constituir un organismo electoral autónomo y ciudadano. Aprendamos de nuestra historia.

Senadora por el PRD. Presidenta de

la comisión de Derechos Humanos.

@angelicadelap