/ jueves 5 de noviembre de 2020

Freno al terrorismo fiscal

Los contrapesos en el funcionamiento del Estado son fundamentales para la vida democrática de un país. La elección de representantes populares es uno de los actos primordiales del sistema democrático que rige a buena parte del mundo. La intención de representar por parte de los legisladores es una tarea que requiere un compromiso importante anteponiendo los intereses de la ciudadanía ante los intentos de atropello de algunas autoridades.

En esta ocasión, el papel que jugó el Senado en la modificación del Paquete Fiscal 2021 dio visos de esperanza, técnica legislativa impecable y responsabilidad social para con el pueblo mexicano. Ello luego de plantear modificaciones a la minuta proveniente de la Cámara de Diputados en la que muchos analistas fiscales y financieros aseguraban que se trataba de un atropello para los contribuyentes.

En efecto, como estaban planteadas algunas facultades al Servicio de Administración Tributaria, nos encontraríamos ante un claro ejemplo de lo que se le denomina “terrorismo fiscal”, ya que la intención de acceder a los domicilios fiscales y videograbar o tomar fotografías vulneraba a todas luces la proporcionalidad y desnaturalizaba el carácter de aportaciones al gasto público que constituyen las contribuciones.

En un claro apego a la constitucionalidad, el posicionamiento de las fuerzas políticas en la Cámara Alta fue en dirección a no avalar estas reformas que lastiman seriamente a los contribuyentes en un momento histórico en donde lo que menos necesitan es tener una presión mayor por parte de las autoridades a pesar de no estar obteniendo ingresos de cara a una recesión global.

Adicional a ello, los Senadores atemperaron la ola de aumento en las contribuciones y pago de derechos que, a través de una reforma impactarían seriamente en el bolsillo. De hecho, en el caso de las plataformas tecnológicas se ajustó la tasa para permanecerla fija y no oscilante entre 2 y 8 por ciento, elemento fundamental para otorgar certeza jurídica a los usuarios de esas aplicaciones, así como a los operadores de las mismas.

Hoy más que nunca, el carácter social de las contribuciones debe relucir, ya que el aporte al gasto público ha sido constante por parte de quienes han optado mantenerse en la legalidad y que, con todo el esfuerzo que implica, cumplen con sus obligaciones fiscales mes a mes, sobretodo considerando que esa materia tiene una buena base en el principio de buena fe.

Lo sucedido en el Senado no es otra cosa que el producto de la escucha activa por parte de los integrantes de tan importante Poder, así como del análisis profundo de una reforma que, independientemente de su necesidad o no para obtener mayores ingresos, tenía en los hombres una carga inconstitucional importante que no la llevaría a buen puerto. En este caso, la colaboración conjunta y el apoyo de la oposición obtuvieron una recompensa para todas y todos los mexicanos.

Los contrapesos en el funcionamiento del Estado son fundamentales para la vida democrática de un país. La elección de representantes populares es uno de los actos primordiales del sistema democrático que rige a buena parte del mundo. La intención de representar por parte de los legisladores es una tarea que requiere un compromiso importante anteponiendo los intereses de la ciudadanía ante los intentos de atropello de algunas autoridades.

En esta ocasión, el papel que jugó el Senado en la modificación del Paquete Fiscal 2021 dio visos de esperanza, técnica legislativa impecable y responsabilidad social para con el pueblo mexicano. Ello luego de plantear modificaciones a la minuta proveniente de la Cámara de Diputados en la que muchos analistas fiscales y financieros aseguraban que se trataba de un atropello para los contribuyentes.

En efecto, como estaban planteadas algunas facultades al Servicio de Administración Tributaria, nos encontraríamos ante un claro ejemplo de lo que se le denomina “terrorismo fiscal”, ya que la intención de acceder a los domicilios fiscales y videograbar o tomar fotografías vulneraba a todas luces la proporcionalidad y desnaturalizaba el carácter de aportaciones al gasto público que constituyen las contribuciones.

En un claro apego a la constitucionalidad, el posicionamiento de las fuerzas políticas en la Cámara Alta fue en dirección a no avalar estas reformas que lastiman seriamente a los contribuyentes en un momento histórico en donde lo que menos necesitan es tener una presión mayor por parte de las autoridades a pesar de no estar obteniendo ingresos de cara a una recesión global.

Adicional a ello, los Senadores atemperaron la ola de aumento en las contribuciones y pago de derechos que, a través de una reforma impactarían seriamente en el bolsillo. De hecho, en el caso de las plataformas tecnológicas se ajustó la tasa para permanecerla fija y no oscilante entre 2 y 8 por ciento, elemento fundamental para otorgar certeza jurídica a los usuarios de esas aplicaciones, así como a los operadores de las mismas.

Hoy más que nunca, el carácter social de las contribuciones debe relucir, ya que el aporte al gasto público ha sido constante por parte de quienes han optado mantenerse en la legalidad y que, con todo el esfuerzo que implica, cumplen con sus obligaciones fiscales mes a mes, sobretodo considerando que esa materia tiene una buena base en el principio de buena fe.

Lo sucedido en el Senado no es otra cosa que el producto de la escucha activa por parte de los integrantes de tan importante Poder, así como del análisis profundo de una reforma que, independientemente de su necesidad o no para obtener mayores ingresos, tenía en los hombres una carga inconstitucional importante que no la llevaría a buen puerto. En este caso, la colaboración conjunta y el apoyo de la oposición obtuvieron una recompensa para todas y todos los mexicanos.