/ jueves 19 de septiembre de 2019

Fuera de Agenda | De Huitzuco a Mezcala

Es un personaje cuya silueta está perfilada pero con el rostro aun difuso. Lo conocen como El Patrón, y a juicio de uno de los investigadores calado durante años en pesquisas contra la delincuencia organizada, se trata de “una persona con mucho poder y de alto nivel, capaz de articular a individuos tanto en el terreno político como en el terreno delincuencial”.

Se sabe que su zona de influencia data de muchos años en Huitzuco, lo conocen bien en Mezcala, Iguala y tiene una red en todo el estado de Guerrero. El martes 17 de septiembre el exgobernador Angel Aguirre Rivero y su exprocurador Iñaki Blanco, “recomendaron” investigar la identidad del Patrón.

En diciembre pasado José Trinidad Larrieta, titular de la Oficina Especial para el caso Ayotzinapa en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y quien años atrás estuvo al frente de la Unidad contra la Delincuencia Organizada de la hoy desaparecida PGR, expuso dos hipótesis a investigar sobre la identidad de los autores intelectuales detrás de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y que hoy adquieren mayor relevancia.

Larrieta se refirió al “Patrón” como un personaje ligado a la política, con el suficiente poder para rela- cionarse en diversos ámbitos, y quien gozaría de ese “fuero” de mucho tiempo atrás. No dio nombres pero puso el dedo en el renglón en las inconsistencias en la investigación.

La indagatoria está tan mal articulada que el sábado pasado el juez decretó la liberación de 24 de los acusados, en su mayoría expolicías de Iguala, Cocula y Huitzuco, actores clave aquella noche del 26 de septiembre hace cinco años cuando los jóvenes desaparecieron.

La segunda pista a seguir es la del Caminante. La- rrieta refirió que 11 agentes de la policía ministerial de Guerrero, identificaron al general brigadier retirado Marcos Juárez Escalera como el personaje detrás de ese alias.

Juárez Escalera es un oficial de intendencia, es decir preparado en labores administrativas, aunque realizó cursos de guerra irregular y en el ámbito civil se especializó en derecho militar. Fue jefe de la ministerial en Guerrero y en 2014 asumió la secretaría de seguridad pública municipal en Acapulco.

Su nombre volverá a ser mencionado cuando se cumplan cinco años de la desaparición de los jóvenes, y se insista en indagar líneas de investigación nunca tomadas en cuenta.

El caso de El Patrón en principio se pensó se trataba de Alejandro Tenescalco Mejía, líder de la banda criminal conocida como los Bélicos, considerado un testaferro de mediano nivel comparado con la información detrás del misterioso personaje de Huitzuco.

Versiones al interior de la FGR y en Gobernación señalan de manera extraoficial al exgobernador Rubén Figueroa Alcocer, el hombre que en 1996 tuvo que renunciar a la gubernatura de Guerrero después de la masacre de Aguas Blancas, como el personaje detrás de El Patrón.

Se asoman algunas de las rutas de investigación a seguir al cumplirse cinco años del caso.

Es un personaje cuya silueta está perfilada pero con el rostro aun difuso. Lo conocen como El Patrón, y a juicio de uno de los investigadores calado durante años en pesquisas contra la delincuencia organizada, se trata de “una persona con mucho poder y de alto nivel, capaz de articular a individuos tanto en el terreno político como en el terreno delincuencial”.

Se sabe que su zona de influencia data de muchos años en Huitzuco, lo conocen bien en Mezcala, Iguala y tiene una red en todo el estado de Guerrero. El martes 17 de septiembre el exgobernador Angel Aguirre Rivero y su exprocurador Iñaki Blanco, “recomendaron” investigar la identidad del Patrón.

En diciembre pasado José Trinidad Larrieta, titular de la Oficina Especial para el caso Ayotzinapa en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y quien años atrás estuvo al frente de la Unidad contra la Delincuencia Organizada de la hoy desaparecida PGR, expuso dos hipótesis a investigar sobre la identidad de los autores intelectuales detrás de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y que hoy adquieren mayor relevancia.

Larrieta se refirió al “Patrón” como un personaje ligado a la política, con el suficiente poder para rela- cionarse en diversos ámbitos, y quien gozaría de ese “fuero” de mucho tiempo atrás. No dio nombres pero puso el dedo en el renglón en las inconsistencias en la investigación.

La indagatoria está tan mal articulada que el sábado pasado el juez decretó la liberación de 24 de los acusados, en su mayoría expolicías de Iguala, Cocula y Huitzuco, actores clave aquella noche del 26 de septiembre hace cinco años cuando los jóvenes desaparecieron.

La segunda pista a seguir es la del Caminante. La- rrieta refirió que 11 agentes de la policía ministerial de Guerrero, identificaron al general brigadier retirado Marcos Juárez Escalera como el personaje detrás de ese alias.

Juárez Escalera es un oficial de intendencia, es decir preparado en labores administrativas, aunque realizó cursos de guerra irregular y en el ámbito civil se especializó en derecho militar. Fue jefe de la ministerial en Guerrero y en 2014 asumió la secretaría de seguridad pública municipal en Acapulco.

Su nombre volverá a ser mencionado cuando se cumplan cinco años de la desaparición de los jóvenes, y se insista en indagar líneas de investigación nunca tomadas en cuenta.

El caso de El Patrón en principio se pensó se trataba de Alejandro Tenescalco Mejía, líder de la banda criminal conocida como los Bélicos, considerado un testaferro de mediano nivel comparado con la información detrás del misterioso personaje de Huitzuco.

Versiones al interior de la FGR y en Gobernación señalan de manera extraoficial al exgobernador Rubén Figueroa Alcocer, el hombre que en 1996 tuvo que renunciar a la gubernatura de Guerrero después de la masacre de Aguas Blancas, como el personaje detrás de El Patrón.

Se asoman algunas de las rutas de investigación a seguir al cumplirse cinco años del caso.