/ jueves 25 de julio de 2019

Fuera de Agenda | ¿Desaparecer a las Fuerzas Armadas?

A principio de este mes a propósito del primer año de su triunfo electoral, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador dijo en entrevista a un periódico afin a su posición política, que si por él fuera “desaparecería al Ejército” para convertirlo en Guardia Nacional. Comentó que haría la declaratoria de que México es un país “pacifista” que no necesita fuerzas armadas y que la defensa de la nación, en caso de ser necesario, “la hariamos todos”. Para el tabasqueño el futuro del ejército y la marina, sería convertirse en Guardia Nacional para garantizar la seguridad.

Al paso de los días sus declaraciones generaron un rechazo generalizado entre oficiales y jefes del ejército y armada de México. En chats y comentarios entre ex compañeros de aula tanto de la Escuela Naval como del Colegio Militar, no pasó por alto la enesima ocurrencia retórica del hombre que llegó a la presidencia del país con 30 millones de votos.

López Obrador podrá ser un buena persona, un político que busca el bien del país como asegura. Pero de que no entiende e ignora demasiadas cosas sobre la seguridad nacional, es algo que al paso de los meses ha quedado claro.

Para varios generales y almirantes, la mayoría de ellos en el retiro, el comandante supremo de las fuerzas armadas exhibió con esa declaración su ingenuidad, negligencia, y sobre todo irresponsabilidad.

A Andrés Manuel López Obrador con seguridad le habrán hablado sobre la guerra convencional, quizá escuchó que la carrera tecnológica ha obligado a las fuerzas armadas de todo el mundo a convertirse en herramientas de Estado con una función “polivalente”. Es decir, más flexibles, con operaciones donde la tecnología es la herramienta fundamental para enfrentar amenazas en múltiples dimensiones.

El presidente de la república dejó entrever que sigue pensando la guerra como en los años 60 o 70. Cuando ejércitos de países como en el sudeste asiático, se aprestaban a dirimir sus diferencias e intereses territoriales en escenarios bélicos determinados por sus fronteras.

Quizá ignora que en el ejército mexicano desde hace tiempo se prepara a los oficiales sobre su función como garantes de la soberania territorial y salvaguarda de la seguridad nacional. Y eso va más allá del uso policial y de contención de problemas de seguridad interior que le han dado los políticos en México.

De sobra es conocido que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea son desde hace tiempo, las instituciones en las que todos los mexicanos más confían. Lo que debe quedar claro es que la actual administración se ha enfocado con la creación de la Guardia Nacional, en el rediseño de la arquitectura institucional de seguridad y no en mejorar las capacidades de las tres ramas de las Fuerzas Armadas.

Como instituciones de Estado, que están más allá de políticos con responsabilidades sexenales, las fuerzas armadas aportan certeza para la construcción del modelo de país que se quiere.

En el Ejército y la armada existe gente lo sufientemente preparada para darle a entender al presidente, que el éxito de su gestión en mucho se deberá a la forma en como apoye a los hombres y mujeres que decidieron dedicar su vida a la defensa de la nación.

A principio de este mes a propósito del primer año de su triunfo electoral, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador dijo en entrevista a un periódico afin a su posición política, que si por él fuera “desaparecería al Ejército” para convertirlo en Guardia Nacional. Comentó que haría la declaratoria de que México es un país “pacifista” que no necesita fuerzas armadas y que la defensa de la nación, en caso de ser necesario, “la hariamos todos”. Para el tabasqueño el futuro del ejército y la marina, sería convertirse en Guardia Nacional para garantizar la seguridad.

Al paso de los días sus declaraciones generaron un rechazo generalizado entre oficiales y jefes del ejército y armada de México. En chats y comentarios entre ex compañeros de aula tanto de la Escuela Naval como del Colegio Militar, no pasó por alto la enesima ocurrencia retórica del hombre que llegó a la presidencia del país con 30 millones de votos.

López Obrador podrá ser un buena persona, un político que busca el bien del país como asegura. Pero de que no entiende e ignora demasiadas cosas sobre la seguridad nacional, es algo que al paso de los meses ha quedado claro.

Para varios generales y almirantes, la mayoría de ellos en el retiro, el comandante supremo de las fuerzas armadas exhibió con esa declaración su ingenuidad, negligencia, y sobre todo irresponsabilidad.

A Andrés Manuel López Obrador con seguridad le habrán hablado sobre la guerra convencional, quizá escuchó que la carrera tecnológica ha obligado a las fuerzas armadas de todo el mundo a convertirse en herramientas de Estado con una función “polivalente”. Es decir, más flexibles, con operaciones donde la tecnología es la herramienta fundamental para enfrentar amenazas en múltiples dimensiones.

El presidente de la república dejó entrever que sigue pensando la guerra como en los años 60 o 70. Cuando ejércitos de países como en el sudeste asiático, se aprestaban a dirimir sus diferencias e intereses territoriales en escenarios bélicos determinados por sus fronteras.

Quizá ignora que en el ejército mexicano desde hace tiempo se prepara a los oficiales sobre su función como garantes de la soberania territorial y salvaguarda de la seguridad nacional. Y eso va más allá del uso policial y de contención de problemas de seguridad interior que le han dado los políticos en México.

De sobra es conocido que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea son desde hace tiempo, las instituciones en las que todos los mexicanos más confían. Lo que debe quedar claro es que la actual administración se ha enfocado con la creación de la Guardia Nacional, en el rediseño de la arquitectura institucional de seguridad y no en mejorar las capacidades de las tres ramas de las Fuerzas Armadas.

Como instituciones de Estado, que están más allá de políticos con responsabilidades sexenales, las fuerzas armadas aportan certeza para la construcción del modelo de país que se quiere.

En el Ejército y la armada existe gente lo sufientemente preparada para darle a entender al presidente, que el éxito de su gestión en mucho se deberá a la forma en como apoye a los hombres y mujeres que decidieron dedicar su vida a la defensa de la nación.