/ jueves 16 de mayo de 2019

Fuera de Agenda | Improvisación detrás de la Guardia Nacional

La mayoría de los instructores de la Policía Federal no tienen idea de lo que van a hablar. No llevan material de respaldo y fueron seleccionados al azar para hablar de los aspectos teóricos del quehacer policial. En el caso de la Gendarmería Nacional fueron 78 instructores de los cuales la gran mayoría, alrededor del 60 por ciento, son policías terceros, es decir pertenecen al escalafón más bajo y no tienen idea de los temas a desarrollar.

Así comenzaron esta semana los cursos de formación inicial homologados para los efectivos militares que formaran parte de la Guardia Nacional, quienes iniciaron su capacitación en las instalaciones del Campo Militar 37-C en San Miguel de los Jagüeyes y en la Base Militar número uno en Santa Lucia, ambos en el Estado de México.

La hoja de ruta para el inicio de la transición hacia la Guardia Nacional que irá de mayo a diciembre de este año, quedó trazada el pasado sábado 11 en las instalaciones de la Policía Federal en la colonia Belén de las Flores, en Tacubaya. Ahí estuvo el comandante de la Guardia Nacional, el general Luis Rodríguez Bucio, acompañado de los representantes de la secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y Policía Federal.

Lo más relevante que se dijo en esa junta fue que el curso tendrá una duración de siete semanas, en las dos sedes, y serán cuatro grupos distribuidos del 12 de mayo al 29 de junio; del 1 de julio al 17 de agosto; del 2 de septiembre al 19 de octubre; y del 4 de noviembre al 21 de diciembre. De ahí saldrá el “pie veterano” de la Guardia Nacional que rondará los 18 mil efectivos entre soldados, marinos y policías federales.

Sedena y Marina se encargarán de realizar las pruebas de control de confianza, mientras la PF realizará las evaluaciones médicas y físicas. En la reunión hubo dos mensajes sobre los que se hizo énfasis, el primero que la Guardia Nacional se enfocará más a las actividades de proximidad y vinculación social, y segundo que desaparecerán los viáticos y gradualmente los elementos de las fuerzas federales y Gendarmería se incorporaran a los batallones o instalaciones navales.

La tarde del martes 14 de mayo el general Rodríguez Bucio estuvo de visita en la base militar de San Miguel de los Jagüeyes, donde se reunió con el primer grupo que se encuentra en capacitación. Ahí les dijo que no se gastaran “los impuestos del pueblo en lujos” y operaran con lo necesario pues “es un orgullo servir a nuestra patria”.

Sin embargo la falta de planeación ya comenzó a generar los primeros roces y disgustos. Nadie del personal que se encuentra en capacitación sabe cuál será su salario, viven en la incertidumbre pues desconocen su futuro a corto plazo .

Dice uno de los oficiales que hay carencia de todo, falta agua caliente, la comida está muy racionada, no hay aulas y las clases las imparten al aire libre, algunos se sientan en una piedra otros en el piso. Faltan instructores y son varios los grupos que se pasan las horas a la espera y no llega quien les dará el curso.

Otro problema surge de las formas en cómo se conducen militares y civiles. Dicen los agentes que los militares y marinos “están acostumbrados a tratar a sus elementos como animales de corral”. Esto ya ocasionó roces, los de la Policía Federal dicen que ellos han sido formados en academias sin improvisaciones, con protocolos, y aquí todo se hace “al vapor”.

La mayoría de los instructores de la Policía Federal no tienen idea de lo que van a hablar. No llevan material de respaldo y fueron seleccionados al azar para hablar de los aspectos teóricos del quehacer policial. En el caso de la Gendarmería Nacional fueron 78 instructores de los cuales la gran mayoría, alrededor del 60 por ciento, son policías terceros, es decir pertenecen al escalafón más bajo y no tienen idea de los temas a desarrollar.

Así comenzaron esta semana los cursos de formación inicial homologados para los efectivos militares que formaran parte de la Guardia Nacional, quienes iniciaron su capacitación en las instalaciones del Campo Militar 37-C en San Miguel de los Jagüeyes y en la Base Militar número uno en Santa Lucia, ambos en el Estado de México.

La hoja de ruta para el inicio de la transición hacia la Guardia Nacional que irá de mayo a diciembre de este año, quedó trazada el pasado sábado 11 en las instalaciones de la Policía Federal en la colonia Belén de las Flores, en Tacubaya. Ahí estuvo el comandante de la Guardia Nacional, el general Luis Rodríguez Bucio, acompañado de los representantes de la secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y Policía Federal.

Lo más relevante que se dijo en esa junta fue que el curso tendrá una duración de siete semanas, en las dos sedes, y serán cuatro grupos distribuidos del 12 de mayo al 29 de junio; del 1 de julio al 17 de agosto; del 2 de septiembre al 19 de octubre; y del 4 de noviembre al 21 de diciembre. De ahí saldrá el “pie veterano” de la Guardia Nacional que rondará los 18 mil efectivos entre soldados, marinos y policías federales.

Sedena y Marina se encargarán de realizar las pruebas de control de confianza, mientras la PF realizará las evaluaciones médicas y físicas. En la reunión hubo dos mensajes sobre los que se hizo énfasis, el primero que la Guardia Nacional se enfocará más a las actividades de proximidad y vinculación social, y segundo que desaparecerán los viáticos y gradualmente los elementos de las fuerzas federales y Gendarmería se incorporaran a los batallones o instalaciones navales.

La tarde del martes 14 de mayo el general Rodríguez Bucio estuvo de visita en la base militar de San Miguel de los Jagüeyes, donde se reunió con el primer grupo que se encuentra en capacitación. Ahí les dijo que no se gastaran “los impuestos del pueblo en lujos” y operaran con lo necesario pues “es un orgullo servir a nuestra patria”.

Sin embargo la falta de planeación ya comenzó a generar los primeros roces y disgustos. Nadie del personal que se encuentra en capacitación sabe cuál será su salario, viven en la incertidumbre pues desconocen su futuro a corto plazo .

Dice uno de los oficiales que hay carencia de todo, falta agua caliente, la comida está muy racionada, no hay aulas y las clases las imparten al aire libre, algunos se sientan en una piedra otros en el piso. Faltan instructores y son varios los grupos que se pasan las horas a la espera y no llega quien les dará el curso.

Otro problema surge de las formas en cómo se conducen militares y civiles. Dicen los agentes que los militares y marinos “están acostumbrados a tratar a sus elementos como animales de corral”. Esto ya ocasionó roces, los de la Policía Federal dicen que ellos han sido formados en academias sin improvisaciones, con protocolos, y aquí todo se hace “al vapor”.