/ jueves 1 de agosto de 2019

Fuera de Agenda | Sin control, los aeropuertos y las carreteras

El botín está en la división de seguridad regional, esa área de la agónica Policía Federal que se encarga dela vigilancia de aeropuertos y carreteras, donde cientos de agentes “hacen su agosto” antes de solicitar su baja previo a que tome el control la recién creadaGuardia Nacional.

Para las agencias estadounidenses no pasa por alto el caos que priva en la Policía Federal ante la “lenta y torpe fusión” con la Guardia Nacional. Desde diciembre pasado, y con mayor énfasis en el último trimestre, la delincuencia tiene un día de campo en terminales aéreas y carreteras del país. La razón no solo es porque a los mandos mas capaces y menos corrompidos de la corporación los tienen “banqueados”, es decir sin hacer nada mas que cobrar su salario. También porque en el proceso de desmantelamiento de la columna vertebral operativa, como se conoce a la división de seguridad regional, no hay un cuerpo ni una estrategia que los supla.

Y este boquete es aprovechado de dos formas. La primera es clásica y retrata a los policías más corruptos. En su dejar pasar, voltear a otro lado, hacer como que hacen, “están tratando de llenarse los bolsillos antes de que desaparezca definitivamente la PolicíaFederal”, dice una fuente que conoce lo que pasa al interior de la corporación. Y esto sucede en aeropuertos como Cancún, Tijuana, Monterrey, Guadalajara yCiudad de México, que son clave para la delincuencia organizada. Y en esta falta de control estriba la segunda manera como las organizaciones criminales que operan en todo el país salen beneficiadas.

Lo corroboran transportistas y cámaras de transporte, como se publicó en El Sol de Toluca y en toda la red de periódicos de la OEM el martes 30 de julio. Existe un deterioro significativo en la seguridad de las carreteras de todo el país, donde ha habido un repunte en delitos como robo a camiones de carga, de transporte de pasajeros, extorsiones contra concesionarios de transporte público y asesinatos de pasajeros.

El foco rojo está encendido en Estado de México yPuebla, donde se han presentado dos mil 473 y mil 370denuncias, respectivamente, por robo a autotransporte en el primer semestre de este año. Prácticamente en todo el país los robos y asaltos a mano armada en las carreteras se han incrementado. Sobra decir que los agentes de división de seguridad regional poco o nada hacen, la mayoría por complicidad con el crimen, pero también una parte se queja por la incertidumbre laboral que atraviesan.

Por lo pronto las alertas en las agencias estadounidenses como la DEA, el ICE (Servicio de Inmigración yControl de Aduanas) y CBP (Oficina de Aduanas yProtección Fronteriza), se han activado ante lo que se vive en el país. Se dice que es el resultado de no contar con una estrategia de seguridad integral que contemplar a los planes para antes y después de la puesta en marcha de la Guardia Nacional.

La preocupación se observa en cómo las organizaciones criminales han multiplicado sus operaciones en distintas regiones, sobre todo en la frontera norte. Prácticamente mueven lo que sea por carreteras y aeropuertos y eso, ya tiene muy preocupados a los encargados de la seguridad interior en el vecino país.

El botín está en la división de seguridad regional, esa área de la agónica Policía Federal que se encarga dela vigilancia de aeropuertos y carreteras, donde cientos de agentes “hacen su agosto” antes de solicitar su baja previo a que tome el control la recién creadaGuardia Nacional.

Para las agencias estadounidenses no pasa por alto el caos que priva en la Policía Federal ante la “lenta y torpe fusión” con la Guardia Nacional. Desde diciembre pasado, y con mayor énfasis en el último trimestre, la delincuencia tiene un día de campo en terminales aéreas y carreteras del país. La razón no solo es porque a los mandos mas capaces y menos corrompidos de la corporación los tienen “banqueados”, es decir sin hacer nada mas que cobrar su salario. También porque en el proceso de desmantelamiento de la columna vertebral operativa, como se conoce a la división de seguridad regional, no hay un cuerpo ni una estrategia que los supla.

Y este boquete es aprovechado de dos formas. La primera es clásica y retrata a los policías más corruptos. En su dejar pasar, voltear a otro lado, hacer como que hacen, “están tratando de llenarse los bolsillos antes de que desaparezca definitivamente la PolicíaFederal”, dice una fuente que conoce lo que pasa al interior de la corporación. Y esto sucede en aeropuertos como Cancún, Tijuana, Monterrey, Guadalajara yCiudad de México, que son clave para la delincuencia organizada. Y en esta falta de control estriba la segunda manera como las organizaciones criminales que operan en todo el país salen beneficiadas.

Lo corroboran transportistas y cámaras de transporte, como se publicó en El Sol de Toluca y en toda la red de periódicos de la OEM el martes 30 de julio. Existe un deterioro significativo en la seguridad de las carreteras de todo el país, donde ha habido un repunte en delitos como robo a camiones de carga, de transporte de pasajeros, extorsiones contra concesionarios de transporte público y asesinatos de pasajeros.

El foco rojo está encendido en Estado de México yPuebla, donde se han presentado dos mil 473 y mil 370denuncias, respectivamente, por robo a autotransporte en el primer semestre de este año. Prácticamente en todo el país los robos y asaltos a mano armada en las carreteras se han incrementado. Sobra decir que los agentes de división de seguridad regional poco o nada hacen, la mayoría por complicidad con el crimen, pero también una parte se queja por la incertidumbre laboral que atraviesan.

Por lo pronto las alertas en las agencias estadounidenses como la DEA, el ICE (Servicio de Inmigración yControl de Aduanas) y CBP (Oficina de Aduanas yProtección Fronteriza), se han activado ante lo que se vive en el país. Se dice que es el resultado de no contar con una estrategia de seguridad integral que contemplar a los planes para antes y después de la puesta en marcha de la Guardia Nacional.

La preocupación se observa en cómo las organizaciones criminales han multiplicado sus operaciones en distintas regiones, sobre todo en la frontera norte. Prácticamente mueven lo que sea por carreteras y aeropuertos y eso, ya tiene muy preocupados a los encargados de la seguridad interior en el vecino país.