/ jueves 15 de noviembre de 2018

Fuera de agenda | Turbulencia en ascensos militares

Pocas veces el Senado de la República ha rechazado una propuesta presidencial para ratificar un ascenso militar. Esta semana ocurrió tras el análisis de los expedientes militares que la Comisión de Defensa Nacional de la cámara alta recibió de los seis generales de brigada propuestos por el presidente Enrique Peña Nieto para ascender este 20 de noviembre a general de división, máximo rango de la milicia mexicana.

Se trata del general de brigada José Luis Sánchez León, actual comandante de la sexta región militar en Veracruz, y relacionado con los hechos ocurridos en Tlatlaya, Estado de México el 30 de junio del 2014. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tropas del 102 batallón de infantería se enfrentaron con una banda de presuntos secuestradores donde 15 de los 22 muertos fueron “ejecutados” por los soldados dentro de una bodega de esta localidad.

Por esas fechas el general Sánchez León era el comandante de la 22 zona militar con sede en Santa María Rayón, Estado de México, de donde dependen las tropas que integran la unidad vinculada al caso.

La promoción a general de división de Sánchez León se veía venir desde agosto pasado, cuando el titular de la Defensa Nacional el general Salvador Cienfuegos Zepeda, lo nombró comandante de región, cargo reservado solo para divisionarios. Tras los hechos de Tlatlaya el general fue enviado a Guadalajara donde fue designado jefe de Estado Mayor de la quinta región militar. De ahí le llegó su cambio a El Lencero, Veracruz, sede de la comandancia de la sexta región.

El argumento del presidente de la Comisión de Defensa el senador Félix Salgado Macedonio, ex alcalde de Acapulco recordado porque en su gestión las bandas del narco se expandieran por el puerto, fue que necesitaban “mayor información de la trayectoria” del militar.

La última vez que un ascenso de un general al grado de divisionario provocó una andanada de críticas a la secretaría de la Defensa Nacional por parte de organismos defensores de derechos humanos, fue en 2014 cuando Alejandro Saavedra Hernández ascendió después de que como comandante militar en Chilpancingo, Guerrero, era el mando militar de las tropas que intervinieron en la noche de Iguala, cuando desaparecieron los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

Fuera de la polémica que ya originó la propuesta de ascenso al general Sánchez León, los otros registrados para ascender al grado de divisionarios están encabezados por el actual comandante de la cuarta región militar en Monterrey, el general Jens Pedro Lohmann Iturburu, ex seleccionado olímpico de Pentatlón en los juegos de Moscú 1980 nacido en Guerrero hace 61 años.

Con él recibirán su tercera estrella junto al escudo nacional Salvador Gutiérrez Plascencia, excomandante de la séptima zona militar en Nuevo León; Rogelio Armando Patiño Canchola, director del registro nacional de armas de fuego y control de explosivos; Adelfo Castillo López ex comandante dela 27 zona militar en Acapulco y actual jefe de la octava zona militar en Reynosa, Tamaulipas; Víctor Hugo Aguirre Serna, ex comandante de la 40 zona militar en Guerrero Negro, Baja California Sur, y actual rector de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.

Pocas veces el Senado de la República ha rechazado una propuesta presidencial para ratificar un ascenso militar. Esta semana ocurrió tras el análisis de los expedientes militares que la Comisión de Defensa Nacional de la cámara alta recibió de los seis generales de brigada propuestos por el presidente Enrique Peña Nieto para ascender este 20 de noviembre a general de división, máximo rango de la milicia mexicana.

Se trata del general de brigada José Luis Sánchez León, actual comandante de la sexta región militar en Veracruz, y relacionado con los hechos ocurridos en Tlatlaya, Estado de México el 30 de junio del 2014. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tropas del 102 batallón de infantería se enfrentaron con una banda de presuntos secuestradores donde 15 de los 22 muertos fueron “ejecutados” por los soldados dentro de una bodega de esta localidad.

Por esas fechas el general Sánchez León era el comandante de la 22 zona militar con sede en Santa María Rayón, Estado de México, de donde dependen las tropas que integran la unidad vinculada al caso.

La promoción a general de división de Sánchez León se veía venir desde agosto pasado, cuando el titular de la Defensa Nacional el general Salvador Cienfuegos Zepeda, lo nombró comandante de región, cargo reservado solo para divisionarios. Tras los hechos de Tlatlaya el general fue enviado a Guadalajara donde fue designado jefe de Estado Mayor de la quinta región militar. De ahí le llegó su cambio a El Lencero, Veracruz, sede de la comandancia de la sexta región.

El argumento del presidente de la Comisión de Defensa el senador Félix Salgado Macedonio, ex alcalde de Acapulco recordado porque en su gestión las bandas del narco se expandieran por el puerto, fue que necesitaban “mayor información de la trayectoria” del militar.

La última vez que un ascenso de un general al grado de divisionario provocó una andanada de críticas a la secretaría de la Defensa Nacional por parte de organismos defensores de derechos humanos, fue en 2014 cuando Alejandro Saavedra Hernández ascendió después de que como comandante militar en Chilpancingo, Guerrero, era el mando militar de las tropas que intervinieron en la noche de Iguala, cuando desaparecieron los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

Fuera de la polémica que ya originó la propuesta de ascenso al general Sánchez León, los otros registrados para ascender al grado de divisionarios están encabezados por el actual comandante de la cuarta región militar en Monterrey, el general Jens Pedro Lohmann Iturburu, ex seleccionado olímpico de Pentatlón en los juegos de Moscú 1980 nacido en Guerrero hace 61 años.

Con él recibirán su tercera estrella junto al escudo nacional Salvador Gutiérrez Plascencia, excomandante de la séptima zona militar en Nuevo León; Rogelio Armando Patiño Canchola, director del registro nacional de armas de fuego y control de explosivos; Adelfo Castillo López ex comandante dela 27 zona militar en Acapulco y actual jefe de la octava zona militar en Reynosa, Tamaulipas; Víctor Hugo Aguirre Serna, ex comandante de la 40 zona militar en Guerrero Negro, Baja California Sur, y actual rector de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.

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