/ jueves 28 de marzo de 2019

Fuera de Agenda | Un cambio poco visible

Desde diciembre pasado algo se mueve fuera de todo reflector al interior del ejército y fuerza aérea. Si no se tratara de un cambio en el día a día sobre algo que no ocurría por lo menos desde hace más de tres décadas, los militares no lo expresarían pues se trata de una medida que les beneficia en su vida familiar.

La nueva directiva sobre moral y disciplina implementada por órdenes del alto mando militar, ha sido bien recibida y ha redituado en una mejora notable en el estado de ánimo de la mayoría de las tropas que en los últimos dos sexenios poco o casi nada conocían de días de descanso más allá de los que por reglamento tienen derecho.

Este cambio desde que inició la gestión del general de división Luis Crescencio Sandoval González como secretario de la Defensa Nacional, se ha traducido en una mejora notable en la moral de los soldados. Se sabe que en cualquier ejército del mundo, mantener la moral de las tropas en alto es fundamental para llevar a buen puerto las misiones que se les encomiendan. Y después del desgaste físico, emocional y familiar que significó la llamada “guerra contra el narco”, la medida mostró qué tan importante es para el alto mando militar.

La directiva fechada el 20 de diciembre del 2018, dice en uno de sus párrafos: “A partir de la fecha la jornada laboral será de lunes a viernes, solo laboraran servicios nombrados sábados y domingos. Quien falte se dará vista al MP”. En otro punto se lee: “Al personal faltista se le descontará de su sueldo los días de ausencia, de presentarse al tercer día se le dará de baja automática sin derecho a presentarse a prisión”. Es decir en algunos casos se omitirán trámites judiciales por deserción, un fenómeno que en durante el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón fue una plaga que redituó en beneficio del crimen organizado.

Fuera de la directiva, llama la atención otros beneficios. Al personal de las fuerzas armadas por cada cinco años de servicio cumplidos, ahora se le sumara un día más de asueto junto al periodo vacacional. En el caso de los mandos militares, como los generales, por cada seis meses de servicios, podrán disfrutar 72 horas de asueto sumado a sus descansos.

Es una forma de reconocer todo lo que significó el despliegue continuo en labores operativas, el estar fuera de su casa por meses sin ver ni convivir con sus familias, y esto en alguna medida busca resarcirlo, dice un alto mando militar.

Mientras esto ocurre, hacia afuera en las últimas semanas el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido la responsabilidad del Estado en crímenes en los cuales estuvieron involucrados miembros de las fuerzas armadas. Sucedió la semana pasada con los dos jóvenes abatidos durante un operativo en la capital de Nuevo León y que eran estudiantes del Tec de Monterrey.

Algo que también ha llamado la atención en el medio militar, es la resolución final de juicios contra oficiales a los que durante los sexenios foxista y calderonista se les acusó de supuestos vínculos con el narco. Está en trámite ante el Supremo Tribunal Militar el reconocimiento de inocencia del general Ricardo Martínez Perea, quien fue comandante de un regimiento de caballería en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Su caso donde la única “prueba” era un anónimo, quedó calificado como improcedente con uno de sus coacusados, el capitán Pedro Maya Díaz, quien ganó un amparo por las mismas acusaciones, y tras 17 años fue restituido en su cargo.

@velediaz424

Desde diciembre pasado algo se mueve fuera de todo reflector al interior del ejército y fuerza aérea. Si no se tratara de un cambio en el día a día sobre algo que no ocurría por lo menos desde hace más de tres décadas, los militares no lo expresarían pues se trata de una medida que les beneficia en su vida familiar.

La nueva directiva sobre moral y disciplina implementada por órdenes del alto mando militar, ha sido bien recibida y ha redituado en una mejora notable en el estado de ánimo de la mayoría de las tropas que en los últimos dos sexenios poco o casi nada conocían de días de descanso más allá de los que por reglamento tienen derecho.

Este cambio desde que inició la gestión del general de división Luis Crescencio Sandoval González como secretario de la Defensa Nacional, se ha traducido en una mejora notable en la moral de los soldados. Se sabe que en cualquier ejército del mundo, mantener la moral de las tropas en alto es fundamental para llevar a buen puerto las misiones que se les encomiendan. Y después del desgaste físico, emocional y familiar que significó la llamada “guerra contra el narco”, la medida mostró qué tan importante es para el alto mando militar.

La directiva fechada el 20 de diciembre del 2018, dice en uno de sus párrafos: “A partir de la fecha la jornada laboral será de lunes a viernes, solo laboraran servicios nombrados sábados y domingos. Quien falte se dará vista al MP”. En otro punto se lee: “Al personal faltista se le descontará de su sueldo los días de ausencia, de presentarse al tercer día se le dará de baja automática sin derecho a presentarse a prisión”. Es decir en algunos casos se omitirán trámites judiciales por deserción, un fenómeno que en durante el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón fue una plaga que redituó en beneficio del crimen organizado.

Fuera de la directiva, llama la atención otros beneficios. Al personal de las fuerzas armadas por cada cinco años de servicio cumplidos, ahora se le sumara un día más de asueto junto al periodo vacacional. En el caso de los mandos militares, como los generales, por cada seis meses de servicios, podrán disfrutar 72 horas de asueto sumado a sus descansos.

Es una forma de reconocer todo lo que significó el despliegue continuo en labores operativas, el estar fuera de su casa por meses sin ver ni convivir con sus familias, y esto en alguna medida busca resarcirlo, dice un alto mando militar.

Mientras esto ocurre, hacia afuera en las últimas semanas el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido la responsabilidad del Estado en crímenes en los cuales estuvieron involucrados miembros de las fuerzas armadas. Sucedió la semana pasada con los dos jóvenes abatidos durante un operativo en la capital de Nuevo León y que eran estudiantes del Tec de Monterrey.

Algo que también ha llamado la atención en el medio militar, es la resolución final de juicios contra oficiales a los que durante los sexenios foxista y calderonista se les acusó de supuestos vínculos con el narco. Está en trámite ante el Supremo Tribunal Militar el reconocimiento de inocencia del general Ricardo Martínez Perea, quien fue comandante de un regimiento de caballería en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Su caso donde la única “prueba” era un anónimo, quedó calificado como improcedente con uno de sus coacusados, el capitán Pedro Maya Díaz, quien ganó un amparo por las mismas acusaciones, y tras 17 años fue restituido en su cargo.

@velediaz424