/ viernes 29 de septiembre de 2017

Fuerzas Armadas ante la difamación

Desde el primer minuto de las tragedias que han azotado a nuestro país en recientes semanas, las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina Armada de México, han estado en permanente contacto, apoyo, comunicación y coordinación, con la enorme diversidad de expresiones organizativas ciudadanas así como con personas en lo individual. Las insidias, difamaciones y evidentes mentiras, expresadas con la finalidad de vulnerar el espíritu de identidad entre pueblo y Fuerzas Armadas, no han podido calar en el ánimo colectivo ni tampoco ha afectado el indeclinable compromiso del personal castrense con la Nación.

Las relaciones civiles militares, de ninguna manera se limitan a las que se establecen de forma natural, entre instituciones, representantes políticos, medios de comunicación o con el ámbito académico. Las interacciones más numerosas y más representativas, son las generadas entre el personal Militar y naval, con la población abierta. Es decir, ya sea en un puesto de vigilancia, o como lo podemos constatar, los intercambios establecidos en las zonas más afectadas por los recientes terremotos e inundaciones. No hay duda, de que esos vínculos cotidianos, fuera de protagonismo, alejados de la búsqueda de visibilidad mediática, que de menta insensible numerosos actores políticos tienen en estas penosas circunstancias, representan la verdadera base de legitimidad de las Fuerzas Armadas.

Las condiciones bajo las cuales han estado apoyadas por la sociedad, la representa con toda nitidez, la fotografía del soldado Luis Moctezuma, que es sostenido por dos o tres civiles, ante la fuerte impresión que le causó rescatar los cadáveres de una niña y su mamá, en Jojutla, estado de Morelos. También, las simpatías que ha despertado una perra adiestrada para el rescate de personas atrapadas en edificios colapsados, ha atraído la atención hacia los elementos integrantes de la Armada. Resulta muy positivo, que en el complejo entramado institucional del Estado mexicano, las Fuerzas Armadas, cuenten en la capacidad y determinación necesarias para auxiliar y acompañar a la población en momentos tan difíciles.

Dado que nos encontramos en la antesala del proceso electoral más concurrido de la historia, en cuanto al número de cargos en disputa, poco más de tres mil 400, se hace indispensable, que cualquier persona que aspire a alguno de ellos, conozca y reconozca el papel fundamental que el Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México, vienen despeñando ante los antagonismos que el país enfrenta. Esta aseveración, desde luego, tiene que ver con la larga lista de aspirantes a alguna de las candidaturas a la Presidencia de la República. Sobre todo, por ni puede comenzarse de cero, no puede aducirse desconocimiento en la naturaleza de los peligros que enfrenta la Nación.

Tratar de crear una plataforma a través de la difamación contra las Fuerzas Armadas, las cuales como cualquier institución, enfrentan problemas, es sumarse al proceso para debilitar al Estado mexicano, y con ese objetivo, nadie puede suponer que gana. En lo absoluto. Lo menos que puede decirse al respecto, es que mueve a desconfianza, que en las circunstancias que vivimos en el país, se persista en tan mezquina actitud.

javierolivaposada@gmail.com

Desde el primer minuto de las tragedias que han azotado a nuestro país en recientes semanas, las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina Armada de México, han estado en permanente contacto, apoyo, comunicación y coordinación, con la enorme diversidad de expresiones organizativas ciudadanas así como con personas en lo individual. Las insidias, difamaciones y evidentes mentiras, expresadas con la finalidad de vulnerar el espíritu de identidad entre pueblo y Fuerzas Armadas, no han podido calar en el ánimo colectivo ni tampoco ha afectado el indeclinable compromiso del personal castrense con la Nación.

Las relaciones civiles militares, de ninguna manera se limitan a las que se establecen de forma natural, entre instituciones, representantes políticos, medios de comunicación o con el ámbito académico. Las interacciones más numerosas y más representativas, son las generadas entre el personal Militar y naval, con la población abierta. Es decir, ya sea en un puesto de vigilancia, o como lo podemos constatar, los intercambios establecidos en las zonas más afectadas por los recientes terremotos e inundaciones. No hay duda, de que esos vínculos cotidianos, fuera de protagonismo, alejados de la búsqueda de visibilidad mediática, que de menta insensible numerosos actores políticos tienen en estas penosas circunstancias, representan la verdadera base de legitimidad de las Fuerzas Armadas.

Las condiciones bajo las cuales han estado apoyadas por la sociedad, la representa con toda nitidez, la fotografía del soldado Luis Moctezuma, que es sostenido por dos o tres civiles, ante la fuerte impresión que le causó rescatar los cadáveres de una niña y su mamá, en Jojutla, estado de Morelos. También, las simpatías que ha despertado una perra adiestrada para el rescate de personas atrapadas en edificios colapsados, ha atraído la atención hacia los elementos integrantes de la Armada. Resulta muy positivo, que en el complejo entramado institucional del Estado mexicano, las Fuerzas Armadas, cuenten en la capacidad y determinación necesarias para auxiliar y acompañar a la población en momentos tan difíciles.

Dado que nos encontramos en la antesala del proceso electoral más concurrido de la historia, en cuanto al número de cargos en disputa, poco más de tres mil 400, se hace indispensable, que cualquier persona que aspire a alguno de ellos, conozca y reconozca el papel fundamental que el Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México, vienen despeñando ante los antagonismos que el país enfrenta. Esta aseveración, desde luego, tiene que ver con la larga lista de aspirantes a alguna de las candidaturas a la Presidencia de la República. Sobre todo, por ni puede comenzarse de cero, no puede aducirse desconocimiento en la naturaleza de los peligros que enfrenta la Nación.

Tratar de crear una plataforma a través de la difamación contra las Fuerzas Armadas, las cuales como cualquier institución, enfrentan problemas, es sumarse al proceso para debilitar al Estado mexicano, y con ese objetivo, nadie puede suponer que gana. En lo absoluto. Lo menos que puede decirse al respecto, es que mueve a desconfianza, que en las circunstancias que vivimos en el país, se persista en tan mezquina actitud.

javierolivaposada@gmail.com