/ martes 2 de febrero de 2021

Gasto federalizado: otro reto para estados y municipios

Este año, además del tema electoral, las entidades enfrentarán otra encrucijada importante: los ingresos federales. Si bien en 2020 los estados y municipios prácticamente recibieron la totalidad de lo presupuestado, esto fue gracias a los ingresos extraordinarios, producto de la bursatilización del FEIEF, una situación que en 2021 será sustancialmente menor. El gasto federalizado que se destinará a las entidades subnacionales este año tendrá variaciones negativas en términos reales, incluso en rubros que solían no disminuir como el Ramo 33, lo cual hará que el gasto en rubros muy importantes como inversión y transferencias se vea disminuido, justo cuando se necesita un gasto mayor y de más calidad.

Si comparamos el Presupuesto Federal (PEF) de 2020 con el de 2021, se pueden apreciar datos importantes y de alerta para los estados y municipios. El gasto federalizado de este año estima una reducción de 5.5 por ciento en términos reales, lo cual sería el equivalente a aproximadamente 107 mil millones de pesos (mdp). Dentro de este rubro podríamos enumerar participaciones, aportaciones federales, subsidios y convenios que recibe todo el sector.

Si comparamos por grandes rubros las reducciones más delicadas por el uso y el peso relativo dentro de los estados, el Ramo 28 -que podría presentar una caída de 6.5 por ciento-, es el rubro más importante de libre disposición, ya que jugará un papel de estrés muy importante en las decisiones de política pública. El Ramo 33 o Aportaciones Federales son recursos etiquetados y típicamente es muy raro que reciban reducciones;se estima que en 2021 disminuirán uno por ciento, es decir, casi ocho mil mdp, justo cuando el tema de la salud y sus gastos relacionados tienen una importancia relativa muy importante en la actualidad, aunque cabe aclarar que mucho de los recursos del sector salud van por transferencias y no sólo por este rubro. Por otra parte, el rubro de Convenios de Descentralización tendría una reducción de 23 por ciento (31 mil mdp) y esto en realidad tiene una connotación con el proceso de centralización que ha llevado esta administración federal, pues los rubros que más bajan provienen de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Secretaría de Seguridad, Educación y de la Secretaría de Salud.

Un rubro que ya había presentado sustanciales bajas fue el Ramo 23, que inyectaba algunos recursos de libre disposición, pero también a proyectos de infraestructura etiquetados, y que en este PEF se reduce a nueve mil mdp. Aquí el tema importante es que, si bien todos los estados recibieron bajas, todavía hay entidades que dependen de este tipo de recursos para cerrar brechas en su gasto en temas como la nómina educativa.

Y si a todo esto sumamos que para la generación del PEF el Gobierno federal parte de supuestos de crecimiento y de precios del petróleo demasiado optimistas, en mi opinión, en caso de no lograrse los objetivos, gran parte de las entidades en el país enfrentarán un escenario más complicado que en 2020. La relevancia de cualquier reducción en estos rubros radica en que, en promedio, los estados dependen en 90% de ellos y los municipios en 70%, por lo que un ajuste de más de 2% tiene que hacer forzosamente un ajuste importante en la estructura de gasto, donde las áreas más afectadas son Obra Pública, Transferencias diferentes al sector central y Subsidios.

Este año, además del tema electoral, las entidades enfrentarán otra encrucijada importante: los ingresos federales. Si bien en 2020 los estados y municipios prácticamente recibieron la totalidad de lo presupuestado, esto fue gracias a los ingresos extraordinarios, producto de la bursatilización del FEIEF, una situación que en 2021 será sustancialmente menor. El gasto federalizado que se destinará a las entidades subnacionales este año tendrá variaciones negativas en términos reales, incluso en rubros que solían no disminuir como el Ramo 33, lo cual hará que el gasto en rubros muy importantes como inversión y transferencias se vea disminuido, justo cuando se necesita un gasto mayor y de más calidad.

Si comparamos el Presupuesto Federal (PEF) de 2020 con el de 2021, se pueden apreciar datos importantes y de alerta para los estados y municipios. El gasto federalizado de este año estima una reducción de 5.5 por ciento en términos reales, lo cual sería el equivalente a aproximadamente 107 mil millones de pesos (mdp). Dentro de este rubro podríamos enumerar participaciones, aportaciones federales, subsidios y convenios que recibe todo el sector.

Si comparamos por grandes rubros las reducciones más delicadas por el uso y el peso relativo dentro de los estados, el Ramo 28 -que podría presentar una caída de 6.5 por ciento-, es el rubro más importante de libre disposición, ya que jugará un papel de estrés muy importante en las decisiones de política pública. El Ramo 33 o Aportaciones Federales son recursos etiquetados y típicamente es muy raro que reciban reducciones;se estima que en 2021 disminuirán uno por ciento, es decir, casi ocho mil mdp, justo cuando el tema de la salud y sus gastos relacionados tienen una importancia relativa muy importante en la actualidad, aunque cabe aclarar que mucho de los recursos del sector salud van por transferencias y no sólo por este rubro. Por otra parte, el rubro de Convenios de Descentralización tendría una reducción de 23 por ciento (31 mil mdp) y esto en realidad tiene una connotación con el proceso de centralización que ha llevado esta administración federal, pues los rubros que más bajan provienen de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Secretaría de Seguridad, Educación y de la Secretaría de Salud.

Un rubro que ya había presentado sustanciales bajas fue el Ramo 23, que inyectaba algunos recursos de libre disposición, pero también a proyectos de infraestructura etiquetados, y que en este PEF se reduce a nueve mil mdp. Aquí el tema importante es que, si bien todos los estados recibieron bajas, todavía hay entidades que dependen de este tipo de recursos para cerrar brechas en su gasto en temas como la nómina educativa.

Y si a todo esto sumamos que para la generación del PEF el Gobierno federal parte de supuestos de crecimiento y de precios del petróleo demasiado optimistas, en mi opinión, en caso de no lograrse los objetivos, gran parte de las entidades en el país enfrentarán un escenario más complicado que en 2020. La relevancia de cualquier reducción en estos rubros radica en que, en promedio, los estados dependen en 90% de ellos y los municipios en 70%, por lo que un ajuste de más de 2% tiene que hacer forzosamente un ajuste importante en la estructura de gasto, donde las áreas más afectadas son Obra Pública, Transferencias diferentes al sector central y Subsidios.