/ miércoles 24 de octubre de 2018

Gastronomía de México para el desayuno

La gastronomía mexicana es considerada por expertos de todo el orbe, como una de las tres más importantes del mundo, junto con la de China y la de Francia. Las diferentes condiciones climáticas y culturales que hay a lo largo y ancho de nuestro país, consolidan tanto la variedad, como la exquisitez de la comida mexicana, lo que lleva a que exista una gran cantidad de platillos, pero además que éstos puedan distribuirse para su consumo a lo largo de las diferentes comidas del día, por lo que una peculiaridad en nuestro país es la gran variedad de viandas que existen específicamente para el desayuno.

Comencemos por uno de los básicos con los que prácticamente todos los mexicanos rompemos el ayuno varias veces por año, se trata de los tamales. Este platillo que cuece al horno una masa de maíz y manteca, nos brinda un resumen de la gastronomía nacional, según la región mexicana en que se preparen. Por ejemplo, en el norte, suelen hacerse de diferentes preparaciones de carne de res, además de que se preparan muy delgados y se terminan de cocer en un comal o a la parrilla, después de haber salido del baño María, lo que les da un ligero sabor crujiente.

En Oaxaca se preparan principalmente de diferentes moles, además de que se envuelven en hoja de plátano y no de maíz, como en la mayor parte de los estados. En Chiapas, suelen ir añadidos de ciruela pasa, lo que les brinda un sabor agridulce muy peculiar. Ni qué decir de la Ciudad de México, donde se pueden encontrar de prácticamente cualquier sabor y en los puestos callejeros, en tempranas horas de la mañana, para agregarles poder energético suelen ir dentro de un bolillo o telera, a modo de torta, a la que se le llama Guajolota, muy requerida por quienes tienen empleos en los que la demanda de esfuerzo físico es alta. Por supuesto es necesario acompañarles de algo de beber que a su vez también nos dé energía, como atole o champurrado, los que pueden ser de mazapán, chocolate, fresa, vainilla, nuez, almendra o lo que la creatividad del tamalero nos brinde.

Es importante tener presente, que México es un país fiestero, en el que en no pocos casos se abusa de bebidas etílicas, por lo que para el desayuno suelen tener alta demanda alimentos a los que se les atribuye el poder de atenuar la resaca, lo que también es conocido como “curar la cruda”. ¿Qué mejor para ello que lo que en el Altiplano conocemos como Pancita o en el norte es denominado como Menudo?, una sopa de médula también es con frecuencia requerida y ni qué decir de unos chilaquiles preparados con mucha salsa, pollo, chorizo, crema y queso fresco desmenuzado.

Los chilaquiles son caso aparte, ni duda cabe. Al igual que los tamales, se les prepara de diferente forma, según la región del país donde éstos se cocinen. Por ejemplo, en Michoacán, es muy común verlos preparados con chile negro, propio del estado; en el Estado de México, particularmente en Toluca, es infaltable prepararlos con chorizo rojo o verde, típicos de la ciudad, además de verse añadidos con gran cantidad de crema, misma que se produce con gran calidad en las cuencas lecheras cercanas; en el norte del país, particularmente en estados como Durango, Sonora y Chihuahua, donde se cuenta con ganado vacuno de gran calidad, la carne de res es acompañante infaltable de los chilaquiles.

Ni qué decir de la Ciudad de México, donde la gastronomía cuenta con las grandes peculiaridades implicadas de que en ella confluyen personas y tradiciones gastronómicas de todo el país. En la capital de todos los mexicanos ha tomado gran fuerza la “torta de chilaquiles”, misma que llega a ser preparada con el tradicional platillo, acompañado de crema, queso, lomo canadiense, milanesa, chorizo y con frecuencia, un huevo estrellado, cada quien elige. Cierto, es una bomba de calorías y quita el hambre con frecuencia por varios días. Pero al igual que toda nuestra gastronomía lo vale y especialmente si es para el desayuno mexicano.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

La gastronomía mexicana es considerada por expertos de todo el orbe, como una de las tres más importantes del mundo, junto con la de China y la de Francia. Las diferentes condiciones climáticas y culturales que hay a lo largo y ancho de nuestro país, consolidan tanto la variedad, como la exquisitez de la comida mexicana, lo que lleva a que exista una gran cantidad de platillos, pero además que éstos puedan distribuirse para su consumo a lo largo de las diferentes comidas del día, por lo que una peculiaridad en nuestro país es la gran variedad de viandas que existen específicamente para el desayuno.

Comencemos por uno de los básicos con los que prácticamente todos los mexicanos rompemos el ayuno varias veces por año, se trata de los tamales. Este platillo que cuece al horno una masa de maíz y manteca, nos brinda un resumen de la gastronomía nacional, según la región mexicana en que se preparen. Por ejemplo, en el norte, suelen hacerse de diferentes preparaciones de carne de res, además de que se preparan muy delgados y se terminan de cocer en un comal o a la parrilla, después de haber salido del baño María, lo que les da un ligero sabor crujiente.

En Oaxaca se preparan principalmente de diferentes moles, además de que se envuelven en hoja de plátano y no de maíz, como en la mayor parte de los estados. En Chiapas, suelen ir añadidos de ciruela pasa, lo que les brinda un sabor agridulce muy peculiar. Ni qué decir de la Ciudad de México, donde se pueden encontrar de prácticamente cualquier sabor y en los puestos callejeros, en tempranas horas de la mañana, para agregarles poder energético suelen ir dentro de un bolillo o telera, a modo de torta, a la que se le llama Guajolota, muy requerida por quienes tienen empleos en los que la demanda de esfuerzo físico es alta. Por supuesto es necesario acompañarles de algo de beber que a su vez también nos dé energía, como atole o champurrado, los que pueden ser de mazapán, chocolate, fresa, vainilla, nuez, almendra o lo que la creatividad del tamalero nos brinde.

Es importante tener presente, que México es un país fiestero, en el que en no pocos casos se abusa de bebidas etílicas, por lo que para el desayuno suelen tener alta demanda alimentos a los que se les atribuye el poder de atenuar la resaca, lo que también es conocido como “curar la cruda”. ¿Qué mejor para ello que lo que en el Altiplano conocemos como Pancita o en el norte es denominado como Menudo?, una sopa de médula también es con frecuencia requerida y ni qué decir de unos chilaquiles preparados con mucha salsa, pollo, chorizo, crema y queso fresco desmenuzado.

Los chilaquiles son caso aparte, ni duda cabe. Al igual que los tamales, se les prepara de diferente forma, según la región del país donde éstos se cocinen. Por ejemplo, en Michoacán, es muy común verlos preparados con chile negro, propio del estado; en el Estado de México, particularmente en Toluca, es infaltable prepararlos con chorizo rojo o verde, típicos de la ciudad, además de verse añadidos con gran cantidad de crema, misma que se produce con gran calidad en las cuencas lecheras cercanas; en el norte del país, particularmente en estados como Durango, Sonora y Chihuahua, donde se cuenta con ganado vacuno de gran calidad, la carne de res es acompañante infaltable de los chilaquiles.

Ni qué decir de la Ciudad de México, donde la gastronomía cuenta con las grandes peculiaridades implicadas de que en ella confluyen personas y tradiciones gastronómicas de todo el país. En la capital de todos los mexicanos ha tomado gran fuerza la “torta de chilaquiles”, misma que llega a ser preparada con el tradicional platillo, acompañado de crema, queso, lomo canadiense, milanesa, chorizo y con frecuencia, un huevo estrellado, cada quien elige. Cierto, es una bomba de calorías y quita el hambre con frecuencia por varios días. Pero al igual que toda nuestra gastronomía lo vale y especialmente si es para el desayuno mexicano.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre