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El 17 de julio próximo, México recodará a uno de los hombres más importantes de la etapa revolucionaria con motivo de su 90 aniversario luctuoso.
Se trata de Álvaro Obregón, uno de los personajes más destacados del periodo de la Revolución Mexicana no sólo por haber sido el “general invicto”, sino también porque fue uno de los hombres que en el periodo de reconstrucción nacional puso en marcha los principios económicos y sociales contenidos en la Carta Magna de 1917.
Como Presidente de la República apoyó fervientemente el reparto agrario, aplicando la Ley del 6 de enero de 1915 que establecía la distribución de tierras entre los campesinos que hicieron la Revolución de 1910; se interesó en la creación de políticas a favor de la educación; además de lograr entablar una mejor relación con los Estados Unidos.
Su genio y astucia inigualables le permitieron asentar las políticas para alcanzar un proceso de pacificación en México.
Álvaro Obregón nació el 19 de febrero de 1880 en el Municipio de Navojoa, Sonora, y a lo largo de su juventud ejerció la labor docente como profesor de primaria y se dedicó al trabajo de sus tierras “Quinta Chilla”. Su vida como revolucionario estuvo ligada al desarrollo mismo de la Revolución, sus ascensos y posturas políticas seguían a los movimientos reivindicadores: se levantó contra los orozquistas y, tras la muerte de Madero, contra los huertistas.
Fue partidario de Plutarco Elías Calles, miembro del grupo de Sonora y desde un principio decidió unirse al movimiento constitucionalista de Venustiano Carranza, por lo que se mostró como un fiel partidario de Carranza en contra de Francisco Villa.
Álvaro Obregón fue el único estratega mexicano que pudo vencer a Villa en combate, y gracias a sus éxitos en batalla, Venustiano Carranza pudo avanzar para establecer el orden constitucional de 1917.
Obregón se retiró al campo algunos años; empero su participación en la vida política de México apenas comenzaba. En 1920, un movimiento enemigo al presidente Venustiano Carranza promovió una sublevación, por lo que decidió lanzar el Plan de Agua Prieta. A la muerte de Venustiano Carranza, Álvaro Oregón es nombrado Presidente de la República para el periodo de 1920-1924. Al término de su mandato presidencial le sucedió el general Plutarco Elías Calles (1924-1928), en cuya administración fue reformada la Constitución para permitir la reelección presidencial.
Tras resultar electo Presidente de la República, Álvaro Obregón fue privado de la vida en el Parque de la Bombilla, en San Ángel, Ciudad de México, el 17 de julio de 1928 a manos de José de León Toral.
Si los primeros revolucionarios sentaron las bases de las demandas del pueblo, fue Álvaro Obregón quien las logró hacer realidad, razón por la que le debemos reconocimiento como el líder reivindicador que logró concentrar las distintas corrientes revolucionarias para evitar una mayor prolongación de la guerra.
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