/ domingo 23 de mayo de 2021

¿Gobernar sin responsabilidad?

Ante negligencias tan abominables como la tragedia de la Línea 12 del Metro, que costó la vida a 26 personas y lesionó gravemente a 80 más, dejando a muchas de ellas sin una extremidad o sin poder caminar, o el hallazgo de dos menores de edad desmembrados en el Centro Histórico, lo primero que escuchamos por parte de las autoridades de la Ciudad de México fueron sus condolencias y acompañamiento a las víctimas, como si en lugar de tratarse de gobernantes fueran simples civiles que no tienen a su mando la acción de gobierno.

Ante la pregunta obligada y pertinente de periodistas a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sobre si separaría del cargo a la directora del Metro tras lo sucedido el 3 de mayo, la gobernante contestó que no, porque Florencia Serranía no era la responsable. Se trata, evidentemente, de una grave confusión la que tiene la jefa de gobierno.

Y es que cree que responsabilidad es sinónimo de culpabilidad.

La labor de gobierno es definida como una función política cuyas acciones, decisiones y declaraciones están sujetas a los fundamentos del orden constitucional, gozando de la libertad de la acción política.

De ahí que la responsabilidad política no implica la inculpación por la comisión de acciones contrarias a Derecho, sino una obligada y puntual ponderación sobre si las atribuciones que se conceden a un político gobernante han sido o no utilizadas con acierto, oportunidad y mesura.

En la acción de gobierno se enfrenta obligadamente la responsabilidad política y no necesariamente una responsabilidad jurídica. Después de todo, el fin primordial es el bien común en un orden político.

Si la directora del Metro de la Ciudad de México no es responsable políticamente hablando de lo que sucede en instalaciones, mantenimiento, relaciones laborales y seguridad, ¿entonces a quién deben de acudir las y los afectados? ¿A las personas de taquilla? ¿Al personal de limpieza? ¿A los herederos del Señor General Rodolfo Sánchez Taboada?Evidentemente que la directora del Metro sí es la responsable política de lo que suceda en el área que la jefa de gobierno le está encomendando, a reserva de que se realicen las investigaciones debidas para hallar a los culpables, es decir, a quienes desviaron recursos de mantenimiento, callaron ante reportes de anomalías en la infraestructura o simplemente no hicieron su trabajo.

Lamentablemente pareciera que los salarios que la sociedad destina a sus gobernantes son solo para que se tomen las fotos y hagan declaraciones bonitas, pero no para que se hagan responsables de realizar su trabajo, de cuidar el bien común y de responder con todas sus energías y su capacidad a los retos que enfrenta un conglomerado como la Ciudad de México.

En tanto se halle a los culpables, el gobierno de la Ciudad de México sí es responsable de la tragedia del Metro capitalino y debe responder como tal a los graves daños causados a las víctimas. No se trata de un regalo, de un apoyo o de algo voluntario, sino de una indemnización legal que busque reparar el daño causado y atender el daño moral.


@jlcamachov

Ante negligencias tan abominables como la tragedia de la Línea 12 del Metro, que costó la vida a 26 personas y lesionó gravemente a 80 más, dejando a muchas de ellas sin una extremidad o sin poder caminar, o el hallazgo de dos menores de edad desmembrados en el Centro Histórico, lo primero que escuchamos por parte de las autoridades de la Ciudad de México fueron sus condolencias y acompañamiento a las víctimas, como si en lugar de tratarse de gobernantes fueran simples civiles que no tienen a su mando la acción de gobierno.

Ante la pregunta obligada y pertinente de periodistas a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sobre si separaría del cargo a la directora del Metro tras lo sucedido el 3 de mayo, la gobernante contestó que no, porque Florencia Serranía no era la responsable. Se trata, evidentemente, de una grave confusión la que tiene la jefa de gobierno.

Y es que cree que responsabilidad es sinónimo de culpabilidad.

La labor de gobierno es definida como una función política cuyas acciones, decisiones y declaraciones están sujetas a los fundamentos del orden constitucional, gozando de la libertad de la acción política.

De ahí que la responsabilidad política no implica la inculpación por la comisión de acciones contrarias a Derecho, sino una obligada y puntual ponderación sobre si las atribuciones que se conceden a un político gobernante han sido o no utilizadas con acierto, oportunidad y mesura.

En la acción de gobierno se enfrenta obligadamente la responsabilidad política y no necesariamente una responsabilidad jurídica. Después de todo, el fin primordial es el bien común en un orden político.

Si la directora del Metro de la Ciudad de México no es responsable políticamente hablando de lo que sucede en instalaciones, mantenimiento, relaciones laborales y seguridad, ¿entonces a quién deben de acudir las y los afectados? ¿A las personas de taquilla? ¿Al personal de limpieza? ¿A los herederos del Señor General Rodolfo Sánchez Taboada?Evidentemente que la directora del Metro sí es la responsable política de lo que suceda en el área que la jefa de gobierno le está encomendando, a reserva de que se realicen las investigaciones debidas para hallar a los culpables, es decir, a quienes desviaron recursos de mantenimiento, callaron ante reportes de anomalías en la infraestructura o simplemente no hicieron su trabajo.

Lamentablemente pareciera que los salarios que la sociedad destina a sus gobernantes son solo para que se tomen las fotos y hagan declaraciones bonitas, pero no para que se hagan responsables de realizar su trabajo, de cuidar el bien común y de responder con todas sus energías y su capacidad a los retos que enfrenta un conglomerado como la Ciudad de México.

En tanto se halle a los culpables, el gobierno de la Ciudad de México sí es responsable de la tragedia del Metro capitalino y debe responder como tal a los graves daños causados a las víctimas. No se trata de un regalo, de un apoyo o de algo voluntario, sino de una indemnización legal que busque reparar el daño causado y atender el daño moral.


@jlcamachov

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