/ viernes 12 de enero de 2018

Goebbels y Amlo Segunda parte

En mi colaboración anterior demostré cómo la estrategia propagandística de AMLO sigue al pie de la letra los principios diseñados por el siniestro Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de Hitler. 

Continúo con este tema mientras en los medios hay notas que informan acerca de que Putin, Turmp y Maduro están apoyando a López, cada uno con sus muy particulares y nada puros intereses. Aún es pronto para saber si estas noticias tienen fundamento o son simplemente “fake news” —el término que puso de moda el Capitán Cheetos—, pero de lo que sí podemos estar seguros es de que habrá manos mezquinas ávidas de intervenir para acarrear agua a sus respectivos molinos, contribuyendo a crear confusión y caos en el ya de suyo complejo proceso electoral y en un escenario por demás sombrío para México.

Pero volvamos a la propaganda nazi que ha adaptado el señor López para su “precampaña” (que ha durado más de doce años) y que dicen por ahí las malas lenguas, promueve y ejecuta su incondicional adherente Epigmenio Ibarra. En mi artículo pasado me quedé en el principio número seis, el de la orquestación. Vamos con los que siguen:

“Séptimo principio de renovación: Es preciso emitir constamente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que para cuando el adversario reaccione, el púbico ya esté interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario no deben ser capaces de contrarrestar el creciente nivel de acusaciones”. ¿Cómo aplica el señor López este principio? Prácticamente en cada una de sus apariciones hace acusaciones sin exhibir pruebas, sin permitir el derecho de réplica o negándose a debatir con aquéllos que se lo demandan como ha ocurrido, por ejemplo, con el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes quien quiere demostrarle con pruebas que Javier Duarte le daba dinero.

“Octavo principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de informaciones fragmentarias”.  En el caso de López, sus acusacionesbn y afirmaciones siempre emanan de fuentes anónimas: “me han dicho”, “me he enterado”, “sé de buena fuente que…”, en otras palabras, se dice el pecado, pero no se revela al pecador.

“Noveno principio de la silenciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines”. Aquí es donde AMLO recurre a sus seguidores en las redes sociales para atacar ferozmente y con insultos a todo aquél que se oponga a su mesías, con el argumento de que se trata de vots, de gente pagada por “la mafia del poder” y, al mismo tiempo recurrir a personajes como Carmen Aristegui, John Ackerman o San Juana Martínez para defensetrar a sus contrin¿cantes.

“Décimo principio de la transfusión: por regla la general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas”. ¿Qué podría ser más primitivo que asegurar que cuando AMLO sea presidente instaurará el juarismo y el cardenismo en pleno siglo XXI, al tiempo que se instiga el odio a la m”mafia del poder” y a todos los que no piensen como él?

“Undécimo principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad”. Aquí López difunde el falso discurso de que “todo el pueblo de México está con AMLO”, cuando en realidad, el único universo de seguidores se ircunscribe a la Ciudad de México y pequeñas comunidades donde prospera la ideología de izquierda, tales como en Guerrero, Oaxaca y el Estado de México.

¿Qué nos dice lo anterior?  que estamos ante un candidato autoritario, mesiánico, profundamente antidemocrático, que siempre ha ambicionado el poder, que no tiene propuestas serias, sino ocurrencias descabelladas como lo de la amnistía a los narcotraficantes. Todo, todo apunta a que López es y será siempre un peligro para México.

Quiero informarles a mis queridos lectores que me tomaré un receso —que espero sea breve— para atender asuntos profesionales, pero estaré de regreso. Gracias por leerme y escribirme tantos años; no digo adiós, solamente hasta pronto.

 

andreacatano@gmail.com

 

 

 

En mi colaboración anterior demostré cómo la estrategia propagandística de AMLO sigue al pie de la letra los principios diseñados por el siniestro Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de Hitler. 

Continúo con este tema mientras en los medios hay notas que informan acerca de que Putin, Turmp y Maduro están apoyando a López, cada uno con sus muy particulares y nada puros intereses. Aún es pronto para saber si estas noticias tienen fundamento o son simplemente “fake news” —el término que puso de moda el Capitán Cheetos—, pero de lo que sí podemos estar seguros es de que habrá manos mezquinas ávidas de intervenir para acarrear agua a sus respectivos molinos, contribuyendo a crear confusión y caos en el ya de suyo complejo proceso electoral y en un escenario por demás sombrío para México.

Pero volvamos a la propaganda nazi que ha adaptado el señor López para su “precampaña” (que ha durado más de doce años) y que dicen por ahí las malas lenguas, promueve y ejecuta su incondicional adherente Epigmenio Ibarra. En mi artículo pasado me quedé en el principio número seis, el de la orquestación. Vamos con los que siguen:

“Séptimo principio de renovación: Es preciso emitir constamente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que para cuando el adversario reaccione, el púbico ya esté interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario no deben ser capaces de contrarrestar el creciente nivel de acusaciones”. ¿Cómo aplica el señor López este principio? Prácticamente en cada una de sus apariciones hace acusaciones sin exhibir pruebas, sin permitir el derecho de réplica o negándose a debatir con aquéllos que se lo demandan como ha ocurrido, por ejemplo, con el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes quien quiere demostrarle con pruebas que Javier Duarte le daba dinero.

“Octavo principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de informaciones fragmentarias”.  En el caso de López, sus acusacionesbn y afirmaciones siempre emanan de fuentes anónimas: “me han dicho”, “me he enterado”, “sé de buena fuente que…”, en otras palabras, se dice el pecado, pero no se revela al pecador.

“Noveno principio de la silenciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines”. Aquí es donde AMLO recurre a sus seguidores en las redes sociales para atacar ferozmente y con insultos a todo aquél que se oponga a su mesías, con el argumento de que se trata de vots, de gente pagada por “la mafia del poder” y, al mismo tiempo recurrir a personajes como Carmen Aristegui, John Ackerman o San Juana Martínez para defensetrar a sus contrin¿cantes.

“Décimo principio de la transfusión: por regla la general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas”. ¿Qué podría ser más primitivo que asegurar que cuando AMLO sea presidente instaurará el juarismo y el cardenismo en pleno siglo XXI, al tiempo que se instiga el odio a la m”mafia del poder” y a todos los que no piensen como él?

“Undécimo principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad”. Aquí López difunde el falso discurso de que “todo el pueblo de México está con AMLO”, cuando en realidad, el único universo de seguidores se ircunscribe a la Ciudad de México y pequeñas comunidades donde prospera la ideología de izquierda, tales como en Guerrero, Oaxaca y el Estado de México.

¿Qué nos dice lo anterior?  que estamos ante un candidato autoritario, mesiánico, profundamente antidemocrático, que siempre ha ambicionado el poder, que no tiene propuestas serias, sino ocurrencias descabelladas como lo de la amnistía a los narcotraficantes. Todo, todo apunta a que López es y será siempre un peligro para México.

Quiero informarles a mis queridos lectores que me tomaré un receso —que espero sea breve— para atender asuntos profesionales, pero estaré de regreso. Gracias por leerme y escribirme tantos años; no digo adiós, solamente hasta pronto.

 

andreacatano@gmail.com

 

 

 

ÚLTIMASCOLUMNAS
sábado 06 de enero de 2018

Goebbels y AMLO (I)

Andrea Cataño

viernes 29 de diciembre de 2017

2018, sombras nada más

Andrea Cataño

viernes 22 de diciembre de 2017

Remembranzas navideñas

Andrea Cataño

viernes 08 de diciembre de 2017

Incendiar Medio Oriente

Andrea Cataño

sábado 02 de diciembre de 2017

Terciopelo y acero

Andrea Cataño

sábado 25 de noviembre de 2017

Destapando al tapado

Andrea Cataño

viernes 10 de noviembre de 2017

¿Y México, apá?

Andrea Cataño

viernes 03 de noviembre de 2017

El nuevo terrorismo

Andrea Cataño

jueves 26 de octubre de 2017

Ecos de un homenaje

Andrea Cataño

Cargar Más