/ domingo 12 de mayo de 2019

Gracias MAMÁ

SU NOMBRE ES… MI MADRE!!!

ENRIQUETA GUILLÉN.


Y no es por presumir, pero estoy segura de que es, ha sido y será la mejor madre del mundo, y no me canso de agradecer su presencia, su entrega, su paciencia, su ternura y el amor incondicional que a sus hijos y ahora también a sus nietos, ha brindado… Gracias MAMÁ!!!

Estoy segura de que estas palabras tan particulares, tan íntimas y familiares que hoy dirijo personalmente a esta Gran Mujer, serán compartidas y, como en pocas ocasiones en este espacio de opinión coincidentes, con la gran mayoría de quienes deseen leer hoy esta entrega: difícilmente las figuras de nuestros padres implican emociones y sentimientos contrarios al reconocimiento, gratitud y amor. Cierto?

En el día que hoy nos ocupa, 10 de Mayo - en México Día de las Madres-, sabemos que se trata de uno de los principales eventos anuales que, independientemente de la comercialización y mercadotecnia que implica, el objeto principal es brindar un breve homenaje de reconocimiento en afán de consentir y apapachar a nuestras amadas progenitoras cosa que, independientemente a que habríamos de hacer todos los días, omitimos por responsabilidades diversas, cargas laborales, o sencillamente falta de oportunidad derivado de la distancia, tiempo, en fin… pero el amor es recíproco e incondicional sin duda.

Y ya entrados en el tema, hemos de reconocer que en algún momento de nuestra existencia, todo aquello que nos fastidiaba, nos molestaba, nos hizo prometer que seríamos diferentes, se convierte en un patrón personal: efectivamente llega un día en que nuestros retoños escuchan regaños con las mismas palabras que ella usó –bueno, usa-; en que adoptamos sus modismos al hablar; en que acudimos a los mismos menús de comida con sus recetas al pie de la letra; en que añoramos su música y nos damos cuenta de que aprendimos las letras de las canciones; en que practicamos sus hábitos y costumbres, esas que tanto nos molestaban, así… como ella!!!

Entonces, al pasar de los años, y después de muchas pisadas firmes y otras en falso, entendemos que esos zapatos que alguna vez fueron grandes, al crecer adoptamos en juego o de moda y muchos tal vez superamos en talla, ahora son gigantes; que el ejemplo y la enorme huella que han dejado en su andar será casi imposible de alcanzar.

Así, lo comprendemos casi todo –porque por su experiencia siempre llevará ventaja-; así nos damos cuenta del por qué en lo que alguna vez criticamos, refutamos y hasta odiamos: límites, retos, ejemplos, regaños, preocupaciones, enojos, miedos...

Ahora entonces y pese a nuestro vagabundo andar, no queda más que agradecer su estar ahí, su compañía y su acompañamiento, sus excesivos cuidados, su vigía y sus vigilias, sus desvelos, sacrificios, su invaluable tiempo ganado y también perdido en nosotros, su entrega y su vida!!!

Ha llegado el momento de tomar el espejo y mirarnos: tan parecidos y tan diferentes; sin embargo, solo ella nos conoce desde su interior, cuando nos guardó en su vientre; solo cada uno de nosotros la conoce por dentro y es ahí en donde conocimos su corazón y nos prendimos a su alma que a diferencia del corazón, no se detendrá nunca porque es eterna…

Hoy, solo pido a Dios dejar reflejado en mis hijos el ejemplo, el compromiso y la honradez que mi padre y tú inculcaron, y conseguir en ellos la unión y el amor familiar que hoy nos acoge, ¿qué mejor herencia?

Abusando de este espacio y de su atención, sea este un pequeño reconocimiento a nuestras Madres… Seguramente muchos la recordarán y añoran su presencia; quienes tenemos la fortuna de gozar su presencia, disfrutemos de ella en su total plenitud. Nos han cedido y tenemos en nuestras manos la estafeta de su vida, aquella que nos entregó al nacer.


¡GRACIAS MAMÁ!!!

gamogui@hotmail.com



SU NOMBRE ES… MI MADRE!!!

ENRIQUETA GUILLÉN.


Y no es por presumir, pero estoy segura de que es, ha sido y será la mejor madre del mundo, y no me canso de agradecer su presencia, su entrega, su paciencia, su ternura y el amor incondicional que a sus hijos y ahora también a sus nietos, ha brindado… Gracias MAMÁ!!!

Estoy segura de que estas palabras tan particulares, tan íntimas y familiares que hoy dirijo personalmente a esta Gran Mujer, serán compartidas y, como en pocas ocasiones en este espacio de opinión coincidentes, con la gran mayoría de quienes deseen leer hoy esta entrega: difícilmente las figuras de nuestros padres implican emociones y sentimientos contrarios al reconocimiento, gratitud y amor. Cierto?

En el día que hoy nos ocupa, 10 de Mayo - en México Día de las Madres-, sabemos que se trata de uno de los principales eventos anuales que, independientemente de la comercialización y mercadotecnia que implica, el objeto principal es brindar un breve homenaje de reconocimiento en afán de consentir y apapachar a nuestras amadas progenitoras cosa que, independientemente a que habríamos de hacer todos los días, omitimos por responsabilidades diversas, cargas laborales, o sencillamente falta de oportunidad derivado de la distancia, tiempo, en fin… pero el amor es recíproco e incondicional sin duda.

Y ya entrados en el tema, hemos de reconocer que en algún momento de nuestra existencia, todo aquello que nos fastidiaba, nos molestaba, nos hizo prometer que seríamos diferentes, se convierte en un patrón personal: efectivamente llega un día en que nuestros retoños escuchan regaños con las mismas palabras que ella usó –bueno, usa-; en que adoptamos sus modismos al hablar; en que acudimos a los mismos menús de comida con sus recetas al pie de la letra; en que añoramos su música y nos damos cuenta de que aprendimos las letras de las canciones; en que practicamos sus hábitos y costumbres, esas que tanto nos molestaban, así… como ella!!!

Entonces, al pasar de los años, y después de muchas pisadas firmes y otras en falso, entendemos que esos zapatos que alguna vez fueron grandes, al crecer adoptamos en juego o de moda y muchos tal vez superamos en talla, ahora son gigantes; que el ejemplo y la enorme huella que han dejado en su andar será casi imposible de alcanzar.

Así, lo comprendemos casi todo –porque por su experiencia siempre llevará ventaja-; así nos damos cuenta del por qué en lo que alguna vez criticamos, refutamos y hasta odiamos: límites, retos, ejemplos, regaños, preocupaciones, enojos, miedos...

Ahora entonces y pese a nuestro vagabundo andar, no queda más que agradecer su estar ahí, su compañía y su acompañamiento, sus excesivos cuidados, su vigía y sus vigilias, sus desvelos, sacrificios, su invaluable tiempo ganado y también perdido en nosotros, su entrega y su vida!!!

Ha llegado el momento de tomar el espejo y mirarnos: tan parecidos y tan diferentes; sin embargo, solo ella nos conoce desde su interior, cuando nos guardó en su vientre; solo cada uno de nosotros la conoce por dentro y es ahí en donde conocimos su corazón y nos prendimos a su alma que a diferencia del corazón, no se detendrá nunca porque es eterna…

Hoy, solo pido a Dios dejar reflejado en mis hijos el ejemplo, el compromiso y la honradez que mi padre y tú inculcaron, y conseguir en ellos la unión y el amor familiar que hoy nos acoge, ¿qué mejor herencia?

Abusando de este espacio y de su atención, sea este un pequeño reconocimiento a nuestras Madres… Seguramente muchos la recordarán y añoran su presencia; quienes tenemos la fortuna de gozar su presencia, disfrutemos de ella en su total plenitud. Nos han cedido y tenemos en nuestras manos la estafeta de su vida, aquella que nos entregó al nacer.


¡GRACIAS MAMÁ!!!

gamogui@hotmail.com