/ viernes 31 de diciembre de 2021

Grandes esperanzas

Concluimos un año que difícilmente olvidaremos, el cual inició con la expectativa de concluir la pandemia, y tan solo en las últimas semanas el mundo se encuentra lejos de eso. Con récords de contagios en todo el mundo, en particular en Europa y en Estados Unidos se registró hace unos días la cifra histórica de más de medio millón de contagios en un solo día, superando a los 250 mil que se contabilizaron en una de las olas más mortales en enero de este año.

El 2022 más allá del optimismo tradicional de fin de año y año nuevo nos plantea grandes esperanzas, pero también importantes desafíos. El primero de ellos es disminuir realmente el número de contagios y no solo el de decesos. El segundo reto es cómo normalizar el funcionamiento de la sociedad en todos los aspectos, en particular el económico y educativo. En este entorno de proverbial complejidad se tiene que sumar el contexto internacional con un replanteamiento indispensable, tanto de China, Rusia, Estados Unidos y una Europa que aspira y suspira por mantenerse activa en el contexto mundial.

Además de lo anterior, se tiene que considerar también el agotamiento institucional y personal de los ejes del Estado: maestros, cuerpos de seguridad y médicos de todo el mundo. A pesar de todo esto, existen elementos que nos dan esperanza. El primero es la historia en sí misma, que nos ha enseñado que después de una gran tragedia como lo ha sido la pandemia, se han dado periodos de crecimiento humano y científico; por ejemplo después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entró en uno de los momentos de mayor crecimiento en la historia de la humanidad; o después de la peste, que se lograron grandes avances científicos y políticos que dieron paso al Renacimiento y a la formación del Estado moderno.

En México tendremos una oportunidad extra por la posibilidad que se abre con un cambio de régimen, que permitirá que las élites depredadoras no sean las ganadoras después de la tragedia, como se ha documentado a lo largo de la historia. El 2022 será un año de grandes expectativas y esperanzas, pero esto solo será posible si también se acompaña de patriotismo, compromiso y claridad. XXXTwitter: @:LuisH_Fernandez

Concluimos un año que difícilmente olvidaremos, el cual inició con la expectativa de concluir la pandemia, y tan solo en las últimas semanas el mundo se encuentra lejos de eso. Con récords de contagios en todo el mundo, en particular en Europa y en Estados Unidos se registró hace unos días la cifra histórica de más de medio millón de contagios en un solo día, superando a los 250 mil que se contabilizaron en una de las olas más mortales en enero de este año.

El 2022 más allá del optimismo tradicional de fin de año y año nuevo nos plantea grandes esperanzas, pero también importantes desafíos. El primero de ellos es disminuir realmente el número de contagios y no solo el de decesos. El segundo reto es cómo normalizar el funcionamiento de la sociedad en todos los aspectos, en particular el económico y educativo. En este entorno de proverbial complejidad se tiene que sumar el contexto internacional con un replanteamiento indispensable, tanto de China, Rusia, Estados Unidos y una Europa que aspira y suspira por mantenerse activa en el contexto mundial.

Además de lo anterior, se tiene que considerar también el agotamiento institucional y personal de los ejes del Estado: maestros, cuerpos de seguridad y médicos de todo el mundo. A pesar de todo esto, existen elementos que nos dan esperanza. El primero es la historia en sí misma, que nos ha enseñado que después de una gran tragedia como lo ha sido la pandemia, se han dado periodos de crecimiento humano y científico; por ejemplo después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo entró en uno de los momentos de mayor crecimiento en la historia de la humanidad; o después de la peste, que se lograron grandes avances científicos y políticos que dieron paso al Renacimiento y a la formación del Estado moderno.

En México tendremos una oportunidad extra por la posibilidad que se abre con un cambio de régimen, que permitirá que las élites depredadoras no sean las ganadoras después de la tragedia, como se ha documentado a lo largo de la historia. El 2022 será un año de grandes expectativas y esperanzas, pero esto solo será posible si también se acompaña de patriotismo, compromiso y claridad. XXXTwitter: @:LuisH_Fernandez