/ domingo 24 de febrero de 2019

Guardia Nacional: ¿qué significa el mando civil?

Debemos partir para el análisis y respuesta de esta pregunta, a partir de dos variables objetivas. La experiencia o la historia y de las condiciones estructurales e institucionales. En la primera, no existe un precedente de éxito, como ya lo he apuntado en anteriores entregas, en donde la transferencia de personal militar a áreas de Seguridad Pública de manera permanente haya tenido buen fin. Pero más importante aún, es que en la enorme mayoría de los casos, las corporaciones policiales, sean municipales, estatales o federales han sido encabezadas y dirigidas por civiles.

Por la otra, la construcción de la Guardia Nacional, implica un sustancial esfuerzo institucional de las Fuerzas Armadas, para readiestrar a personal que por vocación escogió servir al país desde la milicia. Esa readaptación además de las aportaciones de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina Armada de México, va a demandar de los posibles integrantes, una enorme disposición para asumir un nuevo rol como soldado de la Guardia Nacional. Ante semejante desafío, sólo un mando superior militar, será capaz de dirigir una nueva Fuerza Armada que es el proyecto inicial y original del Presidente de la República.

Loa anterior puede ser posible de acuerdo a texto de Artículo 2 transitorio de la Ley que crea a la Guardia Nacional. Al respecto, debe saludarse y reconocerse el proceso político y legislativo para alcanzar una insólita votación unánime, 127 a favor 0 en contra y 0 abstenciones. Pero en lo que hace a la determinación de qué perfil dirigirá a la nueva fuerza policial, el Presidente de la República, tiene la facultad para designar al más alto responsable y este puede ser, por su puesto, un militar. Pues aquí cabe cuestionarse si existe en el servicio público de nuestro país, el funcionario que conozca y tenga la experiencia para dirigir y encabezar a un numeroso grupo de militares en labores de Seguridad Pública.

Es cierto que el papel resiste todo, pero la urgencia para aplicar medidas que contengan la ola de violencia, demanda respuestas ágiles y consistentes. De poco servirán las medidas adoptadas, si las aprueban tal cual la Cámara de Diputados en su calidad de Cámara de origen, en tanto aún pueden pasar al menos de tres a seis meses para que la referida Ley de la Guardia Nacional, comience a funcionar conforme a derecho.

Las confusiones empezaron de inmediato. La mayoría del partido oficialista, Morena, apareció portando carteles con la leyenda alusiva a la Guardia Nacional, mientras que la minoría del PRI se refería también en grandes cartulinas, a la Guardia Civil. Este aparente insustancial desencuentro, nos remite a una seria confusión respecto de lo que se discutió y aprobó el jueves pasado. Peor aún, de lo que se pretende resolver y cómo resolver. Tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la de Marina Armada de México, tendrán la carga fundamental que lo aprobado hasta el momento por el Senado de la República funcione y funcione bien.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


Debemos partir para el análisis y respuesta de esta pregunta, a partir de dos variables objetivas. La experiencia o la historia y de las condiciones estructurales e institucionales. En la primera, no existe un precedente de éxito, como ya lo he apuntado en anteriores entregas, en donde la transferencia de personal militar a áreas de Seguridad Pública de manera permanente haya tenido buen fin. Pero más importante aún, es que en la enorme mayoría de los casos, las corporaciones policiales, sean municipales, estatales o federales han sido encabezadas y dirigidas por civiles.

Por la otra, la construcción de la Guardia Nacional, implica un sustancial esfuerzo institucional de las Fuerzas Armadas, para readiestrar a personal que por vocación escogió servir al país desde la milicia. Esa readaptación además de las aportaciones de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina Armada de México, va a demandar de los posibles integrantes, una enorme disposición para asumir un nuevo rol como soldado de la Guardia Nacional. Ante semejante desafío, sólo un mando superior militar, será capaz de dirigir una nueva Fuerza Armada que es el proyecto inicial y original del Presidente de la República.

Loa anterior puede ser posible de acuerdo a texto de Artículo 2 transitorio de la Ley que crea a la Guardia Nacional. Al respecto, debe saludarse y reconocerse el proceso político y legislativo para alcanzar una insólita votación unánime, 127 a favor 0 en contra y 0 abstenciones. Pero en lo que hace a la determinación de qué perfil dirigirá a la nueva fuerza policial, el Presidente de la República, tiene la facultad para designar al más alto responsable y este puede ser, por su puesto, un militar. Pues aquí cabe cuestionarse si existe en el servicio público de nuestro país, el funcionario que conozca y tenga la experiencia para dirigir y encabezar a un numeroso grupo de militares en labores de Seguridad Pública.

Es cierto que el papel resiste todo, pero la urgencia para aplicar medidas que contengan la ola de violencia, demanda respuestas ágiles y consistentes. De poco servirán las medidas adoptadas, si las aprueban tal cual la Cámara de Diputados en su calidad de Cámara de origen, en tanto aún pueden pasar al menos de tres a seis meses para que la referida Ley de la Guardia Nacional, comience a funcionar conforme a derecho.

Las confusiones empezaron de inmediato. La mayoría del partido oficialista, Morena, apareció portando carteles con la leyenda alusiva a la Guardia Nacional, mientras que la minoría del PRI se refería también en grandes cartulinas, a la Guardia Civil. Este aparente insustancial desencuentro, nos remite a una seria confusión respecto de lo que se discutió y aprobó el jueves pasado. Peor aún, de lo que se pretende resolver y cómo resolver. Tanto la Secretaría de la Defensa Nacional como la de Marina Armada de México, tendrán la carga fundamental que lo aprobado hasta el momento por el Senado de la República funcione y funcione bien.

javierolivaposada@gmail.com

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