Lo más fácil o, quizás, lo menos complicado, sería que un secretario de gabinete presidencial, al comparecer ante legisladores, se refugiara en cifras y posturas que digan todo y nada. Pero el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como otros que lo han hecho ante el Senado para explicar los avances del gobierno del presidente Peña Nieto durante el último año, prefirió hablar de frente, con certeza y verdad.
Y es que, ante los cuestionamientos de compañeros senadores y senadoras de oposición, principalmente por temas como el de la inseguridad, aceptó que vivimos en el país una situación compleja. Y lo es. Hay datos que nos hacen ver todos los días esa realidad de crímenes, de asaltos, de robos, de violaciones, de inseguridad en general.
Las familias, los trabajadores, los estudiantes, los ciudadanos, se quejan de la criminalidad y de las circunstancias de un entorno peligroso en algunas regiones del país. Y no es que haya ausencia de autoridad sino, como bien lo advirtió el secretario Osorio Chong, de falta de
corresponsabilidad.
Eso fue lo que dijo: ante la difícil situación que se vive se requiere de la corresponsabilidad de los distintos poderes y órdenes de gobierno. Cierto es. Se requieren cambios de fondo en el modelo policíaco y que los gobiernos locales asuman plenamente su responsabilidad de estructurar (mientras no se pase a otro modelo) policías de confianza, que sirvan a los ciudadanos y no a los delincuentes.
Por la misma razón, e independientemente de estridencias e incluso majaderías en el reclamo de algunos compañeros senadores, no se puede caer en cálculos políticos en temas como el de brindar seguridad a la ciudadanía. Las policías, los cuerpos de seguridad, deben ser ajenos a improvisaciones.
Por el contrario, si ahí radica la tranquilidad ciudadana entonces la corresponsabilidad de los gobernantes debe procurar, y llevar, a policías profesionales y honestas a partir de buenos salarios, prestaciones que den tranquilidad a sus familias, certezas de que ante su labor de riesgo puedan contar con incentivos que impidan la tentación de caer en manos del crimen organizado.
Por responder como lo hizo fue que muchos senadores, priistas la mayoría, brindaron reconocimiento a Osorio Chong a través de nutridos aplausos. Se acabaron los tiempos en que las tribunas del Senado y de la Cámara de Diputados se convertían en simples pasarelas para el lucimiento personal. Y el Secretario de Gobernación, como todos los secretarios del gabinete presidencial, saben perfectamente bien que se trata de ir a explicar, a rendir cuentas de su responsabilidad, a hablar de frente y con la verdad.
Sin cálculo político, con el ánimo de servir a los mexicanos, los secretarios del gabinete presidencial han pasado por el Senado de la República. Cierto, como aceptó el de Gobernación, hay circunstancias difíciles, complejas, pero vienen tiempos de renovar la esperanza, de mostrar que se ha hecho lo correcto desde el gobierno de la República y que se tienen que seguir avanzado por la misma ruta.
Senador por el PRI
