/ lunes 10 de agosto de 2020

Hablillas | Ceros y más ceros

Por: José Ángel Parra

Atrás del redondo cero que registra Chivas en el casillero de goles a favor, luego de 270 minutos disputados en el Guard1anes 2020, existen otros tantos ceros que reprueban inevitablemente al otrora Rebaño Sagrado. El primero de ellos se lo adjudica su dirigencia, a partir de la contratación de un estratega casado con promotores eficaces en la captación de dólares, pero sin los resultados deportivos que justifiquen a esa recurrente alternativa, de ahí el inevitable fin a su gestión.

La millonaria inversión rojiblanca se esfuma como el recuerdo de la frustrada contratación de Víctor Guzmán -positivo en un control antidoping-, o las alegres cláusulas de rescisión europea que han mermado la efectividad del pretendido JJ Macías. Más taches por el nulo aporte del inflado Uriel Antuna, del indisciplinado Chicote Calderón y los intermitentes Dieter Villalpando y Jesús Angulo, todos ellos refuerzos de papel, hoy convertidos en costosos subcampeones de torneos amistosos.

El mexicanísimo Guadalajara, único equipo incapaz de aportar goles después de tres jornadas, se ampara a partir de la ausencia -por positivos Covid-19- de elementos como Alexis Vega o Fernando Beltrán, a cuya lista se anexa el regordete Chofis López, marginado por los kilitos de más.

La estulticia de estos incomprensibles inversionistas, capaces de navegar en ceros, entre tantos billetes verdes, queda en evidencia a partir de la creación de una oncena acostumbrada a no clasificar a las Liguillas -al menos eso ha sucedido en los últimos cinco torneos- y a situarse entre los últimos cuatro de la tabla de cocientes (1.2121), sólo por encima de FC Juárez, Atlético de San Luis y Atlas.

Quizá por eso los mecanismos de protección en el futbol mexicano permiten clasificar a 12 de los 18 equipos de la Liga MX -con tal de ver si, por puro morbo, las Chivas rompen con tres años sin fiesta-, además de garantizar la permanencia de todos sus invitados mediante la multa de 50, 70 y 120 millones de pesos a los tres últimos planteles afectados en la tabla de porcentajes, al final del ciclo 2020-2021. Eso sí, el premio por ocupar el sótano permite al afectado competir en 0.0000 (lo dicho, más y más ceros) de cara al periodo 2021-2022.

La puntada mayor aparece en el Artículo 23 del Reglamento de Competencia: “Si un club ocupa el último lugar en la Tabla de Cociente, pero por el lugar que ocupa en la Tabla General de Clasificación pudiera participar en la Fase Final del Clausura 2021, éste no podrá participar en dicha fase y estaría obligado a ceder su lugar al siguiente club mejor clasificado”. Ese milagro permitiría pelear el título al número 13 del certamen, pero sólo en el año 2021, cuando termine la pandemia.

Por: José Ángel Parra

Atrás del redondo cero que registra Chivas en el casillero de goles a favor, luego de 270 minutos disputados en el Guard1anes 2020, existen otros tantos ceros que reprueban inevitablemente al otrora Rebaño Sagrado. El primero de ellos se lo adjudica su dirigencia, a partir de la contratación de un estratega casado con promotores eficaces en la captación de dólares, pero sin los resultados deportivos que justifiquen a esa recurrente alternativa, de ahí el inevitable fin a su gestión.

La millonaria inversión rojiblanca se esfuma como el recuerdo de la frustrada contratación de Víctor Guzmán -positivo en un control antidoping-, o las alegres cláusulas de rescisión europea que han mermado la efectividad del pretendido JJ Macías. Más taches por el nulo aporte del inflado Uriel Antuna, del indisciplinado Chicote Calderón y los intermitentes Dieter Villalpando y Jesús Angulo, todos ellos refuerzos de papel, hoy convertidos en costosos subcampeones de torneos amistosos.

El mexicanísimo Guadalajara, único equipo incapaz de aportar goles después de tres jornadas, se ampara a partir de la ausencia -por positivos Covid-19- de elementos como Alexis Vega o Fernando Beltrán, a cuya lista se anexa el regordete Chofis López, marginado por los kilitos de más.

La estulticia de estos incomprensibles inversionistas, capaces de navegar en ceros, entre tantos billetes verdes, queda en evidencia a partir de la creación de una oncena acostumbrada a no clasificar a las Liguillas -al menos eso ha sucedido en los últimos cinco torneos- y a situarse entre los últimos cuatro de la tabla de cocientes (1.2121), sólo por encima de FC Juárez, Atlético de San Luis y Atlas.

Quizá por eso los mecanismos de protección en el futbol mexicano permiten clasificar a 12 de los 18 equipos de la Liga MX -con tal de ver si, por puro morbo, las Chivas rompen con tres años sin fiesta-, además de garantizar la permanencia de todos sus invitados mediante la multa de 50, 70 y 120 millones de pesos a los tres últimos planteles afectados en la tabla de porcentajes, al final del ciclo 2020-2021. Eso sí, el premio por ocupar el sótano permite al afectado competir en 0.0000 (lo dicho, más y más ceros) de cara al periodo 2021-2022.

La puntada mayor aparece en el Artículo 23 del Reglamento de Competencia: “Si un club ocupa el último lugar en la Tabla de Cociente, pero por el lugar que ocupa en la Tabla General de Clasificación pudiera participar en la Fase Final del Clausura 2021, éste no podrá participar en dicha fase y estaría obligado a ceder su lugar al siguiente club mejor clasificado”. Ese milagro permitiría pelear el título al número 13 del certamen, pero sólo en el año 2021, cuando termine la pandemia.