/ miércoles 28 de octubre de 2020

Hacia una cultura de la Paz | Está bien

Por Flor Yáñez

Está bien no tener el control de vez en cuando. Está bien improvisar cuando no tenemos la respuesta. Vivir es tomar decisiones constantemente, pero también esta bien no saber qué hacer y decidir no hacer nada en el momento. Nadie tiene siempre las respuestas. Temerle a la incertidumbre del futuro o regresar a los recuerdos del pasado nos hace humanos; pero también es de humanos vivir en el presente, voltear a ver nuestras manos, mover nuestros dedos y disfrutar el instante. Espero que en estos días nos quede más claro.

Dicen que somos sabios, yo no lo creo del todo cierto. Lo tomamos todo personal; no lo es. Queremos amar, pero nuestra mente neurótica en la inacabable jornada de entenderlo y analizarlo todo, se pierde intentando encontrar respuestas y en el proceso, deja de sentir.

Racionalizamos el amor porque no sabemos amar. Deseamos a alguien o algo por la idea de estar completos desde nuestras necesidades, desde nuestro ego, no para los demás. Dicen que amar es más importante que ser amado, porque cuando uno se ama tanto no le queda de otra que propagarlo, porque es demasiado intenso guardarlo para uno mismo

Querer y amar no es lo mismo. -Te amo -le dijo el Principito a la rosa. -Yo también te quiero -respondió la rosa. -Pero no es lo mismo -respondió él, y luego continuó -Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.

Si algo nos enseña este año es lo efímera y vulnerable que es la vida. Aún así, tenemos miedo de decir lo que sentimos, reburujamos las acciones y las palabras para encubrir lo que guarda nuestro corazón. No necesitas entender el canto de un pájaro para regocijarte con la belleza de su melodía. Deja de pensar, siente, vive, ama. Nada es tan grave como quedarse con las ganas de amar. Amarnos a nosotros mismos, amar la vida, amar a la familia, amar a los amigos, amar a la pareja, amar…

Está bien sentirse vulnerable, está bien tener miedo, pero es mejor atreverse a vivir en el presente, sin futuro ni pasado, plenamente entregados al amor. Si no es ahora, entonces ¿cuándo?

Yanez_flor@hotmail.com

Por Flor Yáñez

Está bien no tener el control de vez en cuando. Está bien improvisar cuando no tenemos la respuesta. Vivir es tomar decisiones constantemente, pero también esta bien no saber qué hacer y decidir no hacer nada en el momento. Nadie tiene siempre las respuestas. Temerle a la incertidumbre del futuro o regresar a los recuerdos del pasado nos hace humanos; pero también es de humanos vivir en el presente, voltear a ver nuestras manos, mover nuestros dedos y disfrutar el instante. Espero que en estos días nos quede más claro.

Dicen que somos sabios, yo no lo creo del todo cierto. Lo tomamos todo personal; no lo es. Queremos amar, pero nuestra mente neurótica en la inacabable jornada de entenderlo y analizarlo todo, se pierde intentando encontrar respuestas y en el proceso, deja de sentir.

Racionalizamos el amor porque no sabemos amar. Deseamos a alguien o algo por la idea de estar completos desde nuestras necesidades, desde nuestro ego, no para los demás. Dicen que amar es más importante que ser amado, porque cuando uno se ama tanto no le queda de otra que propagarlo, porque es demasiado intenso guardarlo para uno mismo

Querer y amar no es lo mismo. -Te amo -le dijo el Principito a la rosa. -Yo también te quiero -respondió la rosa. -Pero no es lo mismo -respondió él, y luego continuó -Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.

Si algo nos enseña este año es lo efímera y vulnerable que es la vida. Aún así, tenemos miedo de decir lo que sentimos, reburujamos las acciones y las palabras para encubrir lo que guarda nuestro corazón. No necesitas entender el canto de un pájaro para regocijarte con la belleza de su melodía. Deja de pensar, siente, vive, ama. Nada es tan grave como quedarse con las ganas de amar. Amarnos a nosotros mismos, amar la vida, amar a la familia, amar a los amigos, amar a la pareja, amar…

Está bien sentirse vulnerable, está bien tener miedo, pero es mejor atreverse a vivir en el presente, sin futuro ni pasado, plenamente entregados al amor. Si no es ahora, entonces ¿cuándo?

Yanez_flor@hotmail.com